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"La Respiración del Agua es una técnica que puede adaptarse a toda clase de ataques."

La voz de mi maestro resonó en la sala. Yo lo escuchaba atentamente, ansioso de aprender sobre la técnica que quería enseñarme.

"Pero para dominarla, necesitas dominar también tu corazón. Sólo así lograras mantener el aliento constante."

No lograba comprender a lo que refería, sin embargo, continuó.

"Piensa en la superficie del agua. La superficie del agua, Giyuu, es tu corazón, piensalo de ese modo."

Incliné mi cabeza hacia el lado. ¿Qué era lo que estaba diciendo?

"Si deseas convertirte en el cazador de demonios más fuerte, si deseas ser un pilar, siempre debes mantener tu corazón firme. Mantenlo sereno y dócil, como el reflejo del agua."

Si en ese momento hubiera comprendido a lo que Urokodaki se refería, tal vez mi vida hubiera sido muy distinta.

Capítulo 4
Golpe de marea

Yo nunca consideré tener hijos. Como es lógico, un espadachín que arriesga su vida cada día no es la mejor opción para ser un padre. Tampoco pensé de mí como una persona apta para ello, ya que no soy alguien que se consideraría mentalmente "estable". De todas maneras, nunca me rehusé por completo a la idea, pero no era algo en lo que realmente pensara seguido.

Había pasado un año desde que Kyojuro fue ascendido al cargo de Pilar de la Llama y, durante ese periodo, se unieron más cazadores a nuestro rango.

Mitsuri Kanroji, Pilar del Amor y aprendíz de Kyojuro, una mujer bella, entusiasta y bastante fuerte, aunque enamoradiza. Iguro Obanai, Pilar de la Serpiente, bastante duro e hiriente al hablar, pero no era agresivo como Sanemi. Y Muichiro Tokito, Pilar de la Niebla y el más joven entre nosotros, ya que fue ascendido a los doce años al rango de pilar, tan sólo dos meses después de volverse cazador. Si bien todavía no habíamos tenido muchas oportunidades para conocernos a fondo, confiaba en que, juntos, formaríamos un equipo fuerte y eficiente.

Sin embargo, a pesar del paso del tiempo, mi situación con Sanemi no había cambiado mucho. Por fin ya no me agredía físicamente, pero seguía siendo un total desgraciado a la hora de hablarme. De igual forma, ya me estaba acostumbrado, pero aún así dolía.

Ese día hacía una mañana gris, las nubes cubrían todo rastro de luz solar que pudo haber y la nieve caía sin piedad. El frío calaba hasta los huesos, y la montaña no era el lugar más seguro para estar, lo más probable era que se acercaba una tormenta.

Me habían enviado a aquel lugar remoto debido a los informes de posibles indicios de una presencia demoníaca. Aunque el motivo de mi misión era claro, sentía que había algo más en juego, algo más profundo que me había impulsado a adentrarme en aquel entorno inhóspito. Sentía que ese día iba a ser diferente.

Cuando pensé que no había nada raro, y que lo que se pensaba que era un demonio eran tan sólo rumores, un aroma metálico y familiar me golpeó los sentidos. Era el olor de la sangre. Me tensé, algo no andaba bien.

El aire estaba cargado de una tensión tangible, como si el mismo bosque retuviera la respiración, esperando el próximo acontecimiento. Cada paso que daba en la nieve crujiente resonaba como un eco sombrío en aquel paisaje desolado. A medida que me adentraba más en el despiadado frío del bosque, una sensación de alerta aguda se apoderaba de mí, cada músculo de mi cuerpo preparado para el enfrentamiento inminente. Sabía que había un demonio cerca.

La danza del agua y el viento ||Kimetsu no Yaiba fanfic||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora