La danza del agua y el viento ||Kimetsu no Yaiba fanfic||

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Capítulo 10

Ciclo de cambios

水

El nombre de Sanemi tiene dos significados: "complementar" y "perfecto". Creo que es un nombre que le queda muy bien.

No sé si él se considere a sí mismo perfecto, y es que en realidad no lo es, pues evidentemente es un humano y ha cometido errores pero, desde mis ojos, Sanemi es lo más cercano a la perfección que he conocido, además de que, en mi opinión, es el complemento perfecto para mí.

Bueno, eso es todo lo que tenía para decir de él. Prosigamos.

Fue un verdadero alivio saber que Genya y Tanjiro no sólo salieron con vida de la Villa de los Herreros, sino que vencieron a las dos Lunas Superiores que los acechaban (aunque claramente lo consiguieron con la ayuda de dos Pilares, Muichiro y Mitsuri).

De todas formas, yo seguía bastante estresado por lo que había sucedido en el momento en que Sanemi y yo nos enteramos. Pero lo que más me afectaba era que ahora él sabía un poco más sobre mi pasado y mis cicatrices. Aunque intentaba no demostrarlo, sabía que ahora Sanemi no actuaba igual conmigo que antes. Era como si intentara sobreprotegerme, además de que me veía con lo que juraba que era lástima, lo cual me hacía sentir peor.

No quería que Sanemi me viera como alguien débil, incapaz de poder protegerme a mí mismo. Quería demostrarle que yo era un hombre fuerte y digno, que no necesitaba su compasión. Pero por ésto sentía que me estaba alejando de él, lo que me dolía infinitamente, pero no quería que me viera como alguien a quién proteger, no sería digno de un Pilar ser protegido.

Si todo eso no era suficiente, me había enterado que Tanjiro había dejado de usar la respiración del Agua, puesto que había aprendido a usar la respiración Solar, una mucho más poderosa. Pero sentía que, de algún modo, ésto era una traición hacia mí. Tal vez era porque me encontraba demasiado sensible, pero el que Tanjiro ya no fuera a ser mi sucesor por voluntad propia me hería profundamente.

Pero mi problema más grave era que me estaba sobrecargando, forzándome a fingir que estaba bien y a esforzarme más de lo que podía, lo que me tenía increíblemente sensible e irritable, haciendo que cualquier mínimo detalle me pusiera los nervios de punta.

Una noticia que impactó a la cofradía entera fue que Nezuko fue la primera demonio en lograr caminar bajo el sol. Si bien esto nos alegró al principio, nos dimos cuenta del peligro que ésto significaba para la organización. Seguramente Kibutsuji no tardaría en atacar para conseguir a Nezuko e intentar conquistar sol él mismo. Ésto no hacía más que ponerme aún más nervioso, y mi ansiedad se encontraba por las nubes.

Se organizó una reunión de los Pilares para discutir éste problema, pero el Patrón no pudo asistir debido a su estado de salud, que no hacía más que empeorar. En su lugar, se presentó su esposa Amane además de dos de sus hijas.

Y si había algo que no quería hacer en ese momento, era asistir a una reunión. Tener que presentarme y discutir con mis compañeros de trabajo en las condiciones en las que estaba no parecía una buena idea, pero no tenía opción, por lo que tuve que presentarme de igual forma.

Se nos informó que, además del asunto de Nezuko, se había reportado la aparición de unas marcas extrañas en el cuerpo de Mitsuri y Muichiro durante la batalla contra las Lunas Superiores cuatro y cinco. Éstas marcas no se habían reportado desde la era Sengoku, y los cazadores que las habían manifestado fueron los que estuvieron más cercanos a vencer a Muzan. Éstas marcas tenían una cualidad especial: si un cazador las manifiesta, ésta comienza a esparcirse a otros cazadores, y el primero en manifestarlas esta vez no fue nadie menos que Tanjiro Kamado.