Miles moría de nervios, enfrente de él estaba Peter B. Parker sosteniendo a la pequeña pelirroja entre sus brazos, con su pequeño gorrito de Spiderman.
—. ¿Quieres sostenerla para bajar la presión? — siempre su primera opción
—. No, no, no, se puede caer
—. Anda Miles, se que no se te caerá, es una bebe muy tierna, además tienes sentido arácnido — Dijo dejándola en sus brazos. —. Además que MJ nos mataría a los dos si regresa con un solo rasguño.
Miles intento calmar sus nervios pero ni siquiera Mayday Parker lo conseguía.
—. Entonces... — él mayor empezó a hablar. —. Gwen y tú.
—. No hay un Gwen y yo. — May se le escapó de las manos. Esa niña era demasiado hábil para su edad.
—. Pero quieres que lo haya, es claro. — Peter tomó asiento retirando algunas cosas que le estorbaban.
Estaban en la casa del mayor. Eran las 4 de la mañana. Y Miles creyó que era una buena hora para hablar de sentimientos, pero Parker ya era un padre. Claramente estaba acostumbrado a dormir tarde, o simplemente no dormir, y claro que lo haría por el chico que le cambio la vida.
—. Peter tú no puedes saber eso, estoy bien con Gwen. — Aún intentando atrapar a May.
—. Oh claro. ¿Niño, crees que soy nuevo? — Peter optó por desplomarse en la silla para más comodidad. Esa charla no sería corta. —. Niño, yo veo cosas.
—. ¿La araña que te mordió te dio poderes de videncia? ¿Hay un spiderman que pueda hacer eso? — Peter debía admitirlo, había sido un buen chiste.
—. Muy gracioso — Peter tomó su teléfono y señaló su álbum de fotos dedicado a Gwen y Miles, en otra vida de seguro fue un buen fotógrafo. Además, conocía a muchos spiderman, pero esos dos eran sus favoritos.
Miles atrapó a May y tomó asiento a lado de Peter.
—. ¿Cuando tomaste eso? — Miles pregunto con falsa indignación. Realmente amaba las fotos del mayor.
—. Calla, niño. Debes darte un tour por ese álbum. — Peter intercambio a May por su teléfono. Permitiendo que Miles viera toda su álbum con Gwen. —. Yo como hijo de una madre y padre de una hija, se que la boca puede mentir tanto como lo necesite, pero tus ojos niño. Miran a Gwen como si fuera la mona lisa.
Miles estaba procesando aquella información cuando se permitió voltear a ver a Peter arrullando a May.
—. Además tu tono de voz, cambia cuando estás con ella, por cierto necesitas dejar de hacerlo. No suenas cool. Y deja de sudar de los nervios y trabarte. — Peter empezó a aconsejar al menor
—. No es que me guste, solo es la pubertad. —Miles dio un corto respiro y al escuchar las siguientes palabras empezó a reír
—. Gwen tiene razón tienes una horrible definición de pubertad.
Aunque su risa fue interrumpida. ¿Gwen hablaba de él con Peter?
—. ¿Gwen te habla de mi?
—. Claro que lo hace. Solo que no viene a media madrugada
Parece que quizá Peter no era vidente, pero si un mal profeta porque casi por obra de magia Gwen entraba a la habitación por medio de un portal. Miles apagó el teléfono de Peter por inercia
—. ¡Debe ser una broma! — Peter algo exaltado por el momento. MJ lo mataría por el desastre que dejan esos portales. —. No más portales en la casa. Solo en el jardín. Sirve que todas esas horribles hojas se largan.