En los últimos dos años, Wednesday Addams y Enid Sinclair se han enfrentado a todo tipo de desafíos y misterios. Su último año en Nevermore parecía perfilarse como el más pacífico hasta el momento. Pero durante unas vacaciones escolares de primavera...
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Bueno, al menos no es un Hyde , pensó Enid. Esas fueron las buenas noticias.
La mala noticia era que, fuera cual fuera la criatura en la que se había convertido Isadora Laslow, no parecía tener mucho que envidiar al monstruo que aterrorizaba los bosques alrededor de Nevermore y Jericho hace dos años. Cierto, la forma mutada de la bruja no era del mismo tamaño que un Tyler Galpin transformado, pero era obvio que, a juzgar por el tamaño desproporcionado de su brazo izquierdo, seguramente podría golpear con una fuerza similar. Y las apariencias engañaban, no había manera de determinar de qué era realmente capaz hasta que entraba en acción.
Un gruñido constante se formó en la parte posterior de la garganta de Enid. La parte racional de su mente estaba aterrorizada. Afortunadamente, su yo animal estaba usando ese miedo como un buen combustible para el nivel de agresión que iba a necesitar si esa cosa cargaba contra ellos. Instintivamente, la licántropa se colocó frente a Wednesday, Friday y Pup.
Wednesday, espada en mano, lo intuyó. Su única reacción fue lanzar una mirada con una ceja arqueada a Enid. En otro tiempo los Addams se habrían ofendido al pretender que alguien hubiera querido protegerla como si fuera una indefensa, pero después de dos años con su loba sabía que Enid podía ser cien veces más testaruda que ella.
Eso no significaba que no pudiera probar algo diferente primero.
"¿Isadora?" ella preguntó.
La masa de músculos morados que había sido Isadora Laslow los miró. Su rostro antes cadavérico todavía era reconocible, pero sus rasgos estaban exagerados, como una caricatura grotesca. Sus ojos sobresalían de sus órbitas como dos orbes desproporcionados que no podían ser tapados por sus párpados, así como sus labios no podían contener los colmillos que sobresalían de una boca demasiado pequeña para ellos. Sus gafas rotas descansaban en el suelo junto a sus pies descalzos en los que aún se podían ver los restos de su calzado destrozado.
En su mirada brillaba la locura y la ira.
"Me pregunto cuánto de ti sigue siendo una criatura racional", dijo Wednesday, "o cuánto es una bestia. ¿Lo averiguaremos?"
Isadora rugió en respuesta. Un sonido que reverberó más allá del quad. En sus habitaciones, los estudiantes de Nevermore se sobresaltaron. Yoko, Ajax, Bianca, Eugene y Lenore no pudieron evitar tensarse en sus puestos de guardia.
Durante el rugido, la boca de Isadora se abrió más allá de la comisura de los labios, desgarrando la piel de sus mejillas mientras su mandíbula se desquiciaba, mostrando una grotesca hilera de dientes de tiburón.
"Impresionante", reflexionó Wednesday.
" Wednesday , no admires la abominación ", susurró Enid nerviosa.
