Mayo

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Al fin, había esperado ese mes muy ansiosa, estaba mas que emocionada.
En el salón de clase me encargaba de destacar mas que Luz, tenía que demostrarle que yo había cambiado, que era diferente, y que no volvería a comerle cuento.
De hecho, sí, había cambiado mucho, desde mis gustos musicales hasta mi forma de pensar. Santiago me culpaba por ello, pero estaba dispuesta a no sentirme culpable. Estaba cambiando, y era para bien, aunque, yo no lo llamaría cambio, le llamaría crecer. Creo que estaba madurando.
Lo que digan las personas es importante, pero debe importarte hasta cierto punto, porque cuando dependes mucho del que dirán vas perdiéndote a ti mismo, y te conviertes en todo lo que las personas dicen.
Claro que me importaba lo que dijeran de mi, hasta cierto punto. No me importaba que se metieran conmigo, siempre y cuando no afectara a las personas que me rodeaban.
Quería mucho a mis nuevas amigas, me hacían sentir bien, teníamos muchas cosas en común, por primera vez no me sentía culpable de lo que decía o de lo que pensaba, ellas me habían aceptado tal y como yo era, me hacían sentir parte de algo, o más bien, sentía que era parte de algo grande.
Cada vez que accidentalmente decía una grosería Juliana me corregía, agradecía eso. Había intentado dejar ese mal habito antes, pero había fracasado, y Juliana me había ayudado mucho.
Martes 22 de Mayo de 2014. El día que salíamos a Medellín. El lunes en la tarde empecé a hacer mi maleta, lo sé es un poco tarde. Compramos cosas que me harían falta para el viaje, el martes, a las 7:00 pm el bus nos esperaba en el colegio.
Ese martes se notaba cierta emoción en algunos de nosotros.
Diana y Karen me habían preguntado si quería ser compañera de cuarto de ellas, les respondí que ya era compañera de Paula y Juliana. No quería estar en una habitación con Karen, me sentía traicionada porque hablaba con Luz, y en el salón siempre estaba con ella.
Nos habían dicho que en una habitación cabían cuatro personas, inmediatamente Juliana, Paula y yo hicimos grupo, junto con Daniela, una chica alta, de ojos azules, piel blanca y cabello largo y rubio.
Algunas personas no fueron el martes, yo fui una de las que si.
-¿Te sientes emocionada? -era la primera vez que hablaba con Julián después de un mes entero.
-Si, es la primera vez -sonreí.
-Espero que la pases bien, voy a extrañarte -sonreí, a veces podía llegar a ser empalagoso, era muy... Dulce, cliché. No como Josh, podía llegar a compararte con una super modelo de Victoria's Secret y tu seguías siendo la mas hermosa del mundo.
-Por Dios, no lo hagas, tal vez mueras -sonreí, el también. Su sonrisa podía iluminar una habitación oscura, aunque tenía los dientes un poco torcidos.
El martes en la noche termine de empacar, esperaba rápido a que fueran las 7:00 pm, estaba ansiosa por irme de mi casa por cinco días, sin mis padres.
Hable con mis padres para que me devolvieran mi tabla, mi padre insistió en que yo llevara su anterior celular, que tenía la batería mas inflada que un globo, termine llevándolo.
Esa noche mis padres me acompañaron al colegio, mi padre llevaba mi maleta, mi madre llevaba una maleta que tenía dentro una almohada, una cobija y sabanas (sí, teníamos que llevarlo, ya que la universidad no contaba con sus propias almohadas, o cobijas, o sabanas), prácticamente madre me había obligado a que llevara una bolsa llena de comida, yo la llevaba.
Llegamos al colegio y vi a varios de mis compañeros igual y hasta mas cargados que yo, allí vi a Paula, que estaba hablando con Pablo, otro de mis compañeros, era muy alto para su edad, era más alto que yo, ojos claros, piel pálida y cabello negro y corto.
Me acerque, mis padres habían ido a un grupo de padres y algunos profesores que estaban en toda la entrada.
Estaba emocionada, no lo podía negar.
Estábamos hablando, cuando empezaron a llegar las chicas, luego Karen y Diana, Luz no iba a ir, lo cual era un alivio. Karen estada con Diana, hablaba con Diana, sólo hacia contacto visual con Karen. No la odiaba, solo me sentía decepcionada, pero de eso se trataba este juego, de juntarte con el que te diera más posibilidades de sobrevivir.
Fuimos al baño con las chicas, bueno, Paula, Juliana, Daniela y yo, Paula sacó su celular y nos tomamos fotos que probablemente jamás subiría Paula, porque el espejo era un asco, además estábamos entre amigas.
Después de un rato todos empezamos a subir al bus. Me senté adelante, con Santiago, Juliana en la parte de atrás, Paula estaba detrás de mí, Diana y Karen estaban en diagonal a mi.
Mis padres me vieron por la ventana y empecé a despedirme, aunque ya nos habíamos despedido.
Mi madre me llamo a mi celular, no le gustaba la idea de que yo me fuera con Santiago. Me inventé la excusa que después no acomodarían. Aunque eso me habían dicho, lo cual no pasó. Luego mi madre hablo con la profesora que nos iba a acompañar, la coordinadora académica, que era la madre de Paula. Cambio de puesto con Santiago y se hizo conmigo, no me molestó que la profesora se fuera conmigo, me molestó lo que mi madre hizo. Tomaron lista y recibieron nuestros permisos firmados, luego nos fuimos, tomé mis audífonos y escuché música de mi tabla, no podía dormir, así que miré por la ventana.
-Lizzeth -escuché a la profesora.
-Señora -dije mirándola, estaba oscuro, así que gire mi cabeza hacia su dirección.
-¿No quieres ir a hacerte con Paula? Ella esta sola.
No recuerdo bien con quien estaba Paula, pero se había ido atrás.
-Está bien -puse mis cosas en la silla, había sacado mi cobija de la maleta, ya que hacia mucho frío, la tomé y me fui con Paula, ella estaba despierta, o bueno, medio despierta.
Juliana me había dicho que cambiara con Daniel (en el salón todos los molestaban, eran como los trágicos amantes del distrito doce en secreto, solo que, no lo demostraban, o, no se amaban) pero creo que no estaba lista para la parte de atrás del bus, aunque la mayoría de mi bachillerato había soñado con estar allí.
Paula y yo escuchamos música hasta que ella se durmió, seguí escuchando música hasta que mi tabla murió.
Habíamos hecho una parada, era muy tarde. La verdad. Me sentí mal por no haberme sentado con Juliana, tal vez estaría enojada conmigo, pero no lo estaba, el hecho de que no demostrara estar enojada conmigo me hacia sentir culpable.
Finalmente, logre dormir en el bus, llegamos a las 6:00 AM a la universidad, bajamos del bus y nos recibió un encargado de la universidad, creo que estaba demasiado distraída viendo el campus que no escuché su nombre. Nos guiaron a un edificio blanco, con jardín, en medio había un camino que daba a una gran puerta. Entramos, habían muebles frente a un televisor y en el medio había una mesa de centro, en el fondo había un piano, y en la pared encima del piano había una foto frente a la puerta había un espejo gigante. Habían muchas puertas, debían ser las habitaciones de las internas, una mujer nos recibió, no pasaba de los 65 años, su cabello se veía envejecido, usaba un vestido largo que le llegaba hasta las canillas.
Unas chicas que no pasaban de los 23 años nos repartieron a cada una de nosotras una tarjeta con un big ben pegado.
-Bienvenidas al hogar de damas de la universidad adventista de Colombia -dijo con su acento paisa, su voz era suave y pasiva, tanto que me empezó a dar sueño. -por ser de los primeros colegios en llegar pueden tener una habitación para cuatro de ustedes -era genial, Juliana se acercó a la mujer que estaba entregando las llaves, valían $500. Me pareció injusto. Tras de que teníamos que traer nuestras propias almohadas, cobijas y sábanas ahora teníamos que pagar por una llave.
En fin. Juliana se colgó la llave en una cadena que llevaba para no perderla. Entramos a la habitación. Era un poco grande, en la entrada había una especie de estudio, habían estantes vacíos y en una esquina había una entrada, entramos y habían dos camarotes. Paula y yo nos acostamos en la parte de abajo de los camarotes y Juliana y Daniela en la parte de arriba de los camarotes. Dejamos las maletas a un lado, nos bañamos, luego hicimos nuestras camas y nos acostamos a dormir.
A las siete en punto teníamos que estar desayunando y no podíamos llegar tarde.

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