▪︎TW: auto lesión, intento de suicidio
Capítulo 5
Lluvia tras la sequía
水
La verdad es que no soy alguien bueno con las relaciones, las personas por lo general me aterran y no me atrevo a hablarles. Como sea, cuando lo hago (o más bien, cuando la gente se acerca a hablarme), no los dejo ir, aferrándome a ellos como si mi vida dependiera de eso. Y es que, aunque no lo aparente, soy una persona emocionalmente muy dependiente. Toda la vida he necesitado de alguien, por lo menos una persona, por la que vivir.
Desde que Sabito se fue, mi vida no hizo más que empeorar, todo fue muy difícil para mí. Él era mi todo, era la única persona que me comprendía, que supo quererme como yo lo quise a él. Mi vida giraba en torno a él, después de todo, él era el único capaz de ayudarme a regular mis emociones y a mantener la calma en mis peores momentos. Fue quien me apoyó y se mantuvo a mi lado incondicionalmente sin juzgarme, incluso si sus valores diferían de los míos o si yo no encarnaba su ideal de hombre.
Tampoco podía darle a Urokodaki la carga de mi dependencia emocional pues, a pesar de que yo realmente necesitaba a alguien, mi maestro era un hombre viejo y yo ya era un adulto, por lo que debía comportarme como tal y ser sensato.
Así estuve por mucho tiempo, vagando por la vida cargando con mi inestabilidad emocional, varias veces al borde de la muerte, y pensando seriamente en dejar todo atrás. Sin embargo, desde que fui ascendido al cargo de Pilar, sentí una responsabilidad que me ataba a la vida, no podía morir si de mi vida dependían muchas más. El pensamiento de que eventualmente las cosas iban a mejorar fue la única esperanza a la que me pude aferrar.
Habían pasado dos años desde que conocí a Tanjiro Kamado y a su hermana Nezuko. Lo último que supe de ellos fue a través de las cartas de Urokodaki, quien me contó que el chico se había convertido en cazador y su hermana era capáz de pelear contra los demonios, siendo uno ella misma.
En cuanto a mi vida, mi relación con los demás pilares no había cambiado prácticamente en nada. Shinobu todavía me hablaba, aunque a veces me molestaba diciéndome que yo no le agradaba a nadie. Sabía que eso era una broma, pero a veces no podía evitar sentir que lo que decía era cierto. Por otro lado, mi relación con Sanemi era aún más tensa que antes. Desde que Iguro Obanai se unió a los pilares, él y Sanemi se volvieron realmente cercanos, y al parecer disfrutaban mucho de hacerme pasar malos ratos, en especial el Pilar de la Serpiente.
Hacía una mañana preciosa, casi no había nubes en el cielo y el ambiente se teñía de un color turquesa. Las flores de cerezo adornaban el paisaje y las aves cantaban la melodía característica de la primavera.
Shinobu y yo estábamos en el cementerio de los Cazadores de Demonios, parados junto a la tumba donde Kanae descansaba. Ninguno de los dos decía nada, las palabras sobraban en ese instante. La paz que reinaba entonces era maravillosa, y por mero respeto me sentía incapaz de interrumpirla. La joven junto a mí juntaba sus manos en oración mientras cerraba los ojos, hablándole a su hermana en silencio.
Desde mi peculiar encuentro con los hermanos Kamado, mi visión sobre el amor, sobre todo dentro de la cofradía, cambió. La posibilidad de perder a alguien querido a manos de un demonio durante una batalla era un pensamiento abrumador. De cierto modo comencé no sólo a comprender mejor a mis compañeros, sino que también a apreciarlos más. Sin embargo, nunca quise volverme demasiado cercano a ellos por el miedo al dolor que me causaría perderlos, lo cual siempre era una probabilidad.
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La danza del agua y el viento ||Kimetsu no Yaiba fanfic||
FanfictionFanfic Sanegiyuu. Tomo 1. Giyuu Tomioka, un joven espadachín perteneciente a la cofradía de Cazadores de Demonios y pilar de la Respiración del Agua, se da cuenta de algo que, pr decir lo menos le aterra. Detrás de su apariencia tranquila y serena...