Miles había olvidado su voz, su risa e incluso la pequeña muletilla que hacía al terminar una oración, tras algunos meses de haber cerrado aquel portal y salvar al multiverso; algo de lo cual esta tan agradecido, no lo duden ni un segundo.
Todo en él sabe que fue la decisión correcta, lo es escogería mil veces más. Siempre se puede salvar a todos, y como un gran spiderman siempre se levantaría, pero quizá hoy tomaría más tiempo del habitual. Después de todo estaba intentando recordar cómo sonaba la voz de la pelirrubia. Gwen Stacy, quien proviene de otro universo, ligeramente más alta que él, y con ojos que parecen mar, que pareció llegar por error y accidente a su mundo y terminar por cambiarlo por completo. Aquella amiga que le revolvía las entrañas y a quien extrañaba más que a cualquier otra persona en el multiverso.
—. Debo estar volviéndome loco... — mencionó mientras hojeaba su libreta de dibujos para ver sus antiguos garabatos intentando recordar cómo sonaba su voz. Ese sentimiento era nuevo para él, quizá confusión, pánico y un ligero sentir de angustia; emociones que en su corta vida jamás había experimentado y mucho menos juntas.
Creo que querer a alguien y tener que dejarlo ir, es fuerte, pero querer a alguien y empezar a olvidarlo, es un golpe diferente.
Miles empezó a susurrar sunflower con intención de relajar sus nervios, creo que ya había caído en cuenta de algo, Miles tenía miedo.
Un sentimiento poco recurrente cuando eres spiderman, siendo tan fuerte y poderoso, debe ser difícil explicar el miedo.
Pero ahora que Gwen se había ido, y él empezaba a olvidarla, sabía que estaba aterrorizado, de tener que aceptar olvidarla, que aquella chica brillante con líricas de acuarela fuera solo un pequeño y breve recuerdo de su juventud. Que jamás volviera a recordarla, y que su memoria se disipara en cuanto creciera.
—. Es momento de parar... — tomo un largo suspiro y cubrió su rostro con su libreta y bocetos — yo debo olvidarte, ni siquiera sé porque te extraño tanto Gwen. Si tan solo supiera que me extrañas como yo a ti, si tan solo pudiera ir a ti
Y un abrupto silencio se quedó en él. Miles sabía que no había más remedio. Que tenía que seguir.
Seguir es una palabra muy ambigua.
Y Miles un chico un poco aferrado.
—. Voy a ir a ti — dio un brinco de su cama donde estaba reposando y empezó a buscar como loco en su portátil, no sabía cómo ni cuándo pero lo conseguiría, necesitaba ver el mar en sus ojos una vez más.
—. Tienes razón te estás volviendo loco. — su compañero de cuarto escuchó a detalle su crisis existencial, pero él ya había decidido que no sería su agente de la silla, por lo que evitó preguntar más.
Pero era tanto su entusiasmo que evitó preguntar más, aprendió algo de Morales y es que era demasiado ingenuo para rendirse, y quizá eso lo hacía poderoso.
Nuestro spiderman estaba demasiado ocupado emocionado por verla de nuevo, no importaba si tenía que mover el universo entero, volvería a escuchar su voz, decirle que "No tiene derecho a opinar de su cabello".
Oh, ahí estaba. La voz de Gwen. Solo fue un momento, él sabía que no sería capaz de olvidarla.