Juwon.
No podía dejar de pensar en Jiyu y lo destrozada que debe estar en este momento con la noticia de su padre, yo viví eso y recordar aquel sentimiento dolía como si lo estuviera viviendo por una segunda vez. Soy cardiólogo y he sido testigo de tres muertes de mis pacientes, pero ninguno de ellos o al menos no presencie la escena como con Jiyu, esa niña tan dulce que derritió mi corazón en tan pocos minutos de conocerla, su madre se había ido y ahora la única persona que tenía en el mundo estaba muerta.
Pisé a fondo el acelerador tratando de disminuir el tiempo y llegar rápido a la casa, deseaba tanto acostarme y cerrar mis ojos, no por cansancio sino porque en verdad quería dejar de pensar y dejar de sentir esta punzada en mi corazón que me dificultaba respirar con normalidad. Recordar la muerte, la promesa que le hice a mi madre era la peor forma de destruirme, quería huir de este sentimiento de tristeza que tanto odiaba sentir, quería llegar a él donde parecía que todo era normal y nada podría lastimarme, él, que, aunque es mi hermano ahora es parte de mi corazón donde parece haberse metido para nunca más irse o al menos yo no permitiría.
—Hola mi niño —escucho la voz de mi nana cuando cruzo la puerta de la casa.
—Hola nana —sonrío débilmente, me dirijo a las escaleras dispuesto a subir sin embargo parece que no será posible cuando escucho la voz de mi padre.
—¿No vas a cenar? —lo miro sentado en el comedor mientras toma una taza de café y lee algo que no me importa saber.
—No —mi respuesta es un débil susurro —. Tuve una cirugía y quiero descansar —explico cuando la mirada de mi padre me mira fijamente.
—Descansa —no digo nada y subo directo hacia la habitación de Suk Ji que se encuentra con seguro, mi ceño se frunce, toco la puerta dos veces y espero a que abra, tarda unos segundos, pero lo hace.
No le doy tiempo a reaccionar cuando lo tomo de la mano y lo arrastro a mi habitación, ni siquiera prendo la luz y caigo en la cama llevando conmigo a Suk Ji que cae sobre mi pecho, me quedo sin aire cuando su peso me aplasta, pero eso no impide que abrace su cintura y cierre mis ojos enterrando mi nariz en su cabellera aspirando el aroma del shampoo.
—¿Qué pasa? —se remueve tratando de alejarse, no lo permito y cierro mis brazos con más fuerza alrededor de su cintura.
—Solo unos minutos —susurro aspirando profundo el aroma de su cabello, disfrutando de la calidez que emana su cuerpo sobre el mío, sobre todo sentir como encaja perfectamente nuestros cuerpos.
Permanecemos así por largos minutos, Suk Ji se deja besar la coronilla mientras él roza mi pecho con la yema de sus dedos provocándome cosquillas. No sé en qué momento desabotonó la camisa, sin embargo, no digo nada, se siente bien esto. Puedo escuhar los latidos de nuestros corazones siendo uno solo, nuestras respiraciones calmadas y es que puedo decir que estoy tranquilo, mi mente está en blanco donde solo se centra en disfrutar de esta tranquilidad que me brinda Suk Ji.
Escucho la respiración pesada y tranquila de Suk Ji que no soy capaz de mover un musculo con tal de no despertarlo, cierro mis ojos rogando por no dormirme para después castigarlo por desobedecerme, sin embargo, es más el cansancio de mi cuerpo que me quedo dormido abrazando con fuerza a Suk Ji.
..............
—¿Por qué te lo sacaste? —lo miro con diversión.
Dormitamos un rato, el sueño profundo de Suk Ji me ayudó a desvestirlo y amarrarlo a la cama boca abajo. Permaneció así hasta que impacté mi mano en su glúteo logrando que se despierte asustado.
—¿No piensas responder? —rodeo la cama hasta quedar a un costado donde se encuentra el rostro de Suk Ji.
—¡PORQUE TENÍA GANAS DE CAGAR! —grita zarandeando si cuerpo —. ¡SUELTAME! —sacude su cuerpo logrando solo que el nudo en sus muñecas y tobillos lastimen su piel.
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Seducción [En proceso]
RandomEl deseo carnal es más fuerte que la moral. Es la frase que está perfecta para Juwon y Suk Ji que luego de volverse a ver sus deseos carnales regresan con mayor intensidad entre ellos.