𝟸𝟶

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— De acuerdo, ¿qué te vas a poner? — Pregunta Giselle después de entrar a la habitación de la rubia y sentarse en su cama.

— Este de aquí, espera. — Minjeong sacó de su closet una falda de cuadros mezclilla y una camiseta blanca. Se los mostró a Giselle modelándolos por encima. — ¿Te gusta?

— Se ve bien. — Le sonríe la mayor y Minjeong se alegra.

— Además, tengo este. — Saca después un suéter negro que combinaba con su conjunto. — ¿Crees que sea demasiado?

— Para nada, es lindo, me gusta.

— Me lo regaló Jimin... — Menciona con una sonrisita.

— Aww, eres una ternura. — Minjeong se avergüenza un poco y desvía la vista. — Jimin tiene un novia adorable, es muy afortunada.

— ¿Quién? — Levanta la mirada como resorte al escuchar la palabra "novia", ¿Jimin tenía novia?

Giselle le mira con una ceja alzada. — ¿Pues tú? ¿Quién más lo sería si no eres tú? — Ríe y enciende su celular para revisar algunos mensajes.

— Aaah, Jimin no es mi novia. — Suelta aliviada.
Giselle gira la cabeza en su dirección como si estuviera poseída. Minjeong levanta una ceja. — ¿Por qué me miras así? Me das miedo.

— ¿No son... ¿¡Aún no son novias!?

— No...

— ¿Por qué?

— No, no sé, creo que aún no es el momento.

— No puedo creerlo...

Giselle se escucha realmente sorprendida, y Minjeong prefiere desviar el tema.

— M-me voy a duchar. — Dice rápido y toma su ropa. — Espérame quí.

— ¿Me harás esperar más? Tengo hambre, Minjeongie~

— Nadie te dijo que llegaras tan temprano, Aeri ~.

— ¡Tú me pediste que llegara temprano!

— Con temprano me refería a las cuatro de la tarde, llegaste a las ocho de la mañana.

— Uhm, de acuerdo. — La mayor se recuesta en la cama después de quejarse. — Aquí te espero.

— ¡Listo! — Minjeong salió del baño con su ropa
puesta y su cabello peinado.

— Te ves muy linda, Min. — Adula Giselle y la rubia sonríe. — Por cierto, Ningning va a traer a Minju, a Chaewon y a Yena. Además me dijo que Minju va a traer unas botellas.

Minjeong le mira con los ojos bien abiertos.
— ¿Cómo que botellas?

— Ay, no te hagas la inocente. — Giselle ríe y la menor rueda los ojos, sonriendo.

— Está bien, ¿no sabes si va a traer a Jimin también?

— Ese era el plan, pero Jimin no le contesta los mensajes, y a mi tampoco.

— Oohh, le preguntaré también, aún es muy temprano, quizás sigue dormida. — Giselle asiente de acuerdo y Minjeong la toma de la mano para sacarlo de la habitación.

— ¿A dónde vamos?

— A la cocina, me vas a ayudar a decorar mi pastel.

— ¿Lo hiciste tú?

— Sí, con ayuda de mi mamá, la receta me la dio el papá de Jimin. ¡El repostero! ¿Lo recuerdas?

— Sí lo recuerdo, nos hacía galletas cuando íbamos a su casa. De acuerdo, te ayudaré. — La rubia celebra y se disponen lo que queda de la tarde a decorar el pastel y preparar todo para la fiesta de cumpleaños de Minjeong.

🩷

Eran las ocho de la noche cuando todos sus invitados habían terminado de comer, incluso su papá había estado presente para la reunión. Sin embargo sus padres decidieron salir para que pudiera divertirse con sus amigas, que ahora estaban jugando just dance mientras tomaban sus primeros tragos.
Desafortunadamente a la festejada no la estaba pasando tan bien, pues la pelinegra que tanto esperaba ver en su fiesta, no se había aparecido hasta el momento. Y por si fuera poco, tampoco le había contestado los mensajes y llamadas en todo el día.

Estaba sentada tomando de su vaso, ligeramente desanimada. Lo que no pasó desapercibido por Chaewon, quien se acercó a conversar con ella para que olvidara lo de Jimin. A esa conversación se terminaron uniendo todas los demás, con la intención de animar a Minjeong.

Terminaron lográndolo después de un par de malos chistes y uno que otro trago. La rubia se levantó del sillón y comenzó a bailar con sus amigas, jugaron videojuegos, pusieron música a todo volumen e incluso hicieron un pequeño karaoke. Después de todo, tuvo una buena noche, a pesar de que a ratos estuviera triste.

Eran las once de la noche cuando sus amigas comenzaron a despedirse de ella una a una, para dirigirse cada quien a su casa. Fue entonces cuando la decepción cayó como un balde de agua fría sobre Minjeong. Porque claro que Jimin nunca llegó a su fiesta, y ahora se quedaría sola, triste y media ebria en casa, porque su madre no regresaría hasta el día siguiente.

Ya estaban todas afuera, subiendo al auto de Chaewon, quien no había tomado para poder llevar a todas a casa. Minjeong estaba en la puerta de su hogar despidiéndose con la mano, hasta que Chaewon se acercó de nuevo a ella.

— ¡Min! ¡Jimin me contestó una llamada, dice que ya viene!

Los ojos de la rubia brillaron al escuchar eso, aunque rápidamente trato de disimularlo. — ¿A qué viene? Ya acabó la fiesta.

— ¡Recíbela! Después nos cuentas que excusa rara inventó para no venir a tiempo, ¿sí? — Dice dándole unas palmaditas en el hombro. Minjeong ríe y asiente.

— De acuerdo., gracias por venir, Chae. — Le abraza con melancolía y ma chico le corresponde un poco extrañada, aunque le atribuye su comportamiento a que se le habían pasado un poquito los tragos.

— Ya me voy, es tarde y tengo que llevar a todas esas borrachas a sus casas. Adiós, Winter, feliz cumpleaños. — Le desea con una sonrisa y regresa al auto, la rubia le ve irse y cierra la puerta de su casa.

Minjeong se dispone a esperar una vez más a Jimin, escéptica, pues era tardísimo.

Blush | WinrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora