IDFC [KookTae]

☂️ ✦ฺ Capítulo 43

El cuerpo de Taehyung vibró de bien sus sentidos volvieron a él. Encontrándose ahora, en un gran transe al tener recuerdos que no le pertenecían, pero que sin embargo, eran ya parte de él.

Recuerdos que estaban volviendo a su mente como si lo volviese a vivir una y otra vez. Como flashes de luz que le hacían doler la cabeza al sentir que uno llegaba más rápido que el otro a su memoria.

Como si estuviese desenvolviendo recuerdos empolvados que yacían ocultos bajo cien llaves en alguna parte de su memoria.

Todo era tan confuso porque no podía reconocer si el Taehyung actual era el que estaba allí con él, o si es que él aún estaba viendo el cuerpo sin vida de su esposo en aquella cama. E inevitablemente, incontables lágrimas se derramaron por sus mejillas.

— T-Taehyung... — pronunció Seung, casi en un jadeo sorprendido. — Taehyung, ¿puedes oírme?

Taehyung no respondió, o es que quizás, ni siquiera lo oyó. Concentrándose en mirar de manera desorientada el lugar en donde se encontraba. Para luego, soltar un fuerte aullido de ayuda.

Porque, era aullido no era de él. Sino, más bien, era de su parte animal.

Su omega estaba pidiendo ayuda

— Taehyung, cálmate por favor. — Seung sostuvo al peligris por los hombros, pensando que así este volvería a la realidad. Más no pensó que su tacto alteraría peor al omega.

— ¡No no! ¡Suéltame! ¡Suéltame Jung Ho!

El hombre retrocedió con sorpresa

¿Acaso Taehyung pensaba que era él?

Esto estaba muy mal

— Taehyung, escúchame. No soy Jung Ho, soy Seung. ¿Puedes escucharme?

El omega siguió sollozando con fuerza, corriendo hacia un rincón del cuarto. Haciéndose allí ovillo, protegiéndose de cualquier persona a su alrededor.

En eso, una tercera voz en el lugar, hizo callar cualquier otro sonido que segundos antes había.

— ¿O-Omega? — preguntó el alfa, mirando hacia el lugar en el que el asustado omega se encontraba.

Este lloró aún más al escuchar la voz de Jungkook, enterrando su cabeza entre sus piernas. Soltando varios hipidos.

Fue allí, cuando el pelirrojo aún desorientado con la situación, caminó en dirección del peligris. Poniéndose de cuclillas para llegar a la altura del temeroso omega.

Y se le fue inevitable no colocar una de sus palmas sobre las mejillas de Taehyung. Limpiando con estas el camino de lágrimas que se había formado.

Secando con paciencia cada una de ellas, hasta que sólo se encontraran el rastro de sus huellas sobre su suave piel.