Gym Bro III

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Durante unas semanas tuve una vida mas que miserable, para ser honesto.

Dormí hasta muy tarde, sólamente iba a los entrenamientos del club y dormía mucho. Estaba comiendo poco, seguía la dieta de mi nutricionista pero muy de mala gana la verdad.

Amanda me había ayudado un montón esas semanas, cuidaba a Olivia, le hacia de comer y la sacaba a pasear. Cocinaba para todos pero un día tuvimos una discusión.

- Olivia la extraña a su mamá, Enzo. -Dice haciéndose presente en mi habitación, yo seguía durmiendo.- Dale, son las dos de la tarde.

- Dejame dormir un rato mas. -Dije cansado y ella agarró mi celular, que no tenía contraseña y marcó el número de Valentina.

- Habla con ella, dale. -Dijo de mala gana y se fue dejándome solo.

*-¿Enzo?*

- Hola, Valen ¿Te la llevo a Olivia a la tarde?

*- Dale, sigo en el hotel todavía, cuando quieras traela.*

- Dale, chau.

Corte la llamada y me estiré. Me puse unos jogging grises y una remera blanca con las crocs. Salí a la sala de estar y las vi jugando a las muñecas.

- ¡Papá! -Corrió Olivia hacia mí y la cargué para llenarla de besos.

Caí en que no era justo para mi bebé que me viera de esta manera. Armamos juntos su bolso y la llevé con Valentina, cuando volví, Amanda no estaba.

Marqué su numero en mi teléfono.

*-Hola.*

- Epa, que humorcito ¿Dónde estás?

*- En el trabajo ¿Que necesitás?*

- Pará, quería saber nada más ¿Qué te pasa? -Hablé ya un poquito mas exaltado.

*- Hablamos cuando vuelva, estoy ocupada. Chau.*

Dijo y así nomas me cortó el teléfono. Volví a mi cómoda cama y cerré los ojos volviéndome a dormir.
Pero me levanté no sé cuánto tiempo después por un tirón en las sábanas.

- Levantate, Enzo. -Dice Amanda con las sábanas en la mano.

- Para, loca ¿Qué te pasa? -Me cubro con una almohada y ella rápidamente me la quita.

- ¡Estoy harta de verte así! Mirate, tenés el pelo largo, no te afeitas hace casi un mes y ni te preocupa tu hija. Estoy acá y te quiero, sos mi amigo boludo. Pero si te vas a hacer la loca, te aviso que me es re fácil irme y dejarte sólo. -Dice y yo la miro con atención.

Sus ojos verdes tan lindos estaban llenos de lágrimas y hablaba con pausas como si fuera lo mas difícil que tuvo para decir en toda su vida y ahi reaccioné.

Con el paso del tiempo, ella siguió ahi ayudándome. Me motivaba para ir al gimnasio, me cuidaba la piel, me presentó muchos amigos y me sacaba del departamento cada vez que podía. Cuando me tocaba con Olivia íbamos al campo. La verdad que podría decir que fue como un ángel para mí.

Habían pasado ya 6 meses y yo estaba con todas las pilas del mundo. No quería nada oficial con nadie pero de vez en cuando (casi siempre) me volvía con una piba a la casa. Excepto cuando estaba Oli, por supuesto.

Me tiré en la cama y agarré mi celular entrando a Instagram.

Amanda había subido una historia, a ver.

Casi por instinto mi boca se abrió al ver la foto. Era una foto en el espejo y ella estaba de frente con un bikini amarillo. Sus abdominales, sus piernas, sus caderas, sus tetas, su carita hermosa, sus tetas y sus tetas y sus tetas.

24 [Enzo Fernandez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora