Justicia divina. Así llamaba Gwen al hecho casi inmediato de ver a Hobbie atareado por su enorme lista de pendientes mientras se burlaba de ella por ser así de organizada.
Tras que Jessica la adoptara, aunque claro no fue adoptada sólo recibida para que no estuviera sola ante las amenazas que su realidad le presentaba, tras ese suceso Gwen se había mantenido ocupada para evitar pensar en su padre, en Miles, en Peter, y en lo que sentía.
Desearía estar en los brazos de alguno, que alguien la reconfortara. Que le dijera que estaría bien. Pero las personas que más amaba no están con ella. Sino era en otro universo como su padre, o por su fallecimiento como Peter o quizá que estaba prohibido ir a verlo tal en el caso de Miles.
—. Gwen Stacy. — Fue voceada en los monitores del centro arácnido. Sabía que significaba. Miguel la había buscado.
La chica apresuró su paso hacia la oficina de Miguel. Y al llegar espero pacientemente que la plataforma bajara.
—. Gwen Stacy. Universo 65. Como sabes desde las mejorías tras marcar los eventos canónicos como puntos absolutos, las fallas dimensionales han mejorado. Todo gracias a nuestro esfuerzo. — a Gwen este chico le parecía un charlatán. Un charlatán muy bien posicionado y al que debía respetar o temer.
—. Ya me lo habías contado Miguel, desde el día uno. —Gwen no era una chica paciente.
—. Porque no me has dejado terminar. Gwen. La gran mayoría de nuestros spiderman a, han perdido a su Gwen, en tu rostro la miran a ella. A ellas. — Gwen estaba perdida. —. Por eso te quería pedir ser amable con los chicos. Ellos te amaban. Digo amaban a su Gwen Stacy. En sus rostros hay dolor aún. Por favor se paciente con ellos. En todas las realidades spiderman se enamora a profundidad de ti. — Y de pronto el pequeño avatar apareció rodeando la habitación de hologramas repletos de videos donde ese amor sale mal. Haciendo presenciar a Gwen su muerte una y otra vez. —. Y en todas ellas esta termina mal.
Traumático. Pero según Miguel, lo necesario para mantener el canon.
Meses habían transcurrido desde ese suceso. Era por fin, el momento. Momento de ver a Miles Morales de nuevo. Una misión en busca de la mancha había traído de nuevo la oportunidad de volver a él.
Al llegar entró directamente en su habitación.
—. ¡Miles! — La mayor se sentó sobre la orilla de su cama y se movió ágilmente a abrazarlo. No necesitaba nada más, hasta que recordó las resonantes palabras de Miguel en su cabeza. Iban a volverla loca.
Se separó de prisa del chico y sus ojos pasaron de un entusiasmo deslumbrante a terror, puro e inaudito terror.
Al verlo, se veía a ella, cayendo al vacío. Desplomándose en el piso. Muriendo.
Miles estaba desconcertado pensaba estar soñando. Pellizcó su brazo dos veces y cuando menos lo espero Gwen se abalanzó hacia ella.
—. ¿Gwen? ¡Gwen! — Morales calló su propia voz, sus padres estaban dormidos, debía hacer silencio. —. Dios pensaba que había sido un sueño. Otra vez. Gwen no sabes, todo lo que ha pasado, ¿como terminaste aquí?, ¿no volviste a tu realidad?, ¿no funcionó?
Gwen se tomó el tiempo a detalle de contarle todo lo que sabía del multiverso, de Miguel, de Jessica, de Brown, de Drew. Miles estaba impresionado. Parecía ser el mismo chico encantador de siempre y era algo que a Gwen le entusiasmaba.
—. ¿Entonces cuánto tiempo has estado ahí?
Miles pregunto solo por curiosidad. Estaban en el borde de su azotea caminando sin su traje de spiderman. No habría balanceo hasta que el sol llegara, por más que amaban columpiarse sabían que hacerlo de noche sin razón era mera avaricia. Además Gwen necesitaba pasar tanto tiempo como pudiera cerca de él.
—. Algunos meses... — Gwen pensaba que debía explicar que realmente no es que ella no haya querido visitarlo, pero Miles lo había entendido rápidamente. En verdad adoraba a ese chico.
Si tan solo. No estuvieran destinados al fracaso, sentados al vacío de su edificio pudo sentir más que nunca el miedo de amarlo y perderlo
—. Spiderman... — Gwen volteó a verlo con un semblante propicio del llanto
—. ¿Spiderwoman, qué pasa? — Miles noto su rostro.
—. ¿Me dejarías caer? — Miles solo la miro confundida. De donde venía esa pregunta, pero no dudo en responderla
—. No. Jamás te dejaría caer Gwen. ¿Por qué la pregunta?
—. ¿Que tan seguro estás de eso? ¿como sabes que no lo harías?
—. Muy seguro. Se que jamás te dejaría caer. Sé que haría todo en mis manos para sostenerte. Ahora, de dónde viene eso, parece una pregunta bastante bien hecha para antes de llegar.
Gwen no podía voltear a verlo. Estaba a punto de volverse un mar lleno de llanto.
—. No lo sé. Solo dudas tontas supongo.
Morales no pudo soportar verla caer en llanto y la rodeó con sus brazos. Aún en el borde del precipicio.
—. ¿y tú? ¿Me dejarías caer?
Gwen alzó la vista de pronto.
—. Jamás. Preferiría caer yo antes que tú, daría mi vida por tu bienestar — Por ello le hería saber que tanto daño podría hacerle su amor a Miles
Miles solo apretó el abrazo
—. También moriría por tu bienestar. Gwen. Cuidare de ti, tanto como tú cuidas de mi.
Miles alejo a ambos del precipicio.
—. Pero no más alturas por hoy. te prestaré una pijama, por hoy quédate a dormir.