La danza del agua y el viento ||Kimetsu no Yaiba fanfic||

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Capítulo 9

Chapoteo caótico

水

"Señor Tomioka

Me gustaría saber cómo se encuentra últimamente. Tengo claro que no va a responder mis cartas, pero por lo menos me lo podría decir en persona o enviar un cuervo para informarme sobre usted. De todas maneras, espero que esté gozando de buena salud y que se encuentre bien en general.

La última vez que le escribí fue antes de mi misión en el Distrito Rojo, si no me equivoco. No pude escribirle durante éste último tiempo debido a mi estado de salud, por lo cual me disculpo profundamente, pero ya me encuentro mejor.

No sé si es de su interés saberlo, pero mañana partiré a la Villa de los Herreros para pedirle personalmente al señor Haganezuka, mi herrero, que forje una nueva espada para mí. Estoy muy emocionado de ir, ya que no conocía de la existencia de aquel lugar.

En cuanto a mi hermana, ella se encuentra muy bien. Ha aprendido nuevas técnicas y hemos descubierto que puede transformarse en una demonio muy poderosa si es que se lo propone. Estoy muy orgulloso de ella.

Aún así, sigo preocupado por usted. Lo última vez que lo vi fue en la montaña Natagumo, y supe que lo de la muerte del señor Rengoku lo afectó bastante. Siento mucho su perdida, y quiero que sepa que todos aquí nos seguimos lamentando por él. Si es que necesita hablar con alguien, no dude en acudir a mí.

Con cariño, firma Tanjiro Kamado"

水

Bajé la mirada de la carta que sostenía en mis manos, con una ligera sonrisa en mis labios. Hacía tiempo que no recibía una carta del joven Kamado, y no recordaba lo felices que me hacían.

Me encontraba caminando de vuelta de una misión en solitario la cual, si bien no fue especialmente complicada, me dejó bastante agotado y con un par de heridas desagradables.

Sabía que Shinazugawa había ido también a una misión, por lo que lo más probable era que no se encontrara en casa. Era extraño, en muy poco tiempo me había vuelto bastante más cercano a él y, a decir verdad, era algo que me sorprendía muchísimo. La verdad es que él era una buena persona aunque no lo demostrara, ya que de todos modos seguía siendo un poco distante conmigo.

De todas maneras, estábamos en muy buenos términos y cada vez teníamos más confianza con el otro. Como me había dicho Sanemi, ahora éramos amigos. Ésto era algo realmente extraño para mí, un año atrás no hubiera imaginado el poder haberme llamado amigo de Sanemi, pero así eran las cosas ahora, y no tenía ninguna queja al respecto.

Aún habían detalles que podían mejorar en nuestra relación, ya que a veces el corto temperamento de Sanemi y mis escasas habilidades sociales no combinaban muy bien, pero estábamos trabajando en ello. En el fondo yo seguía siendo el joven callado, socialmente incómodo y extremadamente sensible de siempre, lo que a veces impacientaba a Sanemi, y no lo podía culpar por eso.

Pero fuera de eso, yo lo apreciaba mucho, tal vez demasiado considerando nuestro turbulento pasado. Aún así, me sentía más que feliz de tenerlo a mi lado, no me importaba siquiera que él se mantuviera distante.