Nunca había disfrutado tanto de ver a mi padre tratando de disimular el disgusto que siente por verme aquí en Corea y sobre todo en la casa frente a tantas personas que estoy seguro que son políticos o empresarios. Disfruto ver como mi padre mantiene sus ojos fijos en los míos queriendo hacerme bajar la mirada cosa que no va a lograr porque ya no soy el niño tonto de antes.
—Te extrañé —chillo abrazando como cualquier hijo que extraña a su padre, no lo hago yo, pero con solo sentir como cada músculo se tensa cuando mis brazos se cierran en él no puedo evitar sonreír con maldad.
—¿Qué haces aquí? —susurra en mi oído para que nadie escuche la pequeña conversación que tenemos.
—Solo te extrañé —Observo como algunas personas comienzan a murmurar varias cosas sin despegar la mirada de nosotros.
—No creas que me creo tu cara de niño bueno —sentencia. Casi puedo sentir como desea que me trague la tierra y desaparecer de este mundo.
—Entonces creo que sabes lo que te conviene —dejo mi farsa de hijo bueno para ser claro de lo que quiero.
—No me van a chantajear.
—No lo hago padre, solo quiero volver a mi casa —me acercó más a su oído para que me escuche claramente —. Casa de donde me echaste hace varios años.
—Y no me arrepiento —aclara con asco en su voz.
—No me importa si te arrepientes —añado. Me vale un pepino si se arrepiente o no, si lo hace no cambiaría nada —. Solo vas a callarte y hacerte de la vista gorda cuando haga o diga algo.
—Hasta crees que te voy a dejar que vivas en mi casa —repite lo de su casa.
—No te vengo a quitar esta mierda —claro que no es una mierda, como la va a ser cuando aquí vivió sus últimos días mi madre, sin embargo, debo demostrar que no soy como antes —. Solo volveré a vivir en la que también es mi casa.
—No te quiero aquí —sostiene con odio.
—No te pregunte si querías o no, te estoy diciendo lo que voy hacer.
—Mandarte a Los Ángeles te ha vuelto un irrespetuoso.
—Gracias, me halagas, todo es gracias a ti —Me agrada tener la respuesta correcta para sus ataques y ver cómo le afecta.
—Dije que no vas a vivir aquí y no lo harás —asegura con firmeza. Me separo con una sonrisa de burla por su forma de querer tener el control cuando claramente lo tengo yo.
—Buenas noches a todos los invitados —alzo la voz para que todos me escuche, le doy una mirada llena de diversión a mi padre para dirigirla a todas las personas que han dejado de murmurar para préstame su total atención —. Una disculpa por no preséntame como corresponde, pero extrañaba mucho a mi padre —hago énfasis en ''mi padre'' observando por el rabillo de mi ojo la reacción de mi progenitor —: quería que él fuera el primero en verme antes de presentarme oficialmente. Mucho gusto —empiezo con mi presentación, doy una mirada rápida a Seo Hwanque oculta una sonrisa —, Me llamo Kim Seok Suk Ji, hijo del diputado y empresario más importante de Corea, Kim Min Joon, mi padre —por un instante toda la casa queda en total silencio, los presentes se miran unos a otros buscando la respuesta de que hacer hasta que mi padre habla.
—Una disculpa por el alboroto de mi hijo, acaba de regresar a Corea y su personalidad no le permite ser muy reservado como lo representa mi hijo mayor —casi puedo sentir una corriente de nervios cruzar por mi cuerpo tras la mención de Juwon —. Una disculpa sincera por interrumpir su conversación, pueden seguir con lo suyo mientras esperamos al cumpleañero —todos regresan a sus actividades.
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Seducción [En proceso]
DiversosEl deseo carnal es más fuerte que la moral. Es la frase que está perfecta para Juwon y Suk Ji que luego de volverse a ver sus deseos carnales regresan con mayor intensidad entre ellos.