En los últimos dos años, Wednesday Addams y Enid Sinclair se han enfrentado a todo tipo de desafíos y misterios. Su último año en Nevermore parecía perfilarse como el más pacífico hasta el momento. Pero durante unas vacaciones escolares de primavera...
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Wednesday Addams miró el objeto que tenía delante con el mismo temor calculador con el que uno miraría una serpiente de cascabel enroscada.
"Sabes, todavía encuentro un poco cómico que después de todo este tiempo sigas siendo reacia a llamar a casa", dijo Enid.
"Es una bola de cristal Enid, no un teléfono, no hay llamadas telefónicas involucradas".
"Semántica. Magia o no, sigue siendo como una videollamada", respondió la loba, "¡Ahora, adelante!"
"¿Por qué te preocupa hablar con papá y mamá?" preguntó Woe. El resto de las Wednesday estaban detrás de ellas en la habitación, observando con atención.
"Wednesday tiene problemas de mamá", dijo Enid, con una sonrisa traviesa.
"No tengo problemas de mamá", gruñó Wednesday antes de volver su atención a Woe, "pero hace un par de años mis impulsos adolescentes me llevaron a una forma de rebelión nacida de la percepción errónea de que mis padres estaban tratando de moldearme. en una réplica de sí mismos, especialmente de mi madre".
Woe simplemente miró a Wednesday con los brazos cruzados, levantando una ceja, "Pff... adolescentes".
"¿No eres tú también un adolescente, Woe?" preguntó Enid.
"Obviamente uno más maduro en términos psicoemocionales".
"Énfasis en psico", agregó Wednesday .
"Por supuesto."
"Está bien, está bien, eso es suficiente", intervino Enid, reconociendo las señales para detener el intercambio verbal antes de que se intensificara, "Activa la bola ya, Wends".
La bola de cristal comenzó a brillar con un tono azul. Gradualmente en su centro comenzó a materializarse una imagen y pronto dos figuras fueron visibles a través del cristal como si estuvieran al otro lado de una ventana ligeramente curva.
Gómez y Morticia Addams no habían cambiado absolutamente nada en los últimos dos años. El mismo espíritu vivo en él, la misma delicada dignidad en ella. Todo envuelto en un remolino de pasión, amor y abundantes gotas de macabra locura. La pareja miró sonriente a su hija, no sin cierta sorpresa al ver su rostro materializarse en la bola de cristal que tenían en la Mansión Addams.
"¡Mi pequeña víbora!" saludó efusivamente Gómez.
"Wednesday cariño, que bueno verte" dijo Morticia "Pero te confieso sorpresa, solo nos sueles llamar los domingos, ¿ha pasado algo?"
"Siempre atenta, Madre", respondió Wednesday , "No hace falta decir que la situación está bajo control. Te llamo porque necesito los servicios de..."
"¡Oh, por el amor de...!" exclamó Enid, pegándose a Wednesday y mirando directamente a la bola de cristal. Del otro lado Morticia y Gomez vieron aparecer a la mujer lobo junto a su hija, "¡Al menos explíquenles lo que pasó, Wends! ¡Hola Sr. Addams, Sra. Addams!"
