En los últimos dos años, Wednesday Addams y Enid Sinclair se han enfrentado a todo tipo de desafíos y misterios. Su último año en Nevermore parecía perfilarse como el más pacífico hasta el momento. Pero durante unas vacaciones escolares de primavera...
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Enid Sinclair había visto muchas cosas extrañas, desagradables, aterradoras, alucinantes e inquietantes en los últimos dos años.
Luchar contra un Hyde y obtener cicatrices de las que finalmente estaba orgullosa, ayudar a resolver crímenes, evitar desmayarse cuando Wednesday le mostró una foto de la autopsia (un logro personal que la hizo particularmente feliz), rastrear sin ayuda a un acosador que siempre parecía estar a diez pasos. por delante de todos, el duelo de Wednesday con un pretendiente hombre lobo no deseado...
Aunque le tomó un tiempo aceptarlo conscientemente, desde el día que conoció a su compañera de cuarto y ahora actual novia, Enid supo que su vida se había abierto a un reino extraño y espeluznante. Y ella no lo cambiaría por nada.
Pero la escena que pudo presenciar ahora, mientras se sentaba en su cama ignorando el olor de las bolsas que contenían lo que habría sido su cena, definitivamente se llevó la palma.
Tres Wednesday , frente a ella.
La mujer lobo todavía estaba tratando de adaptarse a la idea... podía ver las similitudes y las diferencias y el efecto que causaba en su cabeza y sentidos cuando los observaba era desconcertante. Las edades, los rostros, las actitudes... era como ver reflejos distorsionados de la misma persona. Enid conocía a su Wednesday casi como la palma de su mano y podía ver que incluso ella estaba conteniendo su propia inquietud bajo una de sus máscaras de estoicismo pragmático.
Había una cosa en la que los tres eran absolutamente iguales y que Enid estaba bastante segura de que solo ella podía apreciar: su olor. El aroma de libros antiguos, mansiones oscuras y criptas frías que siempre acompañaron a la Addams, con la fragancia metálica ocasional de algo afilado y el óxido de la sangre.
Las tres lo tenían. Incluso la pequeña de rosa, que generó dudas.
Preguntas que también debían estar rondando por la cabeza de las dos Wednesday mayores, quienes tras aclarar lo poco que sabían de la situación a la recién llegada se habían sumido en un nervioso silencio observándola intensamente.
La joven Wednesday volvió a mirar a sus dos contrapartes, frunciendo ligeramente el ceño en una expresión de desconcertada confusión que a Enid le pareció adorable.
"¿Hay algún problema?", Preguntó ella, "Me has estado mirando por un tiempo".
Las dos Wednesday mayores se miraron por un momento. Finalmente la mayor fue la primera en responder.
"Tu ropa. Es muy..."
"Rosa", finalizó la segunda Wednesday .
La más joven miró su vestido rosa con desconcierto, como si no entendiera cuál era el problema.
"¿Y que pasa? ¿Hay algo malo con eso?", preguntó ella, con un leve temblor en su voz.
Enid decidió intervenir, saltando de la cama y acercándose a la más joven Wednesday con una sonrisa amistosa en su rostro.
