Teresa observó a su alrededor con sorpresa mientras arrastraba la pesada maleta con sus pertenencias.— Angela, está hermoso.— Ella mencionó observando las pinturas en las paredes, y las decoraciones de cerámica.— ¿La producción te pago todo esto?.
Ángela camino frente a ella negando con la cabeza.
— ¿Tu pagaste por esto?— Teresa pregunto siguiéndola.
Ángela negó una vez más con la cabeza mientras caminaba a una pequeña barra, tomando un vaso de cristal y sirviendo una gran cantidad de Whiskey en el.
Teresa se preocupó al ver a su amiga beber el contenido en un segundo.
Ángela camino hasta el comedor, tomó la carpeta y la lanzó hasta el otro extremo de la mesa donde su amiga se encontraba.
Con el ceño fruncido la tomó entre sus manos. Un suspiro de sorpresa salió de su boca al leer aquella información.
— ¿Esto es tuyo?— Teresa pregunto incrédula.— ¿Como lo pagaste?, se que te pagan bien pero no tanto así... ¿pediste un préstamo?... ¿Tu papá sabe? Ya sabes cómo se pone con todo eso del banco y esas cosas.
Ángela cerró los ojos y pasó su mano por su rostro. Antes de caminar nuevamente a la barra y repetir su acción de hace unos segundos.
— No lo pague yo.— Angela confesó con el sabor amargo aun en su boca.
Un suspiro de sorpresa salió de sus labios.
— ¿Fue...?.
Ángela asintió con la cabeza.
— Angela.— Teresa susurro.— ¿Pero que hiciste?.
— ¡Nada!— Ella grito.— ¡Yo no hice nada!.
— Algo debiste de haber hecho para que el te regale todas estas cosas.
— No hice nada.
— El querrá algo a cambio.
— Ese es mi mayor miedo.
— ¿Tus papás saben?— Teresa pregunto.
— ¡Claro que no!— Ella exclamo con desesperación.— ¿Como les voy a explicar que soy dueña de un apartamento que vale millones de pesos?.
— ¿Que vas a hacer?.
— ¿Que puedo hacer?.— Angela respondió caminando hasta el sillón tomando asiento en el.— El pago por los muebles de la casa de mis papás, me regalo joyas, me dio la portada de la revista, seguramente también me consiguió la película para traerme aquí, y ahora me da un departamento... no se que voy a hacer, Teresa. Cuando pensé que por fin me había librado de él y hecho todo esto por mi cuenta, resulta que no es así.
— Hey, no es tu culpa.— Teresa se acercó hasta ella tomando haciendo a su lado.
— ¿Que hago?.
Teresa estaba por responder cuando el timbre de su puerta sonó. Las dos mujeres se miraron entre sí. Los nervios en el estómago de Ángela comenzaron a crecer.
Las dos mujeres pegaron un salto en su asiento cuando la puerta fue golpeada.— Voy a ver quien es.— Teresa hablo levantándose.
— No, no— Ella tomó la mano de su amiga mientras negaba en un susurro.
Ángela soltó su mano cuando los golpes se escucharon nuevamente. Teresa camino hasta la puerta y observó a través de la mirilla.
Tres hombres se encontraban detrás de ella, uno de ellos vestía un elegante traje, y su cabello se encontraba peinando a la perfección. Los dos hombres que estaban detrás de el vestían menos formal.
— ¿Quien es?— Angela pregunto en un susurro.
Teresa la observó, y con aquella mirada ella supo de quien se trataba.
— Abre la puerta mija, ya se que estás ahí.
Teresa abrió la puerta con lentitud, dejando a Angela a la vista de Felix. El observó a Teresa por unos segundos antes de entrar.
— ¿Ta bonito no?— El pregunto con su marcado acento.— Lo mande a decorar y todo.
— Le dije que no quería nada de usted.— Angela hablo levantándose de su asiento.
— Y mira la vista.— El hablo ignorándola caminando hasta la ventana.— Se mira toda la ciudad.
— La última vez quedó claro que no quería volver a verlo.
— Y las pinturas.— Felix hablo señalándolas.— gaste más en eso que en todo este pinché departamento.
Ángela se quedó callada con una expresión de enojo en su rostro. Félix la observó después de unos segundos.
— Cada día te pones mas chula.— Felix hablo metiendo sus manos a sus bolsillo.
— Ustedes puede vender esto, y si quiere quitarme de la película esta bien.— Angela menciono.— Pero no quiero estar involucrada con usted.
— ¿Te han dicho que eres bien corajuda?— Felix pregunto.
— Me enojo cuando alguien sabe las cosas que me enojan y sigue haciéndolo.
— ¿Te enoja que te regalo tus cositas? ¿Y que te pongo en el lugar que te mereces? ¿Te molesta que ye haga la vida más fácil?.
— Solo esta haciendo mi vida más difícil.— Angela aclaro.— Y yo nunca le pedí nada de esto.
— Ya se.— Felix alzó los hombros.— Pero que bonito se siente regalar cosas.
— Regáleselo a su esposa.— Angela menciono.— Estoy segura que ella si le va a agradecer como usted quiere.
Felix rio mientras negaba con la cabeza.— Espérenme afuera.— El le ordenó a los hombres.— ¿Te molesta dejarnos un ratito solos?— Felix se dirigió a Teresa.
— No me voy a ir.— Teresa respondió.
Felix asintió con una sonrisa.— Si lo dicen bien clarito. Diosito las hace y ustedes se juntan.
Ángela cruzó sus brazos y observó al hombre.— ¿Entonces? ¿Ya entendió?.
— De que la entiendo, la entiendo.— Felix asintió.— Pero eso no significa que te voy a hacer caso.
— ¿Que quiere de mi, Felix?.
— ¿Cuando te he pedido algo yo?— Felix pregunto caminando hasta la barra y sirviéndose un vaso de Whiskey. Le dio un trago antes de hablar nuevamente.— Nomas me gusta tener atención con usted.
— No necesito sus atenciones.
— Yo se que no.— Felix respondió.— Pero aun así.
— Teresa.— Angela llamo a su amiga.— Déjanos un ratito solos.
Teresa observó a Ángela con confusión. Ella asintió con la cabeza señalando que se encontraría bien. Y así, los dos adultos se quedaron solos.
— ¿Que quiere de mi, Felix?— Angela pregunto en un suspiro.— Y no empiece con sus cosas de que no quiere nada. Nadie regala todas esas cosas sin esperar algo a cambio.
— Por que quiero estar contigo.— Felix hablo acercándose a ella.— Y no me importa si tengo que comprarte el mundo entero.
— No puedo darle lo que quiere.
— Entonces lo voy a seguir intento.— Felix paso su mano por el hombro de Ángela. Quitando el cabello que caía por su pecho.
De su bolsillo sacó una caja aterciopelada, que comenzaban a ser frecuentes en la vida de Ángela.— Te faltaba el parecito.— El habló abriendo la caja revelando el conjunto de aquel brazalete que hace meses le había regalado.
— Quiero que te lo pongas hoy.
— ¿Que?.
— Quiero llevarte a cenar.— Felix pidió.— Voy a demostrarte que ese hombre que crees que soy. Las regalos son una excusa para poder acercarme a ti.
— Si quería acercarse a mi me hubiera invitado por un café.
— Tu te mereces mas que eso.— Felix hablo tomando su mano, cosa que Ángela no se resistió.— Te mereces todo, y yo te lo puedo dar.

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𝐃𝐀𝐍𝐂𝐄 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐓𝐇𝐄 𝐃𝐄𝐕𝐈𝐋 | narcos mexico
Fanfiction𝐑𝐨𝐛𝐨 𝐮𝐧𝐨𝐬 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐢𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐮𝐧 𝐦𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐘 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞́𝐬 𝐬𝐞𝐫𝐞́ 𝐧𝐚𝐝𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐘 𝐭𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐦𝐢𝐬 𝐫𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨𝐬 𝐘 𝐭𝐨𝐝𝐚𝐬 𝐥𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐡𝐞 𝐯𝐢𝐬𝐭...