Último Latido

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En lo profundo de la oscuridad,
un chico perdido y desorientado,
sin saber que su vida ha terminado,
caminando por un mundo sin identidad.

Sus ojos buscando respuestas,
entre sombras y desolación,
sin percatarse de su eterna inanición,
pues su existencia es solo una aparente farsa.

Sus pasos se deslizan en la niebla,
su corazón palpita en vano intento,
aquel chico no conoce el lamento,
de que la muerte se haya llevado su alma.

Las calles se desvanecen ante sus pies,
las palabras se pierden en el aire,
el viento susurra su nombre sin cesar,
pero él sigue sin entender lo que sucedió.

¿Acaso fue un destino injusto?
¿Una maldición que lo persigue?
¿O simplemente una realidad difusa,
que sus ojos no quieren reconocer?

En su búsqueda constante de sentido,
se topa con figuras sombrías,
almas en pena, seres sin vida,
que le susurran al oído su cruda realidad.

El chico se estremece, su piel eriza,
pues finalmente comprende su estado,
su corazón se detuvo, su vida se ha apagado,
ahora es un espectro en la eternidad perdido.

Un chico que no sabe que está muerto,
vagando sin rumbo en este mundo invisible,
sus lágrimas se desvanecen antes de caer,
pues ya no habrá más dolor en su existencia.

En la penumbra de su desolación,
acepta su destino con resignación,
un eterno suspiro escapa de sus labios,
mientras avanza hacia su eternidad final.

Este poema, aunque oscuro y triste,
es un recordatorio de la fragilidad de la vida,
y que debemos valorar cada momento,
antes de perdernos en la sombra de la muerte.

-Dayn

Escritos De Un AdolecenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora