Gwen era mayor que Miles. Y aunque ya la había rebasado en estatura había algo que dejaba al chico intranquilo, temía que ya que habían solucionado el tema de la distancia (en este caso multiversal), fuera reemplazado por un nuevo problema, su diferencia de edad.
Al inicio él bromeaba con que solo eran meses, y lo eran, pero empezaba a darle un poco de angustia que esos meses empezaran a marcar la diferencia. Quizá en algunos días Gwen pensaría que es demasiado inmaduro o ingenuo para ella.
Gwen ya había estado enamorada antes, aunque ella no hable mucho de ello, ya tuvo a Peter, quizá una especie de crush con Hobbie.
No eran celos, Miles aprendió a amar y respetar a las personas que estuvieron antes en la vida de Gwen, aunque sea un corto o largo tiempo, todas aquellas personas que su novia había amado antes que a él, la llevaron a encontrarlo.
Justo eso le daba un poco de angustia, volverse "Alguno de los chicos que alguna vez amo Gwen Stacy".
—. Ey Miles, tu madre dijo que debes bajar tu ropa sucia y que por favor no cerremos la puerta del cuarto, que debes hacer videollamada con tus primos en Puerto Rico y que olvides subir tu tarea... además debes... — Gwen empezó a hablar sin parar mientras dejaba una bolsa de chocolates sobre el buró del cuarto de Miles, mientras iba al baño de su novio se había topado con su querida suegra, con quien había tenido un inicio duro, ella amaba a Miles, pero para su madre fue difícil aceptar que su niño había crecido, pero la etapa ya pasó. Hablando de cosas que habían pasado, Miles absorto en sus pensamientos era una de ellas.
Chasqueó los dedos en frente de su novio intentando regresarlo a la realidad.
—. Un, dos, tres por Miles Morales — se sentó a lado de él en la cama, esperando a que su querido novio reaccionara
—. Lo siento me disocie un poco, no dejes que mi madre te use como paloma mensajera, ella es un poco apegada pero, no tienes por qué
—. ¿No tengo por qué llevarme bien con mi futura suegra puertorriqueña que hace la mejor comida casera en el multiverso, Miles chico, que dices? — Gwen notaba algo extraño, no por su sentido arácnido, ella conocía a su chico con la palma de su mano. —. Entonces... ¿piensas contarme tus pensamientos?
Miles tomo un respiro y negó todo. —. No pienso en nada importante, bonita, solo son pequeñeces. — Se estiró antes de tomar un pequeño chocolate con su mano y terminar por tirarse a la cama con tal de ver el techo. No podía explicarla a Gwen cuan nervioso estaba por el futuro.
—. ¿Desde cuando nosotros dejamos pasar las pequeñeces? ¿Y desde cuando me dices bonita, spiderman? — Gwen tomó otro chocolate y lo comió con cuidado cuando vio a su chico levantarse apresurado pidiendo perdón por el apodo.
—. Dios soy un tonto, si bien dijo mi tío que no había heredado su encanto tradicional, si bien jamás me salió lo del toque en el hombro para ligar. Perdón Gwen, yo jamás quise incomodarte, de verdad estoy aprendiendo no pensé que fuera algo malo, en serio... — Y ahora era Miles quien no dejaba espacio para las palabras. Estaba tan nervioso, como si realmente se hubiera equivocado cuando no era así, si Miles tenía muchas cosas que le gustaba, pero debí aceptar que era adorable cuando estaba nervioso.
—. Miles... — el chico seguía pidiendo disculpas tan apenado
—. No Gwen, en verdad no debí, siempre debo consultar primero
—. Miles...
—. Si tan solo pudieras perdonarme, no vuelvo a decirte bonita, digo no es que no seas bonita, de hecho lo eres, eres increíble Gwen y yo debo ser más respetuoso
Gwen lo miraba y en serio le parecía adorable pero debía parar, así que sujeto las manos de aquel chico que hacía todo tipo de vueltas con ellas intentando explicar su disculpa para acercarse a él y robarle un beso con una intención principal, hacerlo callar. Pero ajá, no estaba de más que amaba besarlo.
—. Spiderman... me gusta como suena el bonita si sale de tus labios — le susurro con precaución tras besarlo, su chico era adorable, pero debía hacerle saber que estaba bien con cualquier apodo o nombre meloso que quisiera ponerle. Si claro que seguía siendo la Spiderwoman ruda de siempre, pero tenía sus excepciones con Morales. —. Solo no más disculpas, chico... eres demasiado atractivo cuando estás nervioso, pero no quiero que te sientas mal
—. ¿Segura de que no te molesta?
—. Muy segura, Miles... es lindo. Bueno, mientras lo uses solo para mi. — Miles soltó una carcajada, había olvidado con quien salía. Esa mujer era mágica.
—. Oh vamos, Gwen... ¿Con quien crees que lo usaría?
—. No se, spiderman, que es eso del truco del hombro
—. Uhm, creo que puedo explicártelo con ejemplos justo ahora, gwen... — Miles de verdad adoraba a esta chica
—. Muéstrame Miles, tu carisma y encanto de familia para ligar. — Gwen se acercó un poco a Miles intentando no invadir su espacio, adoraba un poco la comodidad del ambiente cuando estaban solo ellos dos, no hablamos de química ni tensión sexual, solo una calma que se sentía tan afortunada de experimentar.
Miles no pudo pensar más y evitó molestar más con eso de la mano en el hombro. Cuando menos lo pensó ya estaba demasiado cerca de su novia, con quien unió su nariz intentando no molestarle, para luego acercarse a darle un pequeño beso, otro y otro, repartiendo besos repetidos en sus labios, en verdad amaba a esa chica. La adoraba, sujeto su mano durante el beso, y Gwen decidió que un pico no era suficiente.
—. ¿Sabías que eres un gran besador, Morales?
—. De hecho eres la única persona que me lo ha dicho.
Gwen iba a usar ese comentario para hacer drama, pero contuvo sus ánimos y sujeto el mentón de su novio para mirarlo fijamente.
—. Que se quede así, Miles. Solo yo puedo saber que eres un gran besador. — Gwen acercó el rostro de su novio y retomó el beso, sintiendo que Miles sujetaba su mano entre el beso para luego sentir como la respiración de ambos se agotaba.
Miles sujeto la mano de su novia y la estiró hacia él.
—. ¿Aún vas a contarme sobre tus nuevos amigos en tu universo o aún vas a querer besarme de nuevo? — Miles pregunto con una boba sonrisa en el rostro.
—. Tenemos tiempo, Miles... no actúes como si no te encantara como beso
—. Creo que quizá un poco de practica no nos vendría mal
—. Tu tío se equivocó, en verdad tienes encanto
Gwen se acercó un poco para besarlo con calidez. Y sin más empezó a mostrarle fotos de sus nuevos amigos y amigas de su universo, de su padre en su nuevo empleo y de ella en clases de baile que había retomado, Miles era todo aquello que podría pedir, y no había mayor gusto que tenerlo a su lado.