𝐒𝐨𝐲 𝐒𝐮 𝐌𝐚𝐫𝐢𝐨𝐧𝐞𝐭𝐚 (ɴɪᴄᴏ ᴅɪ ᴀɴɢᴇʟᴏ)

𝟎𝟏𝟏|𝓑𝓮𝓵𝓵𝓮𝔃𝓪 𝓺𝓾𝓮 𝓵𝓵𝓪𝓶𝓪 𝓪 𝓵𝓪 𝓶𝓾𝓮𝓻𝓽𝓮

Mientras Octavian escuchaba el informe de su subordinado, su mano dejó de escribir la carta.

—Su Majestad el Emperador le habló a la princesa como si le permitiera elegir a su propio marido.

—¿Mi padre lo hizo?

Octavian preguntó si surgió algo sobre Nico durante esa conversación.

El subordinado negó con la cabeza y dijo:

—Ella dijo que no quería casarse con Lord Nico.

—¿Es eso así?

Athanasia debe haber tomado en serio su condición de querer casarse con alguien de su elección.

Para Octavian había sido conveniente que el Emperador presionara a Nico usando a Athanasia como excusa; estaba un poco triste porque ese pretexto ya no estaba.

—Pero también dicen que Su Alteza tomó el té con Lord Nico después de su audiencia con el Emperador.

—... ¿Los dos?

—Si. La señorita Lydia vino y nos informó sobre su camino para preparar el té.

—¿Estás diciendo que Nico estuvo de acuerdo con esto obedientemente?

—Si. Su Alteza Athanasia se ofreció a ayudarlo a resolver sus problemas si se reunía con ella para tomar el té.

Octavian frunció el ceño.

Entonces, la Athanasia que lo miraba directamente apareció en sus pensamientos.

—¿De qué hablaron los dos?

—La dama de honor llamada Reyna dijo que estaban hablando de cónyuges, y Su Alteza criticó a las hijas de las familias. Sin embargo, felicitó a Lady Olivia Grace.

'Ella felicitó a Olivia Grace... ¿Por qué se convertirá en una de sus damas de honor? ¿Fue por mi bien?'

Octavian no podía entender sus acciones en absoluto.

En estos días, Athanasia se parecía y no se parecía a la hermana que él conocía.

—...Bien entonces. Usted puede irse ahora.

No podía prestar demasiada atención a esto porque tenía mucho con lo que lidiar en este momento.

Había muchas cosas de las que ocuparse para revertir la situación con el intento de asesinato.

Toc Toc.

Cuando el golpe resonó en la habitación, entró un sirviente.

—Su Alteza, Zenon Chase solicita verlo.

—Déjalo entrar.

Zenon Chase entró en el estudio y empezó a hacer una reverencia. Octavian levantó la mano.

—No hay necesidad de eso. ¿Lo que ha sucedido?

El hombre de cabello rubio se acercó a Octavian, sosteniendo una bandeja plateada llena de cartas en su mano.

—Desde la última charla con Ares, algunos aristócratas han cambiado su comportamiento —dijo Zenon.

Octavian frunció el ceño ante la mención de Ares.

Ese lunático seguía levantándose sin importar cuánto lo pisara, y le dolía por dentro.

—¿Qué mierda les dijo ese insecto ahora?

Mire este incidente con Athanasia.

Este tonto imprudente e imprudente, cuya sangre ni siquiera estaba relacionada con la familia imperial, clamaba por obtener el trono.