Biological Love [BL #1 | D.O]

Amor y estallido

—¿Para que querías que Annie quedara de las últimas en su poder?—preguntó Yi Fan mientras lo miraba con el entrecejo fruncido. Estando con el revivido Yixing a un costado de él.

—¿Podrías explicarles, Lay?—dijo Min Ho mientras miraba al recién aparecido.

Lay se paró en el centro de donde nosotros estábamos y comenzó a explicar un montón de sucesos.

—Annie es lo que llaman "la nueva creación", quien puede hacer todo lo que se proponga. Ponte, Min Ho la dejó al final de todas las demostraciones porque puede copiar un poder solamente con presenciarlo. Ella ahora podrá también tener el poder de Min Ho, seguido por todos los que ustedes mostraron hace algunos minutos. 

Annie me había contado que había podido hablar por telepatía con Lay en sus primeras horas en la isla, ella simplemente dijo que no sabía como hacerlo pero desde que Yixing le había hablado ella había podido responder sin problemas. Cosa que yo no he podido lograr en todos los años que llevo transformado.

—¿O sea ella será nuestra arma letal en la guerra?—preguntó Jong In con los ojos brillando en emoción—¿Ella podría hacernos ganar?

—Sinceramente sí. Ella es la única que han podido crear y hacer que sobreviva. Warn ha creado muchos prototipos que se han desintegrado automáticamente al ser inyectados con el suero morado.

Suero morado. Recuerdo que nadie le creía al escucharla hablar sobre aquel suero. Ahora todo calzaba.

—Impresionante—balbuceó Lu Han y le sonrió a Annie—Si nos ayudas a ganar, simplemente te regalo a Kyung Soo como ofrenda.

Todos me miraron y simplemente sonrieron. Curiosamente tampoco pude evitar hacerlo y tampoco pude evitar sentirme feliz por tenerla en este lugar. 

—¿Será práctico que demuestre lo que sé?—preguntó ella y Lay negó rotundamente.

—Mientras más poderes veas y menos ejecutes, más energía tendrás para el día que estalle la guerra. Serás una especie de bomba atómica si reservas tu poder para el día en que la necesitemos.

Ella asintió y sonrió levemente. Luego me miró y yo le hice un gesto de aprobación con ambos pulgares y ella bajó la mirada luego de darme una gran sonrisa.

***

Habíamos pasado todos los días restantes en la espera de la explosión de la guerra ejercitando nuestros poderes en cada una de nuestras "manadas". Todos ayudamos a nuestros habitantes a poder ejercer con mayor facilidad cada habilidad que se proponían y Annie tenía que estar en todos los entrenamientos que cada manada de la isla hiciera para poder presenciar las habilidades de todas y tal como una fotocopiadora, imitarlos.

—Estoy exhausta—dijo dejando caer sus hombros y lanzándose al suelo. De inmediato me senté a su lado.

—Ya no nos queda mucho para que estalle todo. Sinceramente hay que esperar a que nos den la señal para comenzar con los ataques. 

—No puedo creer que hoy simplemente todo tenga un desenlace—susurró y suspiró con pesadez.

—Sinceramente este no es el final que yo espero.

Ella paró en seco lo que iba a decir y me miró. De verdad ese no era mi punto máximo. El ganar la guerra no era mi gran objetivo. Tenía muchas más grandes ambiciones en cuanto a venganzas y guerras. Este solamente sería el puntapié inicial.

—¿Cuál es?—preguntó, con la boca abierta mientras esperaba mi respuesta.

—Mi mas grande deseo es acabar con Hunting Monsters y con todas las instituciones que tienen a lo largo del mundo. Quiero que ellos dejen de hacer sufrir a gente inocente con sus experimentos despiadados.

—¿Piensas acabar con toda esa tropa de gente tú solo?

—Espero poder hacerlo como también espero que alguien más me apoye en esa locura que me propongo desde el día que vi morir a mis padres...

Recordar lo que pasó con mis padres me hacía sentir impotente. Me daban ganas de poder devolver el tiempo y poder asesinar a todos los que asesinaron a mis padres o simplemente atrasar el tiempo y hacer que ellos nunca necesitaran de la empresa para vivir. Que ellos nunca me hubiesen dejado.

—Si es así, ya tienes a la primera persona de tu ejército—me dijo con seguridad. Haciéndome sonreír en el acto.

—¿Estás hablando en serio?—le pregunté con un oleaje de alegría inundarme.

—Sí. Me encantaría ayudarte en cada cosa que te propones, Kyung Soo.

Y ahí mis movimientos fueron dudosos, pero totalmente convenientes. 

Me acerqué a ella y sin preocuparme por el que diría, la abracé como nunca había abrazado a alguien. Recordaba que por la última persona que había sentido todo este montón de buenos momentos fueron con mis padres y eso me hacía sentir como antes. Sentía que si ella vivía en mis brazos podía revivir mis antiguas experiencias y sentimientos.

—¿De verdad quieres ayudarme?—le pregunté mientras aún estábamos abrazados—No me gustaría que nada malo te pasara. 

—No me pasará nada malo. Al menos con todos los poderes que he visto hasta me consideraría una bomba letal—se alejó un poco de mí y tomó mis manos mientras sonreía... ¿En qué momento me había vuelto tan accesible para tantas cursilerías?—Si tengo tanto poder me gustaría poder ocuparlo de buena manera...

—No sé por qué pero me gusta escucharte hablar así. Tienes las agallas que siempre esperé que una mujer tuviese—le sonreí y ella agachó su mirada... algo sonrojada—¿Por qué te sonrojas?

—Es algo muy estúpido, Kyung Soo. No me prestes atención—susurró y frunció sus labios.

—Quiero saber por qué. De verdad...

—No creo que te importe.

—Juro que me importa—dije y apreté sus manos, haciéndole saber que podía decirme cualquier cosa.

—Me gustas...—soltó sin más, congelándome totalmente bajo sus palabras.

¿Gustar? 

simplemente nunca había experimentado un sentimiento como aquel, pero fuese lo que sea que estaba sintiendo en ese momento por Annie creo que es lo que ella acababa de mencionar. 

La rara sensación de mi corazón ablandarse ante sus palabras, ese escudo y coraza de decepción que pensé que siempre me cubrirían se rompieron y la barrera que me impedía poder sentir un sentimiento más que el odio se había marchado. Simplemente acorté las distancias y volví a abrazarla para corroborar por completo que me había enamorado de ella.

Mientras estaba comprensado contra ella, sentí los pasos frenéticos de alguien acercándose a nosotros. Annie tomó mi mano con temor a lo que se acercaba y apretujé su mano haciéndole saber que todo estaría bien.

Esperamos a que la sombra se acercara con mayor precisión hacia nosotros y cuando estuvo en frente de nuestras narices, solté un aire de alivio. Pero el alivio duró hasta notar la cara que traía el chico y lo siguiente que dijeron sus labios.

—Chicos—balbuceó Se Hun con dificultad—Acaban de atacar el sector de Jong In. Debemos movernos. La guerra comenzó.

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