Noviembre es como aquel mes que te recuerda que no has hecho nada en el año y que ya casi se esta acabando.
Noviembre sólo era ese mes que te daba nostalgia y te recordaba que no volverías a ver a tus amigos en dos largos meses.
Era como ese mes que nadie quería que llegara.
Y el colegio estaba a punto de llegar a su fin. No sólo eran las vacaciones. Era el final de una etapa.
No podía esperar. La vida de la universidad debería ser diferente. Convivir con personas más grandes, todo un mundo diferente.
Me emocionaba la universidad y estudiar lo que me gustaba. Estar con personas con mis mismos gustos (o tal vez no).
Creo que lo que más me emocionaba era conocer personas.
Creo que me estaba precipitando mucho a los hechos. Ni siquiera me había llegado los resultados de mi examen de admisión y ya estaba diciendo que iba a entrar.
- Si yo pude pasar, yo sé que tu puedes. - Me decía Juan.
Estaba muy nerviosa.
Había pasado una semana y tenía que entrar a la plataforma a revisar mis resultados. No había pasado nada. Aun no se habían subido mis resultados. Seguía nerviosa.
Nada estaba en orden en el colegio.
Las personas que no les había ido muy bien en todo el año aprovechaban este mes para salvar su año. Los profesores estaban pasando notas para ver quien pasaba y quien no. No me preocupaba, no me había ido tan mal.
-¿Ya pasaste tu planilla de obras sociales? -me preguntó Diana. Me había olvidado de que eso existía.
- No, ¿hasta cuando puedo pasarla?
- Tienes plazo hasta la última semana.
- Genial. -suspiré.
Al llegar a mi casa busqué la planilla donde creía que estaba. En una carpeta llena de todos los trabajos que había hecho a lo largo del año.
Como era de esperarse de mi. No estaba allí. No sabía donde buscar.
- ¡Mamá! -grité desde mi habitación.
- ¡¿Que pasa?! -mi madre gritaba desde la cocina.
- ¡¿Has visto mi planilla de obras sociales?!
- No, no he visto nada -dijo mi madre entrando al cuarto.
Volví a guardar la carpeta.
Busqué dentro de mis cuadernos y dentro de mi maleta. Nada.
Hablé con la coordinadora del colegio sobre aquello.
Tuve que pedirle otra planilla y pedirle a las personas que volvieran a firmar. Al final me hacían falta 12 horas. tuve que seguir haciendo más obras sociales y Diana me regaló unas horas que le sobraban.
Y bueno, me sentí tranquila. Esto estaba por acabar y no volvería a ver a nadie más.
- No puedo esperar para salir y perder contacto con todos los que están en este lugar. -suspiré.
- ¿Incluso conmigo? -dijo Sebastian. Su semblante cambió a uno triste.
- No -me acomodé en mi asiento- creo que eres de los pocos con los que voy a seguir hablando. -sonreí para alentarlo. Sonrió igual.
Los días en el colegio se hacían largos. Solo esperaba a que llegara la tarde para irme a mi casa y no tener que ver a nadie más.
Lo único era que en las tardes intentaba quedarme un rato más para poder hablar con Julian. Aunque parecía que él no quería hablar más conmigo. Era como si intentara evitarme.
ESTÁS LEYENDO
Teenager
Non-FictionTodos tenemos historias que jamás contaremos, sin embargo, nos arriesgamos en confiar en alguna persona que acaba de llegar a nuestra vida, o en personas que conocemos desde hace mucho tiempo. Los amigos están en todas partes, pero sólo los verdader...