24 [Enzo Fernandez]

Futbol III

­­­­____________'s P.O.V.

Habíamos ido a un bar con Emiliano, Yami y Julian a festejar la victoria. Los demás de nuestro equipo no habían querido venir.

De repente me vibra el celular y veo la notificación.

*@enzojfernandez ha empezado a seguirte*

*@enzojfernndez te ha enviado 5 mensajes*

"Hola beba"

"Donde andas?"

"Te busco"

"Porfa"

"O le temes al éxito?"

Una sonrisa se asoma por mi rostro y muerdo mi labio.

— Quien pudiera poner roja a ­­­­­­­­­­­_____________. —Dice el Dibu, yo muerdo mi labio y lo veo.

— ¿Me estas presumiendo? —Le guiño un ojo, jodiendo pero si quiere no es joda.

— Obvio. —Sonríe pícaro y le da un trago a su cerveza.

Emi se había divorciado hace no mas de un año, por ahí.

Desde entonces, por casualidades de la vida desde que nos conocimos hace un tiempo, siempre que nos cruzamos nos presumimos.

— Voy al baño. —Murmuro para Yami y camino hacia este.

*Llamada entrante vía Instagram de @enzojfernandez*

— Enzo.

— __________ ¿Te vas a hacer la linda para contestarme?

— Yo soy linda.

— No, sos hermosa.

*Llamada finalizada*

Cuelgo la llamada y vuelvo con los chicos. No le iba a dar todo tan rápido a Enzo. El Dibu y yo no parábamos de presumirnos y a fines de a noche me invita a su departamento.

Estábamos sentados en el balcón, demasiado cerca, el acariciaba mi pelo mientras yo estaba apoyada en su hombro.

— ¿Vas mañana? —Me pregunta dejando besos en mi frente.

— ¿A donde? —Frunzo el ceño confundida.

— El Chiqui quiere hacer entrenamiento mixto mañana. No escuchas nada vos, pendeja. —Muerde su labio negando, yo me rio.

— Y entonces iré. Que te haces el canchero, pelotudo. —Lo empujo jugando.

El sin esperar mas, besa mis labios y bueno. Ya sabrán en que termino la noche.

No habíamos dormido nada y eran las siete de la mañana. En una hora entrenábamos, pero cogimos como si no hubiera un mañana, literalmente.

Miro hacia un lado y lo veo con los ojos cerrados y tapado, hace menos de cinco minutos estaba despierto, lo juro.

— Emi. —Lo sacudo un poco.

— No te cansas vos, eh ¿Qué queres mas? —Me agarra del cuello y muerde mi labio inferior, puede conmigo, si. Pero tengo que mantenerme firme.

— Son las siete, en una hora tenemos que ir a entrenar.

Emiliano se levanta, tomamos una ducha y al salir me pongo mi vestido.

— ¿Así vas a ir al entrenamiento? —Niega pellizcando mi nalga.

— No, idiota. Tengo mi uniforme en el predio. —Sonrío mordiendo mi labio.

Cuando llegamos al predio, casi que voy corriendo al vestidor, cumpliendo con mi cometido que era que nadie me viera así.

Voy hacia mi casillero, lo abro y algo estaba distinto. No había tal uniforme. En eso escucho el sonido de la puerta cerrarse.