Por décima vez en media hora, el delta volvió a darse la vuelta en su cama, gruñendo al ser incapaz de conciliar el sueño. Chan abrió uno de sus ojos observando la hora en su reloj, eran las cinco de la mañana, así que ahí iba otra noche sin dormir.
Con un bostezo se incorporó en su cama, tallando sus ojos cansados, desde hace dias era incapaz de pegar un ojo, con suerte podía caer dormido una hora, para que luego su cuerpo lo obligará a despertar, impidiendole dormir de nuevo. No comprendía el porque de esto, pero podía suponer que se debía a que aquella fecha estaba cercana.
Al levantarse de su cama, observó como afuera estaba comenzando a amanecer, al menos no tendría que gastar mucho aceite de su lampará para poder movilizarse. Porque sí, por algún extraño motivo la electricidad de su baño ya no funcionaba, tan raro...
Si, que raro
Christopher odiaba tanto aquella manada, pero sabía que si la abandonaba no conseguiría entrar en alguna otra, lo que lo volvería un desterrado y prefería seguir soportando aquellos actos maliciosos a tener que pelear diariamente por obtener un bocado en su boca, o para que su carne no sea aquel bocado.
Dejo salir un fuerte suspiro, levantandose por fin de la cama, con sus pies descalzos salió de la habitación, cruzó su pequeña cabaña hasta llegar al fogón, el cual encendió para poder calentar un poco su casa, porque el frío en esta era insoportable
El delta observó por la ventana sus cultivos, rogando internamente porque no le hayan echo nada en lo que paso la noche, era tan horrible tener hambre y no poder comer porque su fuente de alimentos fue envenenada de nuevo. Chan prefería pasar hambre por unos días hasta verse forzado a visitar el mercado de la mada, donde en cuanto ponía un pie dentro recibía toda clase de insultos, por eso compraba lo más rápido posible y se largaba, siemprese sin observar a nadie mas que no sea su amiga.
Dentro de esa asquerosa manada solo le quedaban dos amigos, Jihyo y Changbin, ambos atendían un puesto dentro del mercado, la mujer una verdulería y el hombre una carnicería. Ninguno tenía mucho tiempo de aparecerse por su hogar, los puestos dentr del mercado los mantenían muy ocupados diariamente.
Chan ingreso en su cuarto de baño a pasos lentos, donde tuvo que encender una de sus lamparas de aceite, porque algo que el delta odiaba era la oscuridad, no soportaba no poder observar su entorno y serciorarse que no existía un peligro latente; luego despojarse su pijama se metió en la ducha lavando su cuerpo y su cabello, el agua helada le calaba los huesos, pero no tenía otra opción, desde que era niño no habia podido tomar un baño caliente.
Su cabaña no era tan anticuada como para no permitirle instalar un calefactor, pero ese era un trabajo que los electricistas de la manada debían realizar y ellos se negaron rotundamente a hacer el trabajo cuando les pregunto si podían instalar un calentador en su cabaña.
Recuerda con rencor aquello, porque ese invierno habia sido extremandamente helado, por lo que sin querer contraer neumonía o hipotermia, Chan no se baño por semanas; en sí, no abandonaba su cama cubierta de cobijas, porque en cuanto ponía un pie fuera de ellas, sentía como sus huesos se congelaban y mientras el tiritaba a cada segundo, todos en la manada vivían desprecupados dentro de sus casas con calefacción y calentadores.
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Había una vez un delta... | minchan
FanfictionLos deltas son 'rudos y violentos' según las creencias de otros Los omegas son 'delicados y bondadosos' según las creencias de otros ¿Qué pasa cuando alguno desafiaba esas creencias? Era tachado de defectuoso Chan era el delta marginado de su manada...