𝟸

2.5K 297 3
                                    

Minjeong observó el reloj en la pared del salón, faltaban exactamente cinco minutos para culminar la jornada escolar y su profesor de historia no paraba de parlotear sobre cosas que ni siquiera tenían que ver con la clase. Comenzó a guardar sus cosas, tenía que irse lo antes posible.

Colgó su mochila en sus hombros justo antes de que la campana sonara. Mientras el resto de alumnos acomodaban sus cosas, ella ya estaba huyendo hacia la salida, tenía suerte de no tener ninguna clase con Jimin a última hora. Cuando por fin estuvo fuera de la institución se sintió un poco más segura, sin embargo no dejó de correr.

— ¡Te tengo! — Escuchó antes de ser aprisionada
entre unos fuertes brazos.

Se tensó y cerró fuertemente sus ojos — ¡Por favor, por favor no me hagas nada, tengo toda una vida por delante y-

— Minjeong.

— ¿S-sí?

— Soy Jimin — Liberó su agarre.

— ¡I-idiota!

— ¿Por qué huyes así de mi? Llevas tres días haciéndolo y ni te molestes en negarlo, antes me esperabas para que te acompañara a tu casa — Hizo un mohín.

— Yo no...uhm... ¡Tengo que llegar rápido a mi casa! — Exclamó comenzando a caminar con la mirada en el suelo.

Jimin caminó junto a ella — Minjeong, dime la verdad.

— Solo que, yo... te gusto y no... no sé...

— ¿En serio vas a cambiar por eso? Minjeong, te estoy acompañando a tu casa, no te estoy pidiendo matrimonio —  La rubia prefirió guardar silencio y seguir caminando, a lo que la mayor rodó los ojos.

Continuaron así unos minutos hasta que Minjeong desvió su mirada a la mano de Jimin, esa cálida mano que frecuentaba tomar cuando la acompañaba a casa, se reprendió mentalmente por tal hecho.

Repentinamente su mano se vio envuelta por la de la mayor, cosa que le sorprendió, no correspondió el gesto.

Sin embargo no se apartó.

Ni siquiera lo pensó, por que sabía que la mano de Jimin la hacía sentir protegida, aunque no lo admitiría.

— Minjeongie, estás rojita... — Dijo la más alta con una amplia sonrisa adornando su rostro.

— N-no estoy roja, eres daltónica.

Jimin solo rió y continuó disfrutando de la mano de Minjeong junto a la suya.

Blush | WinrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora