Biological Love [BL #1 | D.O]

La muerte de Warn

Los segundos se hicieron eternos al verlo caer contra la alfombra de felpa de la oficina de Warn. Corrí hacia donde él se encontraba y me arrodillé a su lado para poder tener un mejor acceso a su herida. Él respiraba agitado y la herida en su pecho chorreaba como mil demonios. No sabía que hacer, me había imaginado miles de situaciones de como terminaría nuestro encuentro con Warn pero el que Kyungsoo saliese herido no estaba en ninguna de ellas.

—No respires tan rápido. Intentaré curarte, tranquilo—exclamé desesperada, miré hacia atrás y Yi Fan se encargaba de golpear a Warn por lo recién ocurrido.

Puse mis manos sobre Kyungsoo y la curación que debió haberlo sanado de inmediato, no ocurrió. De inmediato una risa se escuchó en la habitación y resonó como un vacío eco de demencia.

—¡Descubrí su maldito punto débil!—gritó el ensangrentado Christopher Warn en el piso—Perlas anaranjadas. Los debilitan e impide realizar sus habilidades.

Miré hacia el techo de nuestro enemigo y todo estaba cubierto de las famosas perlas anaranjadas. Cerré los ojos y respiré con desespero. El pecho de Kyungsoo bajaba la potencia de respiración y su piel se volvía más pálida de lo común. Sus ojos amenazaban con cerrarse para siempre.

Corrí hacia donde Warn y empujé a Yi Fan para que me dejara torturar a ese maldito. Lejos de nosotros había caido el revólver y Minho lo pateó para que llegase a mi alcance.

—Maldita estúpida. Tengo mis bolsillos llenos de esas perlas y mi abrigo tiene broches hechos de lo mismo.

—¡Y yo tengo una maldita arma con la que te puedo partir la cabeza en mil pedazos!—vociferé y sus ojos se abrieron con gran sorpresa.

—¡Te hice una chica inteligente, servicial!—gritó en forma de respuesta—Te hice valer algo, Annie. Hice que al fin a alguien le importaras y si me matas, vivirás en desgracia toda tu maldita vida. No te dejaré en paz.

—Vete a la mierda, Warn—espeté—Ojalá ardas en el infierno.

Apunté el arma hacia Warn y sin dudas apreté el gatillo y la bala se desplomó contra su cuello. Recordé todo lo que había pasado, mi infancia en un orfanato por que Warn y su padre ya fallecido, la muerte de mis amigos por no cumplir con sus órdenes, sus experimentos y todo mal que alguna vez me hizo a mí y a todos aquellos que yo amé.

Apreté repetidas veces el gatillo, asegurando que no volviese a vivir y lancé el arma al piso. La sangre derramada por Warn se mezcló con mis zapatos y una alarma diferente se desató por todo el edificio. Las luces que antes eran rojas, se habían vuelto negras.

—¡Ya, Annie!—gritó Minseok—Debemos marcharnos. Habrán mas guardias en minutos.

Los pasos en los pasillos se hicieron intensos y todas las miradas fueron directo hacia mí. Kyungsoo ya no estaba respirando y su sucesora era yo. Debía encargarme de ellos.

Miré en 360 grados la habitación y una ventana me iluminó la mirada. Esa era nuestra oportunidad.

—La ventana—grité y Minseok iba a comenzar su charla de "trabajé aquí y las ventanas son irrompibles", pero lo hice callar con el sonido del revólver y sus balas al destrozar la ventana en mil pedazos. Era imposible que el cobarde de Warn hiciese una ventana irrompible en su habitación, si al primer susto era el primero el arrancar.

El primero en saltar fue Yi Fan con Kyungsoo en los brazos, seguido de Minho y Minseok. Cuando era mi turno, miré por última vez hacia adentro. Respiré hondo y sonreí. Ya había acabado con Warn y eso era la felicidad más grande que pudiese existir.

。。。

—Maldita sea, no puedo hacerlo—grité y me lancé a llorar a los pies de Kyungsoo. No podía volver a hacerlo vivir por la creciente baja de energía que había sufrido por aquellas perlas.

El rostro de Kyungsoo se encontraba blanco y sus labios, sus preciosos labios estaban morados. Abracé su cuerpo sin vida y apreté su ropa con la necesidad de poder tenerlo conmigo algunos minutos más.

—Kyungsoo. No pude...lo siento—le dije y las lágrimas comenzaron a atacarme de la peor manera, no quería soltarlo, no quería perderlo.

—Annie ...yo—susurró Minho y se puso de cuclillas frente a mí—Hay solo una oportunidad para devolverlo a la vida. Yo...me arriesgaré. No tengo a nadie que se preocupe por mí de la manera que él la tiene.

—¿De qué hablas?—pregunté y él sonrió y acarició mi mejilla cuando ya había dejado el cuerpo de Kyungsoo en el piso.

—Solo promete que estarás siempre con él o harás que mi muerte sea en vano—dijo él con su siempre amable voz.

—No dejaré que mueras también, Minho.

—Prometelo, por favor.

Cerré mis ojos y asentí con los ojos cubiertos en lágrimas. Minho soltó mi rostro y se aproximó hacia Kyungsoo para luego sentarlo y poner su mano en el pecho sin vida. Ligeramente el cabello de Minho comenzó a flamear contra el viento y su sonrisa fue desapareciendo cuando la respiración de Kyungsoo volvió a aparecer en su pecho.

Un frío me recorrió la espina dorsal cuando los ojos de Minho perdieron la vida y cuando cayó al piso. Dejándome en claro que se había sacrificado por Kyungsoo.

Los párpados de Kyungsoo se fueron abriendo con dificultad por la abundante luz de la isla.

—¿Dónde estamos?—miró a Minho y comprendió lo sucedido—¿Por qué lo hizo?

Corrí hacia su lugar y lo abracé tan fuerte que comenzó a toser por la falta de aire.

—Te amo, idiota. No sabes cuanto te amo—exclamé y él me besó. Sin rodeos y vergüenzas. Ahora simplemente éramos uno y no dejaría que nadie más nos separara. Y menos ahora que había vuelto de la muerte por Minho. No dejaría que su muerte fuese en vano.

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