XII

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[9:38 p.m]

Un lindo chico pelimorado se hallaba en su habitación tumbado plácidamente viendo cualquier tontería en su celular después de haber tomado una ducha. Habían pasado tres "largos" días desde que no sabía nada de su amigo castaño, a pesar de que estaban literalmente al lado del otro no había recibido mensajes de él y tampoco visitas; se le hacía extraño por los mensajes, pues a pesar de que no se vieran absolutamente todos los días lo que sí hacían era enviarse mensajes a diario. El último fue el suyo, teniendo un bonito "en visto" en su chat con el ojirrojo.

¿Habrá hecho y dicho algo mal?
Por éstas razones no le gustaba tener cercanía a amigos, comenzaban a portarse distantes sin motivo aparente y eso le daba mucha flojera. Era una lástima, creyó haber encontrado oro entre tanto cobre y mierda; ni siquiera piensen que se iba a atrever a insistir, él era de la firme idea de que rogarle a cualquiera sólo era humillante.

-Qué mala suerte, realmente comenzaba a encariñarme. -miró nostálgico a la ventana, queriendo imaginar que en cualquier momento aquel joven iba a aparecer. Mantuvo la vista fija por minutos más, anhelando el suceso.-Qué estúpido soy.-giró su cuerpo del lado contrario, queriendo olvidar cualquier otro pensamiento acerca de Leon. Comenzaba a darle sueño.

Siguió mirando tonterías en internet, algunas cosas le recordaban al pecoso. Odiaba demasiado no poderlo sacar de su mente, "no era para tanto", se reprochó a si mismo. Jamás necesitó ni necesita amigos, además, habían sido sólo dos míseras semanas. -bufó en molestia.-Cómo sea.

-¿Ya te dormiste?~

Abrió los ojos como platos inmediatamente. Ésa voz... Ésa voz era...?

-¿Leon? -se levantó rápidamente de su comodidad y ahí estaba él, tan radiante como siempre. Talló sus ojos, ¿En serio los deseos existían?

-¡Arena! -se apresuró a abrazarlo, tomando por sorpresa a Sandy, correspondiendo de todas maneras.

-Ésto... ¿Es real? -dijo vagamente, intentando sentir bien las texturas; tal vez estaba soñando.

-¿Por qué no lo sería, tonto? -contestó divertido para después romper el agarre y mirarlo a los ojos. Ésos ojos, tan hermosos, tan amarillos y tan vivos; sonrió.

-... No lo sé.-titubeó momentáneamente.- Creí que no ibas a volver a hablarme.-la respuesta contraria hizo sorprender a Leon, cambiando su ademán a uno algo triste.

-Sí,, sobre eso... Tenemos que hablar

"Tenemos que hablar"
Aquella frase no le estaba dando buena espina pero intentó controlarse, ¿Acaso lo iba a abandonar?
"Abandonar", qué estupidez. Se retractó de lo que había pensado.

-Está bien.-soltó un largo suspiro.

-Sandy... La razón por la que no supiste de mi en tres días fue jessie.-al oír ése nombre la molestia de su ojeroso rostro se hizo inminente.

-Ah. ¿Qué pasa con ella?

-Verás, Jessie no quiere que me junte contigo. -desvió la mirada con melancolía mientras que el pelimorado se veía aún más molesto pero a la vez no podía contener sus ganas de ponerse de rodillas y suplicarle al camaleón, "No me abandones"... Carajo.

Cherry Blossom Boy- Leon x Sandy 🍒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora