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A pesar del desagradable inconveniente con su familia y amiga. Ángela se encontraba feliz, como Félix lo había prometido, todo había mejorado.

Pasaba más tiempo con ella, y había entendido la forma en que Félix la protegía. Su mente habia entendido la razón por la cual la gente no podía verlos a la luz del día.

Pero ella siempre estaba presente en cenas y fiestas donde su relación no corría riesgo de hacerse pública.

Había continuado los preparativos de la boda. Félix se había encargado de cada minino detalle. La recepción, la comida, los invitados, y todo lo que una boda requería.

Por lo que Angela simplemente tenía que encargarse de buscar el perfecto vestido de bodas. Tarea que usualmente se hacía con la madre y sus damas de honor.

Pero como Angela no contaba con eso, tenía que hacerlo sola.

Chapo conducía el auto, llevándola hasta su destino. La boutique de vestidos de novia más exclusivos de todo Guadalajara.

A palabras de Félix aquella tienda era donde las esposas de Presidentes y políticos compraban sus vestidos.

Ángela observó al hombre en el asiento del conductor.— ¿Estas bien?— Ella pregunto.

— Si, ¿y usted?— Chapó respondió.

"Usted", parecía que desde su compromiso todos habían cambiado su perspectiva hacia a ella. Sus padres, su amiga e incluso chapo.

— Estoy muy bien, también.

— Debe de estar muy feliz, ¿no?— Chapo la observó por el retrovisor.

Ángela sonrió sin mostrar sus dientes mientras asentía. No respondió más.

El camino fue corto. Cuando llegaron a la tienda estaba completamente cerrada, totalmente a la disposición de Angela.

— acompáñeme por acá— La mujer hablo dirigiéndola a una de las habitaciones.— Aquí tenemos nuestros diseños más exclusivos.— ¿Buscaba algo también para el civil?.

— No, solo para la iglesia.— Ángela admitió con pena.

— No se preocupe.— La mujer hablo.— Aquí va a encontrar el vestido perfecto.

Los dos entraron a la habitación donde una gran cantidad de vestidos hicieron que iluminar su rostro.

— ¿Está esperando a alguien?.

— No.— Angela respondió cortamente.

Aquella respuesta no fue esperada por la mujer. Quien cambio rápidamente su expresión de sorpresa por una sonrisa.

— Puede ver los vestidos, y cualquiera que le guste se lo puede probar.

— Gracias.— Ángela respondió.

•••

Angela salió del probador con un gran vestido, se observó en el espejo y tomó un largo suspiro. Camino hasta la puerta y la abrió. Encontrando a chapo cuidando el pasillo.

— ¿Me ayudas?— Angela pregunto. Chapo lo pensó unos segundos antes de asentir y adentrarse a la habitación.— ¿Te gusta?.

— Está muy grande.

— Si verdad.— Angela rio mientras giraba.— Parezco un pastel.

Ángela siguió probándose varios vestidos más. Ninguno parecía ser el indicado. Y después de varias horas, comenzaba a ser demasiado tedioso.

La muje salió una vez del probador. Sus ojos viajaron hasta el chapo, quien sostenía un gran vestido blanco con mangas de encaje florares y cristales en tofo alteró del corset. Una falda de tul que no era tan pequeña, ni tan grande. Escote en v decorado con un borde en medios círculos y un cinturón de cristales.

Ángela lo observó y sonrió antes de tomarlo y correr hasta el probador.

Minutos después salió nuevamente y su respiración se detuvo al verse en el espejo. Nunca antes se había sentido tan hermosa.

— ¿Te gusta?— Chapo pregunto.

— Me encanta.— Angela no podía quitar la mirada del espejo— ¿Y a ti?, ¿te gusta?— La mujer giró observando al hombre.

— Está muy bonito.

— Excelente elección.— La asesora de ventas habló entrando a la habitación.— El encaje es de italia, y tiene más de mil cristales cocidos a mano, se utiliza
mucho europa, el diseñador es de paris, es el primer modelo que llega a Mexico. Y si le interesa saberlo, es el vestido más costoso que tenemos en la tienda.

— Me lo llevo— Angela hablo ignorando aquella explicación. No le importaba si el mismo diseñador había pulido aquellos cristales, y si la tela había sido tejida a mano. Eso era lo único en lo que había podido hacer una decisión, y ella no podía dejar de sentirse la mujer más feliz del mundo.

•••

— Muchas gracias por acompañarme, chapo— Ángela agradeció.— Significa mucho para mi.

— No se preocupe— Chapo respondió.— Es mi trabajo.

La sonrisa de Ángela se borro y asintió con la cabeza. Bajo del auto y se adentró a su departamento sin más.

𝐃𝐀𝐍𝐂𝐄 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐓𝐇𝐄 𝐃𝐄𝐕𝐈𝐋 | narcos mexicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora