Capítulo 2 ''Ayuda''

291 31 1
                                    

Me levanté de la cama y fui directo al baño, aunque tuve que soportar las arcadas por el olor asqueroso del vomito de Seo Hwan. Me bañé y me coloqué otro bóxer negro porque el anterior estaba sucio por el exquisito orgasmo de esta mañana, me miré en el espejo observando mi reflejo, mi torso completamente desnudo mostrando el abdomen totalmente formado gracias al gimnasio. Mi cabello apuntaba en todas las direcciones, mi estómago pedía a agritos por comida.

—¿Está bien? —escuché la voz de Seo Hwanen la cocina.

—Perfecto —respondió una voz que no conocía.

A paso sigiloso entré en la cocina y allí estaba mi amigo cocinando no sé qué y un castaño de cuerpo delgado, pero para nada decepcionante, también tenía lo suyo.

Hijo de perra.

Hace más de dos horas que Seo Hwanhabía salido de mi habitación y se suponía que su niñito ya no estaba en mi casa, pero no, allí estaba peor que chicle abrazado a la espalda de mi amigo que sonreía sin siquiera disimularlo.

¡Verga! Se eJuwonoró.

Fue lo primero que dije. Desde que conoció a ese muchacho no cogía con nadie y tampoco deja que alguien se le insinúe además siempre está con ese mocoso. Me aclaré la garganta tomando asiento frente a ellos donde separaba la isla de la cocina.

—Buenos día Suk Ji —saludó el castaño con una sonrisa que podía derretir a cualquier el corazón y claro que a mi amigo le afectó eso.

—¿Eh? Hola —dije un poco incómodo por su presencia.

No acostumbro a traer personas desconocidas a mi casa y cuando Seo Hwanlo hace siempre trata de sacarlas antes de que yo me despierte. Vivir con Seo Hwanal inició fue un martirio y más porque él vivía aquí antes de que yo llegará a Corea.

—Él es Jaehyung, Kim Jaehyung —aclaró y asentí sin darle importancia. En verdad no me importaba para nada a quién se tiraba.

—¿A qué hora te vas? —pregunté sin disimular mi incomodidad.

—Perdón —se disculpó Seo Hwanlanzándome una mirada asesina —. Él no es acostumbrado a tener extraños en la casa.

—No lo sabía, perdón.

—Ok —respondí con simpleza levantándome del asiento.

—¿A dónde vas? —me interrogó Seo Hwanantes de que salga de la cocina.

—No sé —respondí —, tal vez a dar una vuelta.

—¿Conoces Corea?

—Si me pierdo tengo GPS.

—¿No vas a desayunar?

—Con el olor que dejaste en mi baño juro que comer es lo último que haré en este día —salí de la cocina dejando el ambiente cursi y meloso entre ellos dos.

................

Manejaba por las calles de Corea, la ventana completamente abajo donde mi brazo descansa y en mi muñeca había un reloj, mi camisa doblada hasta los codos y los lentes oscuros junto con mi cabello. Realmente el negro fue hecho para mí, mi cabello era negro, mis ojos igual negros. El tráfico era terrible y el calor es insoportable.

—¿Por qué no avanza? —murmuré fastidiado. Odiaba los días calurosos porque no me gustaba que mi cuerpo estuviera húmedo por el sudor.

No sabía a donde ir mientras mi amigo terminaba su asunto en la casa que obviamente era mía y salí yo en vez de ese mocoso. Impaciente saqué mi celular para saber dónde estaba el hombre que me provoca erecciones con tan solo pronunciar su nombre. Abrí la aplicación, una por una las cámaras fueron apareciendo mostrando imágenes sin ningún movimiento dando a entender que Juwon no estaba en su habitación. Las cámaras dejaban ver la entrada de la habitación y el plasma, en otra se podía ver la cama donde dormía y otra al closet. La habitación de mi hermano sí que es grande.

Seducción [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora