VII

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—¡¡¡Bájame, Leon!!!

—Obligame. —rió divertido.

—¡No es gracioso! ¿¡Cómo puedes soportar mi peso!?

—En realidad eres demasiado liviano. —dijo moviéndolo de arriba a abajo delicadamente.—Te falta...¡Chocomilk!

—Deja de hacerte el chistoso y bájame.

—No seas malhumorado, arenitas.~

—...¿"Arenitas"?

—Sí, ¿No sabías que en eso se traduce tu nombre?

—Creí que era "arenoso"...

—Sí, también, pero "arenitas" suena mucho mejor.

—Ha-Ha-Ha. —miró al joven contrario serio, provocando en éste una sensación de terror. Cuando Sandy se lo proponía, podía ser intimidante.

—Ya, bueno...—puso cuidadosa y delicadamente en el suelo a su amigo ojeroso.

—GRACIAS. Ahora si me disculpas...—el pelimorado hizo un gesto "extraño" con su mano.

—¿Huh?

—Volteate, bobo. Tengo que cambiarme.

—Ohhh... Cierto, ciert- Espera, ¿Por qué? Ambos somos hombres.-puso una expresión algo tonta a la vista del contrario, haciéndolo reír.

—No creo que quieras ver.

—¿Por qué? No es como que te vayas a quitar toda la ropa(incluida la interior), ¿No?

—No, pero existe algo llamado "Privacidad". —chocó la palma de su mano con su frente, algo impaciente.

—Está bien, está bien. —dijo acatando la petición del moreno ojiamarillo, formando un silencio bastante incómodo; Leon miró el techo para intentar distraerse, no había nada interesante... Sólo techo, duh. Miró al suelo, ¿Qué tiene de malo ver a tu compa cambiarse? "Es para reforzar amistad", pensó para después sonreír por su propio mal chiste, de alguna manera voltear le estaba generando morbo pero evidentemente no iba a hacerlo, Sandy le pondría 18374859 órdenes de restricción... Aunque no veía nada fuera de lo común cambiarse frente a alguien, Nita y él solían compartir habitación, por lo que estaba acostumbrado a que su hermana se cambiara sin pudor alguno y a él tampoco le interesaba ni la veía de una manera errónea, es su hermana después de todo. Sandy era ahora su amigo y aún así no quería que lo viera, pff, qué absurdo pero no lo iba a obligar a nada.

—Ya puedes voltear.—llamó al camaleón con un tono bajo, aún subiendo el cierre de sus botas de plataforma.

—Ésos minutos fueron eternos.—reía para alivianar la tensión del ambiente, siendo ignorado por el ojeroso.

—Ya casi estoy listo, sólo una cosa más. —dijo al mismo tiempo que iba a buscar al otro lado de la habitación su tocador, tomando una curiosa botellita de cristal de color rojizo y dibujos. Una vez en las finas manos del chico pelimorado, fue destapada y Sandy roció un poco del contenido de ésa curiosa botella cristalina en su cuello, liberando aquel delicioso olor a cereza que Leon ya reconocía y adoraba.—Ahora sí.

Cherry Blossom Boy- Leon x Sandy 🍒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora