En un laberinto de sentimientos me encuentro,
donde el amor es confuso y no tiene dueño.
Un torbellino de emociones me envuelve,
haciendo que mi corazón tiemble y se resuelva.
Susurros de deseo llenan mis oídos,
mientras mi mente busca respuestas y abrigos.
El amor es un enigma que no puedo descifrar,
me pierdo entre susurros y no sé cómo actuar.
Un día me envuelve con sus brazos cálidos,
al otro me hiere con sus gestos fríos.
Un vaivén constante de alegría y desdicha,
me sumerge en un mar de confusión y lucha.
El amor me atrapa en su telaraña de incertidumbre,
me hace cuestionarlo todo sin acostumbrarme a la costumbre.
¿Cómo saber si es real o solo una fantasía?
¿Cómo distinguir entre la verdad y la hipocresía?
Mis días se pintan de mil colores,
mi corazón se desborda de dulces sabores.
Pero al mismo tiempo, me sumerjo en la duda,
si lo que siento es amor o solo una ilusión desnuda.
El amor es confuso, eso es innegable,
me hace bailar en la cuerda floja y vulnerable.
Un día me eleva al cielo con su ternura,
y al otro me sumerge en una profunda amargura.
Aunque el amor sea un enigma sin resolver,
no puedo evitar caer en sus redes una y otra vez.
Porque a pesar de la confusión y las preguntas sin final,
el amor también es un sentimiento celestial.
Enredado en sus misterios, sigo adelante,
con la esperanza de encontrar una respuesta constante.
Porque aunque el amor sea confuso y desconcertante,
es en su confusión donde reside su encanto vibrante.
-Dayn
