Color Floral

🌼Prefacio🌼

Haly era amante los kdramas y el arte con grandes sueños, pero perdió la vista en un accidente, desde entonces sus sueños como estudiante de Artes, por ser la mejor pintora y escultura se frustraron.

El espíritu apasionado de la chica que adoraba el arte se fue apagando poco a poco, aunque nunca se rindió y siguió trabajando hasta el final por lograr cumplir sus sueños de algún modo. En su camino por superar los obstáculo impuestos, siempre la acompañaron los kdramas, se divertía escuchando la voz de los personajes y llegó a identificar claramente a uno de ellos que se convirtió en su favorito.

Yi Jeong de Boys Over Flowers, el casanova rompecorazones de los F4 era quien la había cautivado incluso antes de perder la vista. Aunque en cierto modo no lo quería como novio, por su mala reputación al principio del kdrama, fue atraída hacia él debido al dulce romance que desarrolló junto a Ga Eul.

Haly no había tenido una historia de amor como la de ellos, aún así no le importaba. Deseaba cumplir sus sueños más que nada y siempre decía que prefería ser la espectadora de los romances en las telenovelas, que tener uno en la vida real. Al menos sufriría por chicos que si valían la pena, por el gran amor que demostraban hacia sus protagonistas y no por cualquiera chico que se solo vendía ilusiones.

Haly lo tenía claro, ella no deseaba un amor destinado solo quería cumplir sueños. Un día después de dejar la televisión encendida repitiendo un capítulo de su kdrama favorito, se quedó dormida y despertó en una dimensión que ya no era la suya.

Ella podía ver claramente el lugar donde se encontraba, era una alcoba bien decorada y con grandes ventanas. Aunque todo lo que podía distinguir estaba en blanco y negro como en una película de cine mudo.

Haly al principio pensó estar soñando, aquello debía ser una ilusión creada por su subconsciente por haberse dormido tan tarde. Sin embargo, sus teorías se derrumbaron cuando las sirvientas entraron en su habitación llamándola por un apellido extraño y extendiendo ante ella un uniforme de escuela que se le hacía familiar. Haly podría jurar que antes de perder la vista, se había topado con aquel uniforme, aunque no lo llegó a reconocer del todo pues no podía identificar claramente los colores que tenía.

Las sirvientas ni siquiera le dieron el tiempo para hablar o preguntar más cosas sobre aquel mundo. Una vez vestida la subieron al auto y el chofer la dejo rápidamente frente a la escuela más prestigiosa y famosa del mundo de los kdramas. La escuela Shinhwa, solo con ver el nombre en la entrada, Haly supo en que kdrama estaba. Por su cabeza pasaron muchas cosas, primero sorpresa, después alegría y por último confusión. ¿Cómo había llegado ahí? ¿Por qué había recuperado la vista, pero solo podía distinguir entre blanco y negro?

—¡Son los F4! —gritaron algunos estudiantes al ver llegar a los ídolos de la escuela.

Haly corrió hacia la entrada curiosa por ver su aparición. Apenas se estaba acostumbrando al nuevo lugar y aceptando que aquello no parecía ser un sueño, se sentía demasiado real y sus mejillas dolían al estirarlas.

—¡Los F4! —volvieron a gritar algunos estudiantes, mientras veían llegar a los cuatro integrantes del famosa grupo.

Haly los observó, pensó sentir nostalgia cuando los viera, pero al contrario se dio con una gran sorpresa. Cuando escuchó la voz de Yi Jeong lo reconoció al instante, había sido un tiempo desde que recordaba sus rostros y solo podía identificar claramente su voz, sin embargo su imagen se hizo rápidamente inconfundible para ella, pues él era único de toda la escuela que brillaba en colores vividos. Yi Jeong estaba rodeado por un aura de color que nadie más tenía y solo Haly parecía apreciarlo.

Los colores que Haly perdió los tenía su personaje favorito Yi Jeong, aunque ella no sabía exactamente la razón, se propuso una nueva tarea. Acercarse a su personaje favorito y obtener de él los colores que necesitaba. Esta vez cumpliría sus sueños y sería la mejor pintora del mundo, aunque para ello, primero debía lidiar con el mejor casanovas del mundo de los kdramas.

—¡Kim Haly! —exclamó Yi Jeong al verla.

¿Acaso la conocía? No, más bien, ¿conocía a la dueña de ese cuerpo? No había un personaje con un nombre como ese que Haly recordará, entonces ¿por qué él se acercaba a ella como si la conociera de toda la vida?