Blush | Winrina

𝟷𝟽

— ¿Puedes decirlo solo una vez?

— No.

— ¿Por favor?

— No lo haré, unnie.

— Winter~ — Abultó sus labios, inconforme. — Solo dilo una vez, y te dejo de molestar.

— Jimin, ¿por qué quieres que te diga algo que ya sabes?

— ¿Cómo puedo saberlo si nunca me lo has dicho? —
Minjeong suspiró con una sonrisa, rendida.

— Min... ¿por favor? — Sonrió inocente, picando con su dedo un costado de la rubia, quien rió por las cosquillas que le provocó.

— Jimin...

— ¿Sí? — Volvió a picar uno de los costados de Minjeong, y al no recibir una respuesta, repitió su acción. Lo hizo una y otra vez, haciendo reír a Minjeong hasta dejarla sin aliento.

Se detuvo para observar la linda sonrisa la rubia, con el rostro un poco rojo de tanto haber reído. Pero entonces lo vio tomar su mochila y levantarse de la banca de aquel parque.

— ¿A dónde vas? — Preguntó confundida.

— A mi casa.

— Pero... — Jimin observó la hora en su celular, debía aceptar que ya era un poco tarde. Suspiró desganada, realmente no quería separarse de Minjeong. — Está bien, ¿puedo acompañarte a casa?

— Nop. — Dijo sonriendo, y se acercó a la pelinegra, que seguía sentada en la banca del parque. Tomó su rostro delicadamente con sus manos y plantó un suave beso en sus labios.

Acto que sorprendió a Jimin, y es que Minjeong cada día se volvía menos tímida con el tema de los besos.

Y era ahora Jimin la que se ponía nerviosa cuando Minjeong la besaba, se sentía casi irreal.

La rubia se separó de sus labios con una sonrisa y buscó conectar sus miradas. Entonces pronunció las palabras por las que Jimin le había estado molestando toda la tarde.

— Me gustas.

La pelinegra la miró embelesada, imaginando que podía ser un sueño.

— Me gustas mucho, mucho, mucho. — Admitió de nuevo, con sus mejillas ardiendo. Le entregó un último beso fugaz en los labios antes de salir
corriendo del parque. Dejando a Jimin pasando suavemente sus dedos por sus labios, sin creer realmente lo que acababa de pasar.