Suk Ji
Hace unos diez minutos que cogí con mi hermano y tengo la necesidad de volver a sentirlo dentro de mí. Las gotas de agua resbalan por mi cuerpo relajando cada músculo, mis manos rozan cada milímetro de mi piel hasta llegar a ese lugar sensible, uno de mis dedos se escabulle en mi interior provocando que el miembro crezca por la necesidad de volver a sentir un orgasmo.
Fue el mejor sexo que he tenido y para nada me arrepiento todas las veces que esperé por este momento porque fue más intenso de lo que pensé. El dedo en mi entrada comienza con movimientos suaves sacándome gemidos al recordar lo bien que se sintió tener a mi hermano dentro de mí.
La otra mano se dirige al miembro masturbándome deliciosamente. Cierro mis ojos para recordar sus besos, su lengua danzando con la mía, sus manos tocando cada centímetro de mi cuerpo al igual que sus dientes mordiendo la piel, mi mano aprieta con fuerza el órgano viril cuando llego al orgasmo, mil sensaciones explotan por todo mi cuerpo expulsando hasta la última gota de semen.
—Me tienes mal —Mis manos vuelven a recorrer mi cuerpo repasando por los moretones que tengo en el abdomen y pecho, no me he atrevido a verme en el espejo porque estoy seguro que estoy lleno de chupetones gracias a Juwon.
Termino de bañarme cerca de las cuatro de la mañana, siento el aire fresco de la madrugada entrar por la ventana que se encuentra abierta, voy al espejo para verificar los chupetones marcados en mi cuerpo. Cuento cinco en mi pierna derecha que comienza desde más arriba de mi rodilla con uno pequeño y sigue aumentando su tamaño mientras se acerca a mi intimidad, la pierna izquierda es lo mismo que la otra, observo mi torso totalmente marcado, moretones que forman un camino hasta mi cuello donde aparece un chupetón a un costado a la vista de cualquiera.
—¡Mierda! —gruño pasando mis dedos por esa marca en el cuello que a nadie se le va a escapar.
Me coloco un bóxer limpio para ir al escritorio, mi excitación aumentó al ver mi cuerpo completamente marcado por mi ardiente hermano, tomo asiento encendiendo el portátil para ver todo lo que mi hermano hizo conmigo.
Las cámaras de la habitación debieron grabar todo desde un buen ángulo, todos los videos se guardan y lo agradezco porque puedo ver con lujo y detalle cómo se entierra en mí. Entro a la ventana para escoger el video que se supone debe ser en el momento que cogimos. Doy clic reproduciendo el video que para mi suerte es el indicado dejando ver desde el momento que ingreso a la habitación con mi cara de indecisión, me acomodo en la silla para disfrutar de un lujurioso video.
Inconscientemente comienzo a masturbarme disfrutando de lo que estoy viendo, sintiendo cada penetración, cada mordida, beso y toque queJuwonme dio hace unos minutos atrás y ahora estoy viendo lo que no fui capaz de ver en ese momento, su mirada en ciertos momentos viaja al espejo para observarnos, debe tener alguna obsesión o fetiche con los espejos porque cada que alza su mirada su cadera se mueve con más fuerza contra mi cuerpo.
Escucho el sonido que provoca nuestros cuerpos cada vez que chocan, tiro mi cabeza hacia atrás disfrutando de los movimientos de mi mano, sentir tanto deseo y tenerlo tan cerca me está matando, quiero tenerlo otra vez dentro de mí y no tengo el valor de ir a su cuarto para ponerme en cuatro y dejar que haga lo que sea conmigo.
Masturbarme se volvió tan común en mi vida que a veces siento que no es suficiente y menos ahora que mi hermano me hizo gemir hasta decir basta, cierro más mi mano provocando que duela, pero suficiente para que llegue al orgasmo junto con los gemidos del video. Arqueo la espalda al sentir el orgasmo explotar embarrando toda mi mano, observo el video para ver a los dos acostados mientras regulamos nuestras respiraciones.
—Te deseo cada vez más —Ingreso al baño para limpiarme, regreso a la habitación dispuesto a descansar, observo la hora en mi celular diciéndome que pronto amanecerá y con eso decido cerrar mis párpados para descansar las pocas horas que me quedan antes de ir donde Seo Hwan.
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Seducción [En proceso]
RandomEl deseo carnal es más fuerte que la moral. Es la frase que está perfecta para Juwon y Suk Ji que luego de volverse a ver sus deseos carnales regresan con mayor intensidad entre ellos.