En un rincón del mundo, dos almas se encontraron,
un chico enamorado y una chica confundida,
sus caminos se cruzaron y sus corazones chocaron,
y en las dudas y los miedos, su amor quedó escondida.
El chico, con sus palabras suaves y sinceras,
intentaba convencerla de que su amor era real,
pero la chica, llena de dudas y barreras,
no sabía si entregarse o solo huir hacia atrás.
Él susurraba al viento versos de pasión y cariño,
le cantaba serenatas a la luz de la luna,
trataba de abrir los ojos de aquel amor dormido,
pero la chica seguía llena de confusión profunda.
Sus miradas se encontraban en cada amanecer,
en cada estrella que brillaba en el cielo,
pero sus corazones no lograban comprender,
qué era aquello que sentían y cuál era su anhelo.
El chico apostaba todo por ese amor sincero,
sabía que la chica era su razón de existir,
pero ella temía perderse en aquel sendero,
y no estaba lista para amar ni para seguir.
Pasaron los días y las noches sin respuesta,
el chico enamorado esperaba un sí o un no,
pero la chica seguía en la neblina su travesa,
buscando un camino en su corazón tan frágil y roto.
Finalmente, un día, el chico se presentó ante ella,
con los ojos llenos de lágrimas y el corazón afligido,
le confesó que su amor sería eterno, aunque ella dudara,
y que esperaría a que su confusión se hubiera disipado.
El tiempo pasó y la chica comprendió,
que aquel chico enamorado era su verdadera felicidad,
que a su lado encontraría el amor que tanto buscó,
y que juntos escribirían una historia sin finalidad.
Así que la chica confundida se entregó,
al amor del chico impulsivo y apasionado,
y juntos construyeron un amor que floreció,
superando las dudas que una vez los habían separado.
Y ahora, caminan juntos bajo el cálido sol,
con sus manos entrelazadas y sonrisas en sus caras,
recordando aquellos días de confusión y dolor,
agradeciendo al destino por unirlos en sus almas.
-Dayn
