𝐒𝐨𝐲 𝐒𝐮 𝐌𝐚𝐫𝐢𝐨𝐧𝐞𝐭𝐚 (ɴɪᴄᴏ ᴅɪ ᴀɴɢᴇʟᴏ)

𝟎𝟎𝟔|𝓑𝓮𝓵𝓵𝓮𝔃𝓪 𝓺𝓾𝓮 𝓵𝓵𝓪𝓶𝓪 𝓪 𝓵𝓪 𝓶𝓾𝓮𝓻𝓽𝓮

—Necesitamos volver a investigar el intento de asesinato de la princesa Imperial, —dijo Octavian, desatando los hilos de su capa. Parecía que le habían drenado el alma. Octavian se volvió hacia su ayudante, Zenon Chase—. ¿Cuántas veces hemos orquestado la caída de algún noble? Elija a alguien entre ellos con una familia a quien mantener, alguien que se enfrente voluntariamente a la guillotina a cambio de dinero.

—Como usted ordene.

Zenon Chase pensó que Octavian estaba actuando de manera bastante extraña. El príncipe a menudo parecía cansado o irritado después de visitar a Athanasia, pero Zenon nunca lo había visto tan desanimado.

—...Además, coloque más gente alrededor de la Princesa Athanasia. Vigila cada uno de sus movimientos.

—Sí Su Alteza.

Cuánto más pensaba Octavian en ello, más extraño era.

Octavian siempre había pensado que Athanasia estaba bajo su control. ¿Podría ser que fuera al revés?

Pensó que no. Ella no era inteligente, sensata ni lo suficientemente sabia para hacerlo.

'Entonces, ¿alguien cerca de ella está dándole un consejo?'

Podría haber sido el Conde Hamel, pero, ¿por qué revelaría sus propias debilidades a Octavian así?

Antes de que Zenon se fuera para cumplir su orden, Octavian volvió a llamarlo.

—Búscame información sobre Olivia Grace.

—Como usted ordene.

Zenon se fue. La cabeza de Octavian era un lío de pensamientos y se pasó la mano por el pelo.

—¿Qué estás haciendo realmente, Athanasia?

El Emperador era viejo y enfermo. Ya estaba casi muerto. Aunque tuvo hijos nacidos fuera del matrimonio, Octavian y Athanasia fueron sus únicos hijos reconocidos oficialmente. La única otra persona con derecho al trono era el medio hermano del Emperador, el Archiduque Ares.

Por lo general, Ares no tendría ningún derecho al trono, ya que era un niño bastardo, no reconocido por la iglesia. Además, padecía una enfermedad incurable, y nadie prestaba atención a quien solo tenía la muerte en su futuro.

Pero de repente, apareció un joven aristócrata, que se hacía llamar el hijo de Ares. Su nombre era Yester Heinrich.

Después de ser reclamado por el Archiduque, Yester rápidamente colocó a la madre del Archiduque en la posición de Emperatriz, y así fue reconocido como un potencial sucesor legítimo al trono.

La gente hablaba y se preguntaba si la vejez o la enfermedad del Emperador le habían hecho actuar de forma irracional. Pero ese no había sido el caso. Fue Yester quien manipuló y arruinó al Emperador al tomar el control de la familia del amante del Emperador, Naomi Solace.

—Pensar que la tomaría como rehén...

El Emperador, en lugar de dejar a Naomi y a su familia a su perdición, legitimó al Gran Duque Ares.

—¡Si tan solo tuviera un ejército...!

Octavian sintió que su ira estallaba cada vez que la supuesta familia del Archiduque Ares lo dejaba indefenso. ¿Familia? Eran más como una pandilla.

Octavian había estado pensando en utilizar a Athanasia para enviar al Archiduque Ares al infierno, pero los acontecimientos de hoy lo obligaron a revisar su plan.

Octavian había pasado mucho tiempo rompiendo en Athanasia. Le había atado lentamente las manos y los pies, haciéndola depender de él para todo hasta que no pudo hacer nada por sí misma. Pensó que lo había logrado, pero eso fue antes de hablar con ella hoy.