Biological Love [BL #1 | D.O]

"El día que tanto esperaste"

El chirrido proveniente de la silla de Warn resonó por toda la oficina. Sus dientes apretujados y su expresión nula daban la impresión de que no tuviese el mínimo de interés en lo que estuviese a punto de decir.

-Querida Annie Lizperth-susurró aterciopeladamente mientras tomaba algunos papeles de su escritorio y los ponía frente a sus fríos ojos celestes-Llegó el día que tanto esperaste.

'El día que tanto esperé'. Que idiotez más grande.

-Este año el proyecto de castigo extra laboral no busca asesinar a empleados sino que busca enfrentar sus más grandes miedos. Tu más grande miedo ya fue vencido y aún sigues con vida así que en ti lo único que haremos será enfrentar tus grandes culpas.

Asentí en silencio mientras él leía el documento frente a sus narices.

-Tenemos tres grandes opciones, de las cuáles puedes elegir una y desligarte por completo de todo el peso que cargas en tu espalda cada día-puso tres hojas en el escritorio como cartas de tarot.

La primera decía "Mutación Biológica", la segunda "Fusilamiento Público" y la última "Misión Sorpresa". No entendía nada.

-¿Qué se supone que es todo esto?-pregunté por fin haciendo que él me mirara por sobre los papeles que leía.

-Las maneras con las que puedes remediar todo lo que has hecho, o mejor dicho lo que no has hecho-tomó la primera hoja- La mutación biológica trata de transformar a empleados rebeldes y cobardes en reales soldados de guerra, con habilidades y talentos nunca antes vistos. Las primeras sesiones de mutaciones, según lo que dicen los que la han sobrevivido, son realmente terribles. La caída del cabello y el cambio de colores en los ojos son uno de los primeros efectos secundarios que se presentan.

Conocía a una persona a la que le habían aplicado aquella manera de castigo y digamos que ya no está lo suficientemente cuerda como para decir lo que le pasó en aquella sala de experimentos humanos en donde hacen todo este manojo de idioteces.

-El fusilamiento público es la opción más contradictoria a nuestra misión del año que es la de no asesinar gente. Pero digamos que la mayoría de los cobardes como tú eligen esta.

Mis manos formaron un puño bajo el escritorio. La sangre ya me ardía y las ganas de apretarle el cuello a Warn me carcomían interiormente.

-Esta consta en fijar una fecha exacta para instalarte frente a la plaza principal de Worcoph ponerte una pistola en la cabeza y ¡Pum! , adiós vida-dijo mientras reía.

Fusilamiento público. Mis padres murieron por eso y realmente no me trae recuerdos muy lindos el ver aquel escenario en la plaza y a un montón de gente observando un verdadero acto de crueldad e injusticia.

-Y la última, pero no por eso menos importante, es la misión sorpresa. Este año tenemos un montón de nuevos lugares junto a lugares clásicos de misiones asesina-monstruos y déjame decirte que se encuentran mejor que nunca-decía como un verdadero niño pequeño. Que hombre más frívolo- La manera de escogerlas es sacando de una pecera un papel con el nombre de un lugar.

Mi cara no demostraba nada. O al menos eso creía.

Mis ojos se cerraron y comencé a meditar cada una de las opciones recién expuestas. Taché mentalmente la opción de morir como mis padres, así que sólo queda la uno y la tres.

-Ah, Ah, Ah-canturreó mientras sonreía- No te apresures en tomar una decisión. Tienes hasta medio día para escoger uno de los castigos.

Se paró de su escritorio y con rapidez se dirigió a la puerta para abrirla, pero antes de que lo hiciera, lo hice detener en seco.

-No hace falta que esperemos hasta mediodía. Tengo mi decisión tomada desde cuando entré-mentí para que se sintiera más intrigado.

Sus horribles y expresivos ojos se posaron en mi como en estado de alerta y caminó a la velocidad de la luz hacia su escritorio.

-¿Qué esperas?. ¡Dímela!- el entusiasmo se tomó cada una de sus palabras.

Miré nuevamente  las tres hojas esparcidas sobre el escritorio de madera y cerré mis ojos.

-Elijo la opción tres.

Al escuchar eso aplaudió como un chico al ver que su equipo favorito anota un gol. Se paró rápidamente y sacó la pecera que estaba sobre un estante negro. La acercó a mis manos y me hizo escoger una de las misiones.

Al meter la mano saqué un papel amarillo y lo desdoblé con el corazón en la garganta. Apenas leí el nombre del lugar, me sentí horriblemente arrepentida.

Esto no debe estar pasando.

-¿Y?, ¿Qué salió?-me preguntó impaciente mientras golpeaba la madera del escritorio con sus gruesos dedos.

-Quail-susurré con miedo.

El aire en sus pulmones se trabó y una sonrisa eufórica se posó en sus labios. Sus ojos destellaban alegría...

-Increíble misión, Lizperth. Creo que está de más decirte todo sobre Do Kyung Soo.

-Oh, S-Sí-balbuceé. Esta misión no era lo que realmente me esperaba.

-Mañana en la mañana, exactamente a las 10 AM, quiero que estés acá y que traigas lo necesario para vivir en una isla en el sur de Nueva Zelanda.

Solo asentí y luego me retiré arrastrando los pies y con un estado de shock notable en el rostro.

Aún no podía creer que de todas las misiones del mundo me haya tocado la misión clásica de la empresa; El chico sobrenatural de Quail, quién solo con la mirada puede hacerte explotar.

Fascinante descripción, ¿No?.

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