Capítulo 4.

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El día de la carrera llegó y todo el mundo estaba emocionado, pero aún más Charles

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El día de la carrera llegó y todo el mundo estaba emocionado, pero aún más Charles.

Estaba apoyando a Alonso, a Max, Sergio, Lewis, pero claro que también apoyaba a cierto español que le había roto las ilusiones antes.

Español que ahora estaba encerrado con el monegasco en una habitación que se reservaba para las entrevistas.

Ambos estaban hechos un desastre, el cabello revuelto, ambos chicos sudando por el calor que hacía y la ropa de ambos desarreglada.

-Debes irte, la carrera iniciará pronto -Charles dijo en el tono más bajo que podía.

-O puedo quedarme aquí y hacer que termines gritando mi nombre en el sofá de allá -Carlos besaba el cuello del monegasco sin piedad haciendo que Charles se aferrara más a él.

-Max te mataría -susurró el de ojos verdes para volver a besar al moreno.

-Entonces que sea por una buena causa -dijo Carlos mientras metía sus manos debajo de la camisa de Charles.

-No, debes ir a ganar la carrera -dijo Charles quién cerró los ojos cuando Carlos besó su cuello haciendo que jadeara.

-Ya sé, me voy con la condición de cuando la carrera termine aceptes salir conmigo -Carlos miró el hermoso rostro de Charles y no pudo evitar besarlo.

-Gana la carrera y vamos a dónde tú quieras -Charles le dijo con voz suave en el oído a Carlos.

Carlos estaba fascinado, jamás había conocido a alguien que desafiara sus ideas y le impusiera cosas.

Charles era diferente a todo lo que había conocido.

-Bien, pero no quiero que nadie te mire, que nadie te toque, no sabes cómo muero de celos cuando te coquetean -gruñó el español en el cuello del menor.

-¿Quién me coquetea? -dijo Charles riendo.

-El rubio, y ese tarado de Esteban -Carlos miró esos ojos verdes que lo volvían loco- desearía que fueras solo mío.

-He escuchado que solo buscas a una presa para luego llevarla a tu cama y botarla después -Charles sonriendo miró al castaño.

El castaño sonrió y tomó el rostro angelical de Charles para después besarlo nuevamente.

-Sí, pero alteza no me juzgue tan duramente, todo eso fue antes de conocerle -dijo abrazando al menor- aunque con un ángel como usted, podría quedarme siempre.

Charles sonrió para luego volver a besar al madrileño, era un muy buen mentiroso, ¿A cuántas personas ya se lo habría dicho también?

-Primero gana la carrera y luego hablamos sobre lo demás -Charles sonrió.

Con otro beso apasionado el monegasco dejó a Carlos en la habitación para salir rápido de ahí sin que nadie lo viera.

Primero pasó al baño para arreglarse un poco la ropa, el cabello, había llegado antes que todos sus amigos y se les había escapado diciendo que iría a un museo cerca del centro de la ciudad.

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