Shinso Hitoshi
Monoma y yo estábamos frente a un juez, en la mesa estaban extendidas las actas a firmar, a nuestros lados teníamos nuestros testigos.
Bakugo al lado de Monoma y por mi parte Kaminari, mi mejor amigo de universidad.
–Saben como es el proceso, necesito sus firmas y sellos, se igual forma se les entregará un cuadernillo donde están detalladas sus obligaciones ante el Estado, aquí están los anillos y dentro de estos están los números de seríe, no deben perderlos, son importantes para identificarlos ante cualquier situación, cada par de anillos tiene un número de serie único e irrepetible –el juez nos extiende una caja con ambos anillos, no había un protocolo tal cual, no había votos, solo firmar y sellar, Monoma quiere tomar la caja y sacar su anillo, pero lo detengo, había visto en películas occidentales que normalmente el novio colocaba el anillo en la pareja.
Así que tomo el más pequeño y con cuidado agarro la mano de mi ahora esposo, extiendo su dedo y coloco aquel metal, con cuidado, sin presión.
Monoma al ver mi acción se apena y esconde la mirada de los testigos, pese a su notoria vergüenza pide hacer lo mismo conmigo y lo dejo ser. Toma mi mano y coloca el anillo, nuestros números de seríe eran; 45889 y 45890.
–Ok ya que han firmado y colocado los anillos pueden retirarse, recuerden que tienen un plazo de tres años para reportar la concepción de su hijo, si tienen más de uno se les dará compensación.
Asentimos ante el juez y salimos de aquel lugar.
–Bueno Bro, un gusto verte de nuevo y felicidades–Denki me abraza y se va, dejando me con los hermanos Bakugo, hace tiempo que no veía a mi amigo, desde que me había cerrado al mundo, pero ahora me sentía tan libre que quería recuperar mis viejas amistades.
–Monoma, adelantate al restaurante, Uraka ya está ahi–Bakugo no pide, ordena a su hermano irse con la clara intención de dejarnos solos, mi esposo mira con desconfianza al mayor pero obedece, tan solo me da un apretón de mano y un beso en la mejilla.
–Nos vemos en el restaurante.
Suelto su mano y espero a que Monoma se pierda entre la gente para ver a mi cuñado.
–Debemos hablar
Vamos al parque más cercano y nos sentamos en unos columpios, ya era tarde y muchos niños ya se estaban yendo con sus padres.
–No te pediré que cuides a mi hermano, por qué eso ya lo debes tener claro, es ya una obligación, no una opción –asiento sin intención de discutir, era cierto, yo ya lo había asumido como mi responsabilidad – pero me preocupa el tema de los hijos.
Aquello no lo entendía del todo, los hijos era un tema muy normal en esas situaciones y no veía nada alarmante.
–Veras...nuestra familia tiene una cosa rara...tiene una predisposición.
–¿Cuál?–podia hacerme una pequeña idea si lo externaba como algo serio.
–Mi madre estuvo embarazada 3 veces, pero como sabrás solo somos dos–asiento–yo intenté tener hijos dos veces, pero solo tuve uno–ya comprendía todo–el primer hijo de todo Bakugo es un Beta.
Cierro los ojos ante la impotencia, no todo podía ser tan fácil, incluso si Monoma me hacía sentir que si.
Si durante el embarazo se registraba que el bebé era Beta, era eliminado de inmediato, no se pedía el permiso de los padres, era automático.
–Momoma no sabe nada, se lo hemos ocultado, no quiero que sufra más, suficiente fue con perder a nuestros padres, así que quiero que pospongas el proceso de inseminación.
–Pero el Estado nos obligará, incluso si no queremos – era imposible huir de esa ley, eran tres años, pero al segundo ya tenías a la policía en tu puerta.
–Lo se, pero conozco a mi hermano, el intentara llevar a cabo la inseminación este mismo año, por eso te pido que lo retengas lo más que puedas.
–¿Y luego que?- incluso si esperabamos tres años, la ley no cambiaría.
–Confia en mi
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Después de firmar el acta de matrimonio y cenar con los Bakugo, Monoma y yo nos vamos a mi departamento, aún no habíamos comprado algo en conjunto, el Estado no obligaba a las parejas a vivir juntas, pero si a tener hijos, era algo irónico, de igual forma mantuve en secreto mi conversación con Katsuki, no quería abordar ese problema cuando apenas estaba aceptando mi nueva vida, ambos acordamos en compartir un departamento e intentar convivir, acepte ser parte de este matrimonio, tal vez aún no eramos una pareja estable, pero si había aprecio, como amigos o algo más íntimo.
Al llegar al departamento Monoma va directo al baño a cambiarse y yo me quedo sentado en la cama, no sabía que hacer, o bueno, si sabía al ser nuestro primer día de casados, pero no era un matrimonio convencional, así que lo más normal sería irme a dormir a la sala y darle su espacio a Monoma.
Me levanto con esa intención pero en en ese momento sale Monoma con una toalla pequeña secando con delicadeza su rostro.
–Cuando el carro paso cerca de nosotros sentí el polvo en mi cara, de verdad necesitaba limpiarme –yo me quedo paralizado con mi mano en la manija listo para salir.
Mi esposo me mira extrañado y me toma de la mano para sentarnos en la cama.
–Es nuestro primer día de casados –dice y pone la toalla a un lado de el, dandome toda su atención.
–Si, yo puedo dormir en la sala....si así estás más cómodo.
Puedo ver una decepción en el rubio, pero también determinación.
–Duerme conmigo –demanda mi esposo, pero sus palabras no sugerían solo dormir.
–Tu...¿Quieres?–pregunto tanteando terreno, sus mejillas ya se habían tornado carmín al igual que las mías.
–¿Y tu?
Me regresa la pregunta y no sabía que hacer, ¿que movimiento, debía lanzarme, tomar la dirección de los posibles acontecimientos?
–Deja de pensar tanto –me regaña y toma mis mejillas para acercarme a el.
–Aqui es donde me dices que es tu primera vez.
Le digo para aligerar mis nervios, pero el solo ríe.
–En tus sueños
Y me recuesta en la cama para quedar sobre mi, me besa suavemente, ambos apenas estábamos tomando confianza, nuestros cuerpos se estaban conociendo por primera vez.
–Me detendré si lo pides–le digo y lo tomo de los hombros para invertir los lugares, de esa forma quedó sobre el y nuestro beso empieza a ser más demandante.
El olor a café inunda el cuarto y sin querer se mezcla con mi aroma, siento el cuerpo del rubio tensarse, pero poco a poco se va relajando..
–¿Todo bien? –pregunto rozando mís labios en su cuello.
–Si, solo que me sorprendió la fuerza de tu aroma.
Y entierro mis dientes en su cuello, Monoma era adictivo.
–Maldito Alfa, más te vale que no hayas dejado una marca.
Si bien sonaban enojado, sabía que le gustaba, su olor a excitación lo exponía ante mi.
–Descuida, mañana hará frío y podrás llevar una bufanda.
Sin más protestas me concentro nuevamente en su cuello, la noche era joven al igual que nosotros.
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"Las obligaciones del Estado asesinaron el romance"
-Saturno55
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El Dia Sin Aroma
FanficMonoma había crecido en un hogar donde no importaba la clasificación de Alfa, Beta y Omega, sin embargo, tras la muerte de sus padres es obligado a salir al mundo real y enfrentar sus responsabilidades como Omega. Shinso, por el contrario, nació en...