-Deberías terminar con Jessie, ¿Sabes? -habló mientras miraba al techo, buscando cualquier tontería para poder distraer un poco todo su mar de pensamientos.
-... No sé. -el pelicafé suspiró en tristeza-Yo la amo.
-¿En serio la amas o sólo amas cómo te hace sentir? -Sandy se giró de lado derecho, viendo a su amigo quién lucía divagante; se detuvo a mirar los pequeños detalles de la cara de éste. Las pecas de Leon era algo que le fascinaba.
-Tampoco lo sé.
Podía sentir la mirada del pelimorado en él, no le incomodaba realmente, pero le preocupaba lucir demasiado sentimental y agobiar al menor, por lo que decidió sonreír para después voltearse a mirarlo también, quedando ambos chicos de frente. El silencio de la habitación era enormemente inminente aunque no incomodaba a ninguno de los dos presentes, oían con serenidad los profundos ruidos de la noche; grillos cantar sin mucha lejanía de la habitación actual, ojas de árboles siendo alborotadas por el fresco viento que entraba a través de la enorme ventana, la comodidad de las suaves cobijas nunca se había sentido tan reconfortante.
-Debería estar en mi casa, durmiendo. -agregó el moreno pecoso, soltando una pequeña risilla. Sí que estaba haciendo travesuras, a las 11:47 p.m fuera de casa, en una cama ajena y robándole el sueño a los ojos amarillos que tanto brillaban.
-¿Qué importa? Nadie se dará cuenta. -respondía con tranquilidad, jugando con su propio cabello.
-Tienes razón...
-¿Has visto las estrellas desde un telescopio? -dijo para después levantarse, mirando al camaleón e intentando ser misterioso.
-Huh, no. ¿Por qué? -no hubo respuesta por parte del contrario, pues fue directamente a esculcar su clóset sin sigilo alguno. "¿Qué tramaba ahora?" Su pregunta fue respondida con un sólo vistazo, pues en las manos del pelimorado yacía un "pequeño" telescopio portátil espacial, sorprendiendo al castaño y antes de poder decir algo, Sandy se adelantó.
-Veamos qué hay en el cielo ésta noche.-extendía orgulloso dicho objeto.
-Obviamente hay estrellas, bobo. -rió.
-No arruines el momento.-rodó los ojos en pequeña señal de molestia-Y párate, no podrás ver nada desde la cama.
-Está bien, está bien. -tal cuál le dijo su amigo se levantó, pero con algo de pereza incluida, se sentía demasiado adormilado.
El pelimorado se sentó en la ancha orilla de la ventana, haciendo uso del dichoso telescopio, hace tiempo no lo usaba y haber recordado la existencia de aquel objeto en ése preciso momento fue una suerte. Leon imitó su acción, sentándose junto a él.
-¿Qué ves? -dijo curioso, quitándose su verde capucha para poder sentir el helado viento de la fría noche.
-Estrellas, bobo. Duh. -rió y acto seguido revolvió el castaño cabello de su moreno amigo- Ver por aquí es como estar ahí... Frente a frente con los astros.-le entregó lo que para él, era aquella tan maravillosa cosa al ojirrojo.
...
Eran ciertas las palabras de Sandy, la vista del objeto es majestuosa, ¿Cómo algo tan "pequeño" podía mostrarte cosas así de magníficas? No tenía ni el más mínimo conocimiento de astronomía, pero fue evidente que una gran bola amarilla y brillante que pudo apreciar se trataba de la gloriosa luna; incluso la palabra glosaria quedaba corta ante tal belleza. Lo primero que se le venía a la mente al verla, eran los ojos del pelimorado, tan bellos y llenos de luz, nunca se iba a atrever a decirle, pero aquellos ojos era lo que más le gustaban del contrario, específicamente cuando la atención y mirada de los mismos era sólo de él.
-Si tú fueras una estrella... Serías la luna.-Sandy al oír semejante oración soltó una enorme carcajada, sus mejillas estaban sonrojadas de risa y a la vez de vergüenza, sí, el cumplido de Leon había sido bonito... Sin contar un pequeño error...
-La luna no es una estrella, tonto.~
.....
-....... ¿Qué importa? -intentaba ser amable aunque definitivamente se humilló a si mismo y aquello dejó un silencio incómodo entre ambos chicos, haciendo sentir un poco mal al ojiamarillo, tomó todo el valor que pudo para decir lo siguiente;
-Si tú fueras una estrella... Serías el sol.
Leon quedó estupefacto, fue un halago muy dulce viniendo del moreno ojeroso, más tomando en cuenta que él no solía decir ése tipo de chorradas, pero tampoco se contuvo de arruinarlo.
-¡Ja-ja! ¡El sol no es una estrella, bobín!
-. . . . . .
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~ ᶜʰᵉʳʳʸ ᵇˡᵒˢˢᵒᵐ ᵇᵒʸ ᶜʰᵃᵖᵗᵉʳ ˣᴵᴵᴵ
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...
-Éso dolió, arena. -dijo sobándose con una pequeña bolsa de hielos.
-Lo sé, lo sé... Perdón.
-Aún duele.
-No fue intencional... (Sí fue pero no midió su fuerza-) -puso una mano por sobre la del castaño, quién estaba aún sosteniendose la bolsa en su mejilla.
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[Ya sé, ya sé, estuvo bien corto pero no quise arruinarlo agregando más- Si se preguntan qué le hizo Sandy a Leon... Buenos la respuesta es simple; le aventó el telescopio a la cara]
