Capítulo 8

50 12 15
                                    

Es la primera vez que duerme en el suelo y no en su preciado colchón de plumas, pero extrañamente no se ha sentido incómodo, incluso su espalda se siente aliviada de una manera sospechosamente satisfactoria. Aunque, algo de lo que no se acostumbra es no tomar té cuando, en su horario londinense, es la hora del té. Aquí no parecen acostumbrar a tomar té seguido, y eso es algo que lo pone de mal humor. Necesita urgentemente una taza de té de canela, pero Jungkook le ha confesado algo horripilante.

- Aquí no se cultiva la canela y, desgraciadamente, no conozco a nadie que exporte canela al país.

Casi se desmaya cuando le ha dicho aquello, y ahora se siente como en abstinencia del té.

- ¿Es tan necesaria tu ingesta de té? - En este punto desea más que nada golpearlo elegantemente con su guante blanco, pero no trae consigo uno.

- Tan necesaria como su ingesta de Soju. - La cara de Jungkook es un poema, una desfiguración total en su máxima expresión.

La verdad es que hay un tipo de té que, si consumen aquí, pero no está seguro si será del agrado de su compañía.

- Tenemos Té verde. - Confiesa con simpleza, retomando su camino al jardín trasero donde sus cultivos personales están a casi nada de ser cosechados. Taehyung también le sigue, poniéndose las curiosas zapatillas de madera que Jungkook ha conseguido para él.

Ambos se pasean por los cultivos, notando abiertamente la dedicación y empeño que Jungkook pone en ellos.

- ¿Té verde? ¿Cómo es?

Jungkook no responde, al parecer ha encontrado la planta que buscaba y retira una que otra hoja de esta misma. Nuevamente le sigue hasta dentro, en una especie de cocina al aire libre y se dedica a observar al alfa, que busca una olla pequeña de cobre, para llenarla de agua y poner las hojitas a hervir.

Unos minutos después el agua a hervido en su totalidad, tornándose de un color verdoso claro que se ve algo peculiar. Le ha servido el líquido en un vaso pequeño, blanquecino como el mármol, y espera pacientemente a que Taehyung se digne en tomarlo y probarlo.

-Té verde. 

- ¿Esto es té verde?

- No preguntes y mejor pruébalo.

Nuevamente, al igual que con el Magkolli, da un sorbo pequeño y temeroso. Es extraño, no es un sabor que le desagrade pero que tampoco le gusta el todo. Aun así, decide darse la oportunidad de probar un poco más, pues sus ganas de té son más grandes que otra cosa. Está bien, piensa, pero no es su exquisito té de canela y comienza a sentir nostalgia.
Jungkook lo nota, el gesto de contraerado de su cara donde intenta acostumbrarse al sabor fuerte y herbal del té verde, por eso decide hacer algo y mejor retira el vasito de entre sus manos, rosando sus dedos por accidente con los nudillos del omega. Una vez más Taehyung no puede evitar sorprenderse, hasta hace poco ha notado que los pequeños contactos de piel con piel que tiene con el alfa no le disgustan como creía.

-Una embarcación llegará pronto, con otros muebles y presentes que necesito para mis negocios. Regresaran a Londres al día siguiente, si gustas puedes mandarle una carta a tu madre y pediré exclusivamente que te traigan canela para tu té.

Sus ojos brillan como las estrellas cuando el alfa le dice aquello, y no puede evitarse abalanzarse sobre él para darle un fuerte abrazo de agradecimiento.

- Es lo más precioso que alguien ha hecho por mí. -

- ¿Qué te den té de canela? - Jungkook se está riendo, no pensó que algo tan simple fuera así de especial. Sin embargo, Taehyung niega con una sonrisa tímida, alejándose de apoco una vez que ha caído en cuenta de sus repentinos impulsos.

Clavel BlancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora