Capítulo 2.

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La madre de Will estaba de regreso en la casa, al ir al cuarto de su hijo y verle dormido  sobre la computadora,  se acercó y cogió la computadora, pero no se lo cierra al ver que estaba en un trabajo de clase, y deja la computadora en el escritorio.

~Will, cielo. Despierta. O no dormirás a la noche.

Susurra su madre dulcemente mientras acaricia sus rizos. Poco a poco, Will fue abriendo los ojos. Al ver a su madre sentada en su cama cerca de él empieza a levantarse.

-Ya volviste. ¿Lo pasaste bien?.

~De maravilla. Hannibal nos dejó el almuerzo echo. Vamos a comer y hablamos. No me ocultes nada, por favor.

-Está bien. De todas formas, vine porque necesitaba hablar contigo de algo que necesito saber.

Dijo Will y bajan al comedor. No vió a Hannibal por ninguna parte, supuso que comerían a solas. Eso es bueno, así puede hablar con su madre con total tranquilidad. Mira la mesa que ya estaba preparada y la comida de restaurante que ni con dos sueldos de una persona común podrían pagarse, era tan extravagante. Pero cuando probó un bocado se sorprendió. Es lo más delicioso que había probado en su vida, aunque tampoco es que pudiese permitírselo.

~¿Qué pasó con tu padre?. Por tu mejilla veo que te golpeó.

-¿En serio es mi padre?. Me contó una historia. La vuestra. Con una tercera persona, mamá. Quiero la verdad. Y la quiero ahora.

Su madre suelta un suspiro y deja los cubiertos en la mesa.

~No es tu padre biológico. Su hermano, él y yo fuimos amigos. Yo me enamoré de su hermano y él de mi. Tuvimos citas. Me entregué a él. Me quedé embarazada de ti. Así que su hermano, el que te crió como un padre, también estaba enamorado de mi. Le tuvo tantos celos a tu padre que, hizo algo que no le perdonaré, una cosa que hizo fue provocar que tu padre tuviese un accidente en el cual murió. Pero antes de eso me drogó, me violó y fue diciendo a su familia que el hijo que yo esperaba era suyo y no de su hermano. Al enterarse tu padre, iba rumbo a casa furioso, pero no llegó. Al carro le cortaron los frenos y su coche cayó al lago. El quedó atrapado y no pudo salir. Y nadie llegó a tiempo a salvarlo. Así que, tuve que aceptar la cruel realidad. Y casarme con Jason. El es cruel, pero contigo fue bueno. Al principio, pero a medida que crecías te pareces a tu padre, eso le molestó, porque le recuerda su pecado, y que debe vivir con la culpa de sus actos. Lo siento Will. Debí traerte conmigo antes pero el no me lo permitió. Y tenía miedo de que te hiciese daño como fue capaz de hacérselo a su propio hermano, tu padre. Estás en tu derecho enfadarte conmigo.

-Lo estaba. Ahora que me has contado la verdad, no pudo seguir enfadado. Y más sabiendo lo que esa basura te hizo. No es mi padre, pero tampoco es mi tío, no lo consideraré como tal, y menos después de la bofetada, no es difícil imaginar que pasó. Así que  puedes estar tranquila mamá.

Will veía a su madre que lloraba desconsolada. Debió ser un verdadero infierno todo lo que ha pasado. Y Will fue a sentarse a su lado y la abraza fuertemente. Su madre se aferra a Will en el abrazo. Will lo era todo para ella, es el pedacito de su verdadero y único amor. El que le recordaba cada momento mágico que vivió con Jason Graham. Tras haber hablado y terminar de comer. Ella fue a lavar los  platos y Will fue a ayudar a sacarlos y colocarlos.

~Will, solo una cosa. Al sótano no se baja. Solo Hannibal baja ahí. Tiene estanterías con papeles del trabajo, pero las estanterías son tan viejas que una vez se derrumbó y fue complicado ordenar todos los papeles. ¿Vale?.

-Está bien. No te preocupes. Y he pensado buscar algún trabajo de medio tiempo. Solo necesito tu permiso porque aún soy menor de edad. Mi compañera Alana tiene una cafetería y necesita gente. A parte de compartir casa con ella. Iremos a medias con las facturas.

~No me importaría si tienes un trabajo y ganas dinero para tus cosas. Pero, no es necesario que te vayas de la casa. Ya lo hablaré con Hannibal...

-Es por eso mamá, no creo que le haya agradado que de la nada yo haya aparecido. De todas formas, no está muy lejos de aquí. Puedes ir de visita cuando quieras, o ir a la cafetería a tomarte un café.

~Está bien, si es lo que quieres. Lo aprobaré. Pero quédate aquí conmigo dos semanas al menos. Acabas de llegar y por ese inconveniente no quiero que te vayas, aunque no sea lejos que te vayas.

Will sonríe y asiente terminando de colocar el último plato en su sitio. Salen de la cocina y se pusieron a ver la serie "Mentes Criminales". Y los dos acabaron quedándose dormidos en el sofá. Hannibal entró en la casa y los vió. Coge una manta que tiene allí doblada y los tapa a los dos. Se fijó más detalladamente en las facciones de Will. Tez pálida, un rostro perfectamente tallada por los dioses, sus labios, esos finos labios rosados que dan ganas de besar, devorar y morder como si fuese el más exquisito de los manjares. Y sus ojos, esos ojos azules como el mismo océano que te hace sentir la sensación de ahogarte en ellos. Al notar que Lindsey se va despertando se pone a su lado y le quita la manta.

~Ya volviste. ¿Todo bien?. Despertaré a Will para que se vaya al cuarto.

-Si, como siempre. Y no es necesario. Estará agotado por el viaje. Déjalo así.

Tras decir eso se pone en pie y va a la cocina por un vaso de agua. Lindsey deja a Will en el sofá y se va a su cuarto, pues duermen en habitaciones por separado. Al ver a Will solo se acercó a contemplarlo de nuevo. De todas las personas que ha visto, de todas las personas que conoce, ninguna le provoca las sensaciones que le provoca Will. Y va a buscar la manera de tenerlo para el. Will debe ser suyo. Cueste lo que cueste.

Dulce PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora