Junio (parte II)

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Fuimos al parqueadero del aeropuerto, allí estaba la esposa de Jorge (el primo de mi papá) dentro de un Mercedes Benz negro, con la tía de mi papá, y al lado había una camioneta Lexus blanca. El primo de mi papá sacó unas llaves de su bolsillo y la camioneta sonó, abrió la cajuela y metió nuestras maletas allí, nos saludamos todos. Era un gran enredo, muchos abrazos y "hace mucho que no te veía" aunque era obvio.
Nos dispersaron, a mí, a mi abuelita, y a mi papá nos tocó en la camioneta, mi madre se fue en el carro con mi hermana. Nos llevaron a comer y luego nos llevaron a un hotel, era como en la televisión, no eran en edificio, eran estilo "el hotel sin salida", era genial, Jorge y su familia estaban a tres habitaciones de nosotros, dejamos las maletas en la habitación, no alcanzamos a ordenar, porque inmediatamente Jorge llego a nuestra habitación diciendo que teníamos que salir, estábamos agotados, así que salimos.
Nos llevaron a Beverly Hills, y había un lugar donde había un tren, no estaba segura si era Beverly Hills. Habían varias tiendas de ropa, cafeterías y había una tienda de "la muñeca americana" o algo así, entramos, y Wow, era un lugar lleno de muñecas, había de todo, ropa para las muñecas, ropa para que tu te vistas igual que tu muñeca, bolsos para llevar tu muñeca, un bolso parecido para tu muñeca, en fin, había de todo, estaba impresionada, era peor que Barbie (sin ofender) pero nunca había visto algo parecido. Exploramos un poco mas la tienda, y vimos un lugar, donde te tomaban la foto y hacían una muñeca parecida a ti, o tu escogías la que mas se parecía. Había un estante gigante, con montones de muñecas, de todo tipo de piel, color de ojos y cabello, me espanté, porque la simple idea de parecerse a una muñeca me parecía muy materialista, y, no es por creerme muy en contra de la sociedad y todas esas cosas, pero daba miedo, en el segundo piso había más muñecas, fuimos por habitaciones, habían ciertos escenarios donde ponían a las muñecas y contaban la historia de Norteamérica, cada muñeca era una mujer importante en la historia. Habían muñecas de color, nativas americanas, blancas, y asiáticas. Salí de una habitación espantada.
- ¡Mira! -me gritó Tatiana, las esposa del primo de mi papá- tienen hasta libros. Todo esto que ves es una costumbre americana, aquí vienen las madres con sus hijas y hasta con sus abuelitas para comprar una muñeca de estas, es algo hermoso porque une a la familia.
Solamente puse pensar en una cosa en ese momento... Necesitaba ir al baño.
Pensé cuando fue la ultima vez que fui al baño, y recordé que fue en el aeropuerto, así que había pasado mucho tiempo.
- ¿Donde esta el baño? -pregunte.
- Hace mucho tiempo que no venimos acá que ya no recuerdo.
- Okay, entonces lo buscaré.
Me separé del resto de la familia, no podía parar de pensar en la cara de mi padre y de su primo, dos hombres en un mundo de niñas, literalmente de niñas.
Después de buscar un largo rato encontré el baño, ¡Genial! Parecía sacado de una casa de muñecas, lo estabas aseando.
- I'm sorry (lo siento) -dije dando largos pasos para entrar a un sanitario, el piso estaba mojado.
- Tranquila, ya estaba acabando -dijo la señora que estaba haciendo el aseo con un acento mexicano.
- No puedo aguantar más, lo siento mucho -dije disculpándome en español, al parecer se notaba que yo era latina.
- Tranquila -dijo muy cordial.
Entré al baño, al fin descansé. Luego escuché la voz de mi madre y de mi hermana hablando con Tatiana.
No recordaba, si como no...
- Lau -dijo mi mamá buscándome.
- Aquí estoy -dije saliendo del sanitario yendo directo a lavarme las manos, todo parecía falso, me sentía como en una casa de muñecas.
- Tenme esto que yo también voy a entrar -dijo mi mamá dándome su bolso, lo tome y ella entró.
La señora que hacia el aseo estaba en la puerta del baño, creo que estaba enojada, o así lo sentía. La verdad, lo sentía mucho, pero primero era mi vejiga, una vez mi padre dijo que mejor era perder un amigo que perder una tripa*, en este caso era diferente, pero parecido.
Salimos de esa tienda, y pude respirar, tenía hasta un spa en el tercer piso para que las niñas fueran con su muñeca, no podía imaginarlo, si yo tuviera una muñeca, y esa muñeca fuera igual que yo, daría miedo. Crecí creyendo que soy única en el mundo, y que no hay nadie como yo así que, si tuviera una muñeca de esas, la desecharía.
Paseamos y luego compramos dos pizzas, luego nos fuimos al hotel a comer, fuimos a la habitación de Jorge, allí estaban Estefania (la hija, mi prima) Tatiana (la esposa) y la tía Doris (la madre de Jorge).
Okay, creo que debo especificar un poco más. Mi abuelita cuando era pequeña, la madre no la quería, así que la tía Doris decidió adoptarla por así decirlo, la crió, y fue como una madre para ella. Luego, mucho tiempo después, la tía se casó con un hombre muy rico, y ese dinero le sirvió para ayudar a mi abuelita en cierta forma, hasta que mi abuelita se enamoró de un hombre y decidió casarse. Mi tía tuvo muchos hijos con ese hombre (no conozco una cifra exacta porque no los conozco a todos, solo a tres) Jorge es uno de ellos, mi papá, Jorge y mi tío ya difunto eran muy unidos de jóvenes, aunque mi padre cuenta que de niños peleaban mucho. Jorge conoció a Tatiana en la universidad, los dos estaban estudiando medicina, y se casaron. Los dos tuvieron una hermosa hija, pero al ser el tipo de sangre de los dos distinta, la niña no pudo resistir y murió, los doctores nunca supieron lo que pasaba hasta que murió. Luego intentaron de nuevo, y tuvieron otra niña, como ya tenían experiencia con su anterior hija los doctores ya sabían lo que pasaba, pero por poco caso no resiste, milagrosamente esa niña sobrevivió, que es Estefania, una de mis primas, Jorge y Tatiana no volvieron a tener mas hijos.
Cuando Estefania nació yo tenía dos años, la recuerdo muy bien, a ella le gustaba la canción de los gorilas de Melody (creo que así se llamaba) después, ella se fue a vivir a los Estados Unidos con sus papás y no volví a verla, hasta este viaje. Ahora Estefania estaba mas alta que yo, aunque era lógico porque sus padres son altos, y los míos no.
Volviendo, en la habitación terminamos hablando de mí, y mi migraña, me dolía la cabeza, no hallaba la razón, así que Jorge decidió tratarme, me empezó a hacer masajes en la nuca, los odié, odio que me hagan masajes en la nuca, porque es un detonante para mis dolores de cabeza.
- La verdad puede dolerte por estrés.
- ¿Ella? ¿Estresada? Pon lo creo, ella no se estresa por nada. -dijo mi madre, creía que porque no expresaba mis sentimientos no los sentía.
- Mire que si, ¿en esta parte te duele? -preguntó tocándome la nuca.
- Si, me duele.
Empezó a hacer un masaje en mi cuello que hizo que toda mi cabeza me doliera.
- Es impresionante el nivel de estrés que puede manejar esta niña, solo tiene quince años, esta parte se ve gravemente afectada, por eso son sus dolores de cabeza. -estaba impresionado, no paraba de mencionar que era muy joven como para manejar ese tipo de estrés y todo eso. Quería llorar.
Después del masaje mágicamente me dejo de doler la cabeza, terminamos de comer pizza y nos fuimos a nuestra habitación a dormir, mañana sería un día demasiado largo y teníamos que descansar.
Bueno, la verdad creo que el resto no importa, así que lo resumiré.
Fuimos dos días seguidos a Universal Studios, habían muchos extranjeros, igual que nosotros. Estefania intentaba hablar conmigo, pero como soy tímida hablaba mas con mi hermana que conmigo.
- ¿Por qué no le hablas a Estefania? -me preguntó Tatiana cuando estábamos saliendo del estacionamiento.
- No se, me da pena -dije insegura.
- Ella me dijo que ha intentado hablarte.
- Sí, hemos hablado un poco.
El resto del camino siguió en silencio el carro. A Tatiana le gustaba escuchar música mientras manejaba, así que encendía la radio, algunas canciones las conocía, otras eran nuevas.
Después de ir a Universal Studios nos cambiamos de hotel, mas al norte de Los Angeles, cerca a Disneylandia, pasamos un día entero en Disneylandia, los adultos no entraron, así que alguien tenía que cuidarnos, entonces fuimos mis papás, Estefania (porque sabía mas ingles que yo), mi hermana y yo.
Estuvimos en Disneylandia hasta las dos de la mañana. Al siguiente día salimos temprano a Las Vegas, todo el día estuvimos viajando, pasamos por El valle de la muerte, y el área 51, habían muchos aviones militares, por cierto, amo los aviones, y volar. Entrando a Las Vegas Tatiana estaba escuchando baladas (muy deprimente para mi gusto).
- Okay, esto esta deprimente, llegamos a Las Vegas, escuchemos algo mas alegre -cambió de estación de radio, y estaban dando una canción de Pitbull, me sentía como en una película con una banda sonora excelente, aunque odiaba Pitbull.
¡Bienvenidos a Las Vegas! La ciudad del pecado, donde se ven carteles de acompañantes (prostitutas), la ciudad del cirque du soleil, the blue man groso, Celine Dion, y muchas cosas mas.
Finalmente llegamos al hotel, el hotel Monte Carlo, por dentro era dorado, esa era la magia de Las Vegas, que te hace sentir como si estuvieras en un palacio, pero, como en Los Angeles, todo era apariencia.
Esperamos un rato en una sala, era gigante, tenía muebles y un televisor que promocionaba el evento principal del hotel. En Las Vegas todos los hoteles tienen algún evento, el de este era el show de the blue man group, que eran hombrees vestidos de negro, calvos y pintados de azul, lo más curioso es que tenían los ojos azules, me moría de ganas por verlos, pero, la desventaja de Las Vegas es que tienes que ser mayor de 21 años para entrar a algunas funciones.
Entramos a nuestras habitaciones, era gigante, tuvimos que tomar el ascensor porque nuestro piso estaba muy arriba, y en escaleras no llegaríamos ni en un mes.
En la noche fuimos a ver los otros hoteles, cuando estábamos caminando Jorge y Tatiana estaban hablando.
- Pero es que es muy delgada -deduje que estaban hablando de mi.
- Pero ella no se la pasa yendo al baño después de comer.
- Eso debe ser alguna enfermedad.
- O solamente quiere llamar la atención.
- No creo, ¿por qué la llamaría?
- No sé, pero mañana lo veremos.
No dije nada. La prueba que me hicieron al día siguiente fue que tenía que comer demasiado, comí demasiado, soy de esas personas que come mucho pero no engorda, así. Ese día comí demasiado, y no me llenaba. Comí el desayuno y el almuerzo al mismo tiempo.
Pero no paso nada. Ese día salimos a Fresno, me hicieron comer mucho es porque de Nevada a California es muy largo el viaje, o eso usaron como excusa.
Llegamos a Fresno, el día del padre fuimos a San Francisco y allí pasamos todo el día, además allí viva el otro hermano de Jorge, le decían Pacho. Tenía dos hijas, una que es un año mayor que yo, Andrea, y otra que es dos años menor que yo, Gabriela.
Estaban felices de vernos, yo no conocía a nadie. Pero mi papá si.
Fuimos al fuerte de San Francisco, y estuvimos en el puente Golden Gate, no lo cruzamos porque el parqueadero cerraba en una hora, así que llegamos a la mitad.
Almorzamos en chipotle, nunca había probado un taco tan picante, me encantaba.
Después volvimos a Fresno, allí pasamos hasta que tuvimos que volver a Colombia.
De Fresno tuvimos que volver a Los Angeles para ir al aeropuerto, y luego otra vez a Atlanta, y a Colombia.
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Tripa: intestino.

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