En los últimos dos años, Wednesday Addams y Enid Sinclair se han enfrentado a todo tipo de desafíos y misterios. Su último año en Nevermore parecía perfilarse como el más pacífico hasta el momento. Pero durante unas vacaciones escolares de primavera...
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Wednesday Addams cruzó el patio (" Es un pentágono ") de la Academia Nevermore y se dirigió a su dormitorio en Ophelia Hall. Sus pasos resonaron en el lugar inusualmente vacío.
Era marzo, y su último año en la Academia.
El receso de primavera había comenzado el día anterior y la gran mayoría de los estudiantes habían regresado a casa o emprendido viajes con amigos para un período de vacaciones lleno de emoción y excesos. Algunos estudiantes habían decidido pasar el período de vacaciones en sus residencias en la Academia bajo la supervisión de un puñado de profesores. Wednesday y Enid habían optado por ello.
Una semana mayormente solas, se merecían tiempo para ellas mismas.
Las dos habían pasado por mucho desde ese fatídico día a mitad del semestre hace dos años, cuando Wednesday Addams conoció a Enid Sinclair.
Una amistad inicialmente difícil creció a medida que se desarrollaba un misterio que involucraba un asesinato, un monstruo, identidades falsas, secretos del pasado y venganza más allá de la tumba. Una amistad con altibajos que, de forma lenta pero segura, se convirtió en algo más profundo durante el siguiente año y medio, nuevamente no exento de misterios y desafíos: la identidad del acosador (Enid había perdido la cuenta de cuántos giros en la trama tenía esa locura), las desapariciones de mascotas aún sin resolver en Jericó, todo ese drama con la madre de Bianca...
Y cuanto menos se diga sobre El gran robo del árbol de Navidad.
Al final, el mayor desafío para una relación romántica entre Wednesday y Enid habían sido ellas mismas. Parecía que todos sabían lo que estaba pasando entre las dos excepto ellas. El fuerte "¡Finalmente!" exclamado por Yoko cuando la inquietante Addams y la burbujeante licántropa formalizaron su relación ya considerada legendaria.
El segundo gran obstáculo, y quizás el más amargo, había sido la familia de Enid. Aunque la relación de Enid con ellos había mejorado sustancialmente desde su delirio hace dos años, la matriarca Sinclair no aprobaba la relación con la Addams.
Se pronunciaron palabras airadas y se hicieron ultimátums. Enid no había sido expulsada oficialmente de la manada, pero durante los últimos seis meses solo había estado en contacto regular con su padre, uno de sus hermanos y un primo lejano. El resto de su familia la había hecho a un lado y el golpe emocional había sido duro para la mujer lobo generalmente optimista.
Afortunadamente, ella no estaba sola. Wednesday había sido un pilar inquebrantable de apoyo siempre a su lado. La joven Addams todavía tenía dificultades para expresar sus emociones, pero dejó muy claro desde el principio que estaría allí para Enid, para siempre.
Y su palabra parecía extenderse al resto de su familia.
Enid solo tuvo contacto cara a cara con la Familia Addams en un par de ocasiones, pero Gomez y Morticia ya la veían como una de ellos. Básicamente, se aceptaba como un hecho que Enid sería una Addams algún día, incluso si eran algo discretos al respecto, por consideración a la naturaleza más reservada de su propia hija.
