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Capítulo 8

Lago de la cascada

No me enteré sino hasta que regresamos de nuestra misión de que, mientras Sanemi y yo estábamos fuera, Tengen Uzui se había llevado a Tanjiro y a sus compañeros a una misión en Yoshiwara, el Distrito de las Luces Rojas. Ésto me indignó, ya que no consideraba que ese fuera un lugar apropiado para chicos de su edad, pero no me atreví a encarar a Uzui, más que nada por vergüenza. Lo impactante del asunto es que su enfrentamiento resultó ser mucho más caótico y sangriento de lo que imaginaban, pues el demonio que enfrentaron no fue menos que la sexta Luna Superior. Aunque salieron victoriosos y todos con vida, Tengen perdió una mano y un ojo, por lo que ya no sería capáz de pelear como antes.

— ¿Entonces te retiras? – Preguntó Shinobu, a lo que Uzui asintió.

— Muy a mi pesar, sí. No creo que sea sensato seguí peleando en éstas condiciones — Shinobu levantó una ceja. — Además, tengo tres esposas a las que cuidar, quiero pasar más tiempo con ellas.

— Lo de tus esposas te lo compro, pero tú no me vengas a hablar de sensatez ¡Casi te llevas a una de las niñas de mi finca a tu sucia misión! — Aunque sonreía, la joven pilar denotaba tanta rabia que daba miedo, incluso Uzui se puso nervioso. — Así que será mejor que le pidas disculpas a Naho y a Aoi ¿Escuchaste? — Aún sonriendo, Shinobu le jaló fuertemente la oreja al más alto, quién soltó un grito bastante divertido.

— ¡Está bien, está bien, lo haré! ¡Pero ya suéltame, por favor! — Shinobu pareció estar satisfecha, por lo que lo dejó ir, no sin antes darle una mirada asesina.

Nos habíamos reunido los ahora siete pilares para discutir la renuncia de Tengen. La verdad, y para mi sorpresa, ninguno se veía muy apenado, Iguro se veía incluso contento. El ex Pilar del Sonido era una buena persona, pero de todos modos estábamos de acuerdo en que a veces era muy... intenso. De todas formas lo apreciabamos como uno de nosotros, y sabíamos que dejaría un vacío importante dentro de los pilares.

En forma de agradecimiento (y como excusa para emborracharse), Uzui organizó una fiesta en su finca esa noche, a la que estaríamos invitados todos los pilares. La verdad es que yo nunca asistía a las fiestas que organizaban, pues no me agradaba el ambiente, pero decidí que asistiría por lo menos a esa para no dar una mala impresión, ya que no quería arruinar aún más mi reputación.

Esa tarde, antes de arreglarme para ir a la fiesta, pasé a la finca de Shinobu, acompañado por Sanemi para volver juntos a casa. Ya había pasado más de una semana desde que Tanjiro y sus amigos habían vuelto de Yoshiwara, pero ninguno daba indicios de despertar de su estado de inconsciencia (excepto el niño rubio, ese despertó a los tres días ¿Cómo era que se llamaba?)

Los tres se encontraban en la finca para poder monitorear constantemente su estado de salud, pues habían sufrido lesiones bastante graves. No lo quería demostrar, pero estaba muy preocupado por ellos, en especial por Tanjiro. El que no tuviéramos claro si es que siquiera iban a despertar me angustiaba demasiado, por lo que estaba muy desanimado.

Al entrar a la finca, una de las chicas que ayudaba ahí, creo que su nombre era Aoi, me acompañó a la habitación en la que se encontraba Tanjiro. Sanemi se quedó afuera hablando con Shinobu mientras me esperaba. Al entrar pude ver al chico, que se encontraba inconsciente en una camilla, envuelto en vendajes y con una sonda en el brazo derecho. Verlo así hizo que se me encoja el corazón, realmente se veía mal. Suspiré y me senté a los pies de su cama. Nunca lo había admitido pero, a pesar de no conocernos tanto, realmente lo empezaba a ver como un hermano menor, después de todo fue la misma persona quién nos entrenó.

La danza del agua y el viento ||Kimetsu no Yaiba fanfic||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora