—. Gwen. ¿Quien sería tu novio sino fuera yo?
Gwen volteó a mirar descaradamente a Miles, estaban a medio día de trabajo en el centro multiversal. Solo su spiderman favorito preguntaría algo como eso.
—. ¿Es de esas preguntas trampa donde sea lo que sea que responda estará mal, y tendrás una excusa para hacer drama?
—. Nop. Solo pregunto. Por ajá ya sabes, curiosidad.
La rubia terminó su primera parte del entrenamientos, cientos de Spiderman trayendo nuevos retos de entrenamiento a un mismo lugar, ella estaba en el paraíso.
—. ¿Curiosidad? ¿Y desde cuando Miles Morales, siente esas curiosidades? — Miles se tomó un momento para pensarlo. Y no tenía idea alguna.
—. Solo fue una pregunta. ¿No quieres responder?
—. Supongo que no, no quiero responder... en el universo de Peter B, hay un mito sobre no hablar cosas que no deseas...
Miles no toco más el tema. Y al final del día mientras usaba la cocina del centro arácnido fue interrumpido por su novia. Quien se entrometió en su cocina, para charlar.
—. Oye... Morales. — La pelirrubia tomó una cuchara de un pequeño cajón intentando probar un poco del platillo de Miles.
—. Aún no está listo, Gwen... además si comes directo de la estufa puedes quemarte, no tienes los dones de las madres latinoamericanas — Miles apago la estufa y robo la cuchara de la mayor. Y la puso cerca del lavaplatos.
—. Seré cuidadosa.
—. Olvídalo. No quiero problemas con el señor Stacy. Apenas me está tolerando. Suficiente tiene con que sea de otra dimensión
Suspiro estirando su mano para emplatar su comida, siempre hacia de más, y él sobrante iba directo al congelador, que como todos sabían, desaparecía mágicamente. Había demasiado spiderman como para que sobreviviera más de una noche.
—. Tranquilo, incluso le llevo tiempo aceptarme a mi. — Gwen tomó los latas de Kola Soda y las llevó a la mesa. Al igual que los cubiertos suficientes.
—. No lo sé... parece que tiene cierto favoritismo con Hobbie. Quizá lo imagino — Miles abrió la lata de su novia y después la suya.
Aunque tras el ruido escapando de la lata noto lo que había dicho y hubo un corto silencio, rezando para que Gwen no lo notara.
—. Entonces es eso, ¿es por Hobbie?
—. No, no, no, no, no, no — Miles ya había madurado sabía que negarlo no lo resolvería. —. Bueno. Quizá un poco.
—. ¿Quieres contarme más?
—. No lo sé. Quizá es porque Hobbie es genial. Guitarrista, un anarquista antisistema, con un gran estilo de cabello. Y has visto sus ojos, dios. No lo entiendo
Gwen miro a Miles, Miles miro a Gwen y de un instante a otro. Ambos combinaron sus risas.
—. Puede que suenes un poco enamorado de Hobbie, Miles. — Gwen tomó un trago de la bebida que Miles abrió para ella
—. Sí, también lo noté. — Miles empezó a comer. Sabía que ya había pasado su turno de hablar.
—. Igual. No tienes que entenderlo. —Gwen empezó a hablar. —. Nadie escoge de quien se enamora, a veces es una desgracia, sí. Pero esta vez fue una fortuna escogerte a ti. —La pelirrubia dejó sus cubiertos a un lado. —. No estoy con Hobbie, ni con otra persona, ni con sus listas de cualidades, porque así no es como funcionan los sentimientos Morales. Una persona puede tener muchos pretendientes, tú los tienes. De seguro algunos y algunas, mejores y peores que yo. Pero no funciona así, no importa si te entrego una lista a detalle de porque no debes estar conmigo porque hay otras opciones para ti, sé que aún así escogerías quedarte. ¿Por qué crees que desearía estar con alguien más? cuando tú sabes lo que se siente elegir a alguien
Miles no podía voltear a verla, estaba tan avergonzado de haber dudado de Gwen. Hasta que sintió que la chica se paró en un momento, quizá esta ya se había cansado de él y sus inseguridades pero había regresado con servilletas. Se paró detrás de su silla y le dio un beso en la cabeza para molestarlo.
—. Además hombre. ¿Donde voy a conseguir yo un novio tan talentoso como Miles Morales?
Miles pensaba refutar con que de seguro en el multiverso había muchos Morales que pudieran hacerla feliz. Pero su novia le leía la mente. No literalmente.
—. Sí, sé qué hay más. Pero ninguno de ello, es tú.
—. Gracias, Stacy. Te enseñaré a cocinar más tarde
—. Olvídalo, estoy bien con nuestro trato donde mi novio cocina y yo limpio. — Volvió a su asiento. —. Debemos comer o se enfriará.
Miles y Gwen lo harían funcionar