Dos corazones que laten por igual,
dos almas que se buscan en la inmensidad,
dos cuerpos que se anhelan día tras día,
dos personas que se aman en la soledad.
El tiempo pasó y el amor creció,
pero las circunstancias no lo permitieron,
la distancia se hizo presente y el dolor surgió,
y aunque quisieran, juntos no se encontraron.
Se escribieron cartas de amor sincero,
se hicieron promesas de nunca olvidarse,
y aunque a veces se sintieran lejos,
siempre sus corazones supieron encontrarse.
Pero la soledad pesaba cada vez más,
y los deseos de abrazarse aumentaban,
quisieran estallar en un beso de pasión,
pero la distancia era el obstáculo a vencer.
Se juraron amor eterno en la despedida,
y lloraron por la imposibilidad de besarse,
pero ahí quedó latente el anhelo de estar juntos,
de compartir la vida en un amor apasionado.
La vida siguió y los caminos se separaron,
pero nunca dejaron de recordarse,
y ahí seguían latiendo esos corazones enamorados,
esperando algún día poder reencontrarse.
-Dayn
