"Aficción"

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No alcancé a digerir las palabras de Kyung Soo cuándo siento que un dolor de cabeza intenso me empieza a atacar. Mis sienes ardían y mis oídos no escuchaban más que un pitido que amenazaba con no detenerse en ningún momento.

Lo miré y sus ojos estaban irradiando rabia y su boca recibía empedernidamente aire. Se sentía cansado, podía notarlo.

—Deja de hacer esto—grité mientras tomaba mi cabeza y me arrodillaba en el suelo.

—Lo siento, tú te lo buscaste.

Y ahí no pude recordar más que mis labios casi explotando en sangre. El calor de mi cuerpo acelerado y a mí tirada en el piso como un verdadero cadáver.

***

Estaba en un cuarto marrón, las cortinas eran blancas y la cama era espaciosa, sin contar lo blanda y cómoda que era. Estaba en la casa de los chicos.

Me levanté con mucha cautela de la cama y me paré frente al peinador y me llevé una sorpresa.  Mis labios eran más oscuros como de costumbre y mis ojos estaban morados.

—Dios mio, ¿En qué me estoy convirtiendo?—pregunté al notar que mis rasgos eran más finos y remarcados. 

Me iba a acostar de nuevo, cuándo veo que en el costado de la cama estaba la maleta. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al recordar lo que pasé anoche. 

Supongo que matar a Kyung Soo se me hará más difícil de lo planeado.

Abrí el bolso y saqué un pantalón oscuro, botas sin tacón y un abrigo impermeable. Mi cabello seguía sorprendentemente liso.

Después de vestirme, caminé por los largos y fríos pasillos de la casa ''Omega'' y bajé las escaleras. 

Ahí estaban todos, sentados en la mesa mientras tomaban desayuno. Se Hun me vió llegar y con los labios señaló a un Alpha que estaba sentado a su lado. Era el chico que se suponía, venía a verme.

—¿Cómo estás?—preguntó Yi Fan de inmediato.

—Bien, supongo que encontrar tus labios reventados en la mañana es muy agradable—sonreí con falsedad y me dirigí a la puerta de salida.

—¿A donde vas?.

—A entrenar—me encogí de hombros.

—Te acompaño—me dijo Se Hun parándose de su asiento y dirigiéndose a mi.

—¿Quieres que te gané de nuevo?—una sonrisa se curvó entre mis labios.

—Hoy ganaré yo.

—Ni lo sueñes.

Empezamos a discutir de aquello y Tao metió su boca.

—¿Piensas salir sin comer?.

—Así es, existen miles de cosas en esta isla que pueden matarme. No creo que el hambre sea una manera tan mala de morir.

Salí junto a Se Hun a el campo que ellos tenían.  

Al llegar allá nos pusimos a practicar algunos poderes clásicos, se supone que hoy nos defenderíamos con ellos.

—Okay, ganará el que logre derribar solamente una vez al otro. 

—¿Dejándolo inconsciente?—preguntó Se Hun animado.

—No. No quiero dejarte inconsciente.

—Tienes mucha confianza en ti misma, ¿no?—sonrió—Eres tan egocéntrica como un Omega, cada vez me agradas más.

—Basta de parloteo, quiero acción—bromeé y él sonrió, poniéndose en posición de pelea.

Ambos estábamos en los distintos extremos del campo, aguardando por algún ataque proveniente por alguno de los dos. Aguardando porque Se Hun tocara el silbato para comenzar la pelea.

Cuando el sonido del silbato retumbó por entre el bosque, lo primero que hice fue la teletransportación. Estaba detrás de él y él lo sabía, porque lo primero que hizo fue noquearme por sorpresa mientras volteaba. 

Caí bruscamente al piso y Se Hun sonrió.

—Te dije que no podrías ganarme.

Me paré con rapidez y me elevé metros en el aire, cosa que Se Hun repitió de manera instantánea.

Me concentré en mi cuerpo, sentía la energía fluir como fuego por mi interior. Cerré los ojos mientras Se Hun se acercaba a mí y  escuché como si un globo hubiese explotado.

—¿Qué demonios?...—susurró él al ver lo que acababa de hacer.

Miré a mi alrededor y no podía creerlo. Había más de un ejercito de clones míos. 

Todos mis clones comenzaron a engañar a Se Hun y me mezclé entre ellos para confundirlo y lo había conseguido. Él golpeaba a cada uno mientras estos se desvanecían como humo en el aire.

Había hecho desaparecer a más de treinta y quizá aún quedaban más de cien. Me dirigí de manera rápida hacia su espalda y le dí un golpe con mi puño en las costillas, haciendo que cayera al piso de rodillas y luego cayera por completo. 

Y como si nada, mis clones habían desaparecido.

—Dilo—grité mientras sostenía mi pie sobre la espalda de Se Hun.

—¡Me rindo!—gritó él como respuesta, para que yo quitara mi pie de su espalda recién golpeada.

Pasaron minutos cuando él logró reincorporarse por completo. Estaba algo enojado por no haber ganado, ya era la segunda vez que no lograba vencerme.

—Dios mío, no sé porqué eres tan poderosa—susurró mientras se sentaba en el suelo del campo—Y tampoco sé porqué no te hemos asesinado. Eres como parte de nosotros en tan solo dos días.

—¿Y eso es bueno?—pregunté con timidez.

—Más que bueno, nunca habíamos compartido con una chica. Pero sí habían venido muchas chicas a la misión, ninguna se relacionó con nosotros y ni menos llegó a conocernos—sonrió—Tú perteneces a nosotros, no a los Alphas.

—No pertenezco a nadie. Aún creo que ustedes quieren matarme cuando menos me lo espere.

—Si hubiésemos querido eso, hubiésemos dejado a Kyung Soo dejar de retener su ira anoche—me miró y alzó una ceja—Porque por primera vez estaba reteniendo su ira. 

—¿Qué es eso?

—Retener la ira, es tan sencillo como se escucha. Tienes que canalizar toda la ira que sientas en algún lugar de tu mente, eso te desgasta pero también desgasta a la persona que te causó la ira. Kyung Soo nunca lo había hecho, por eso está viviendo en aquella choza—rió—Porque si lo dejásemos en nuestra casa, ya estaría todo destruido. Sus arranques de ira provocan miles de estragos en cualquier lugar.

—No comprendo porque no me mató.

—Es por una razón obvia, Annie.

Se Hun se inclinó hacia mi oído, intentando hacer que lo que me fuese a decir pareciera un secreto.

Aficción.

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Biological Love [BL #1 | D.O]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora