Ellos solían ser escurridizos. Eran mejores amigos. Al menos lo eran antes de que Margo invitara a Miles a una cita y ahora ellos estuvieran conociéndose.
Qué concepto más tonto. "Citas para que el amor surja". Hobbie y ella se reían constantemente de asuntos como ese. El amor no es algo que se pueda forzar. Ella lo sabía. Lo había intentando.
Hace meses se había visto forzada a intentar amar a Hobbie. Pero sus intentos cesaron cuando el mayor noto que el amor era absurdo para un rockstar como él. O al menos eso le había dicho a ella, lo que en realidad pasó solo fue que Hobbie esclareció su mente y también su vista, al notar a su menor tan perdida en Morales; decidió soltar la idea tonta de que estarían juntos algún día. Él lo llama crecer.
Gwen también estaba creciendo, por fin se estaba estabilizando. Cuando noto el abundante vacío que estaba sintiendo al escuchar a Margo emocionada contar lo increíble que la pasaba con Miles, cuando veían paisajes de su universo o cuando le enseñaba música.
Pero ella sabía que era ese sentimiento. Estaba perdiendo a su mejor amigo.
"Miles envió un mensaje", su tonto reloj multiversal y su boba actualización. Ella no quería saber más de sus increíbles citas con Margo.
Volteó a ver su reloj. Pero decidió ignorarlo.
Aunque no fue suficiente cuando el menor atravesó su ventaja asustándola un poco.
—. Gwen, debes revisar tu reloj. Te estuve marcando hace días. — Preocupado quitó su máscara dejándola reposa en un buró de la habitación de Gwen. —. Además por qué te asustaste, ¿donde está el mejor sentido arácnido del multiverso? — Miles bromeó. Ese chico tenía rizz.
—. Perdóname sino espero a nadie en mi habitación a media madrugada. — Gwen tomó su lanzatelarañas de su cama y se lo colocó en su mano solo para darse el gusto cerrarle la boca a Morales. No estaba de humor para chistes.
Se levantó de prisa de su cómoda cama para encender la luz. El estupido traje de Spiderman le lucía muy bien. Lo odiaba.
Encendió la luz y fue hacia donde Miles que ya había tomado asiento arriba de su escritorio golpeando este formando una melodía.
Y ahora Gwen había enredado sus manos en telarañas.
—. Deja de hacer ruido. Papá puede levantarse. —Gwen estaba tan histérica, ni siquiera ella lo entendía, por qué esa hermosa cara le traía tanto enojo.
Miles no quiso decir más. Gwen tenía un punto pero por qué estaba tan enojad. No había contestado sus llamadas ni mensajes en días. Además él había visto cómo había ignorado su reloj al ver llegar su mensaje.
—. Esta bien. No debí venir sin avisar. Mi error completamente. Si quieres hablarlo aquí estoy, pero de momento creo que debo irme. — Morales solo lo soltó. Sin pensar más.
—. Vete. — Gwen no se detuvo a pensarlo ni un momento.
Miles la miro confundido. No sabía que había pasado. Pero esa no era su chica.
El pelinegro hizo lo que cualquier adolescente promedio haría. Quito su reloj multiversal y lo puso en el escritorio. Camino hacia Gwen y se puso delante de ella. Forzándose a si mismo a hacer contacto visual. Él no iba a irse.
—. Okey, baterista. — miró el cabello de Gwen teñirse de rosa, amaba su universo. —. Algo sucedió. Quizá hice algo, quizá no hice algo. Pero yo no puedo saberlo. No al menos que tú me lo digas, y yo sé, sé que quizá no quieres decírmelo. O quizá te cueste decírmelo. Quizá no sabes que es lo que sucedió. Pero esta bien, voy a quedarme a descubrirlo.
Gwen quiso llorar en ese mismo momento. Miles era su mejor amigo y ella no podía ponerse feliz por su felicidad. Que egoísta.
—. Lamento haber sido tan groser-
Miles la interrumpió inmediatamente. Quito el trozo de su cabello que cubría el rostro de la mayor. Gwen tenía unos ojos muy bonitos según la mamá de Miles. Y también Miles.
—. ¿Disculparte? Gwenda tienes razón. No debí entrar sin permiso. Eres Spiderwoman pero además eres humana, no fue correcto y claro que debo guardar silencio es tu casa, merece respeto...
Miles siguiendo hablando pero Gwen ya no pudo escucharlo más. Estaba tan asustada de su cercanía como el mayor. Además escucharlo hablar con toda esa responsabilidad afectiva le parecía tan hot.
—. Miles — Gwen lo corto en seco. — Te quiero y eres mi mejor amigo, pero-
—. ¿Pero?
—. Solo déjame terminar de hablar chico. — a gwen se dio la oportunidad de reír un poco. La situación se había vuelto graciosa. Quizá eran sus nervios. —. Ahora que empiezas a salir con Margo, quiero, digo no quiero. Necesito que mantengamos nuestra distancia. Se que solo somos mejores amigos, pero ella puede crearse ideas, además si yo fuera ella no quisiera pensar que mi novio ama a su mejor amiga
De pronto su cabello estaba azul.
Miles observó sus ojos, intactos. Gwen era franca. Pero su tono de cabello la delataba.
Tomó su cuerpo y la levantó para abrazarla.
—. ¿Qué parte de lejanía no entiendes tú? ¿Por qué eres tan escurridizo? — Gwen no era una persona de contacto físico después de hablar de sentimientos. La haría llorar a mares.
—. Entiendo bien el concepto de lejanía. Pero no voy a alejarme. — Miles apretujó el abrazo.
—. Es por tu bien, Morales. — finalmente logró bajar de ese abrazo.
Y con su telaraña tono el reloj multiversal de morales. Para ponerlo en la muñeca del contrario
—. Ya deberías irte.
—. ¿Quieres que me vaya? — Morales no entendía. Si su partida le causaba tanta tristeza porque lo alejaba.
—. Solo vete.
—. No. No voy a irme. Mucho menos por Margo. — Gwen lo odiaba un poco. —. ¿Por qué solo no me dejas estar a tu lado?
Gwen lo miro sorprendida.
—. Sí, escuchaste bien, Gwen, debes dejarme que esté a tu lado, deja de ignorar mis llamadas y mensajes, y voltear a otro lado cuando mi nombre está en tu reloj, debes dejar de querer sacarme a patadas por tu ventana. Deberías dejarme quedarme a tu lado — Gwen casi lo interrumpe. —. Gwen Stacy, deberías elegirme estar conmigo.
—. Pero Margo y tú-
—. Solo somos amigos. — Morales acaba de ser demasiado directo. Y ahora que había sentido lo que se siente ser directo no podía evitarlo. —. Así que Gwenda, Gwen, Stacy, Guitarrista, Spiderwoman, deberías considerar estar conmigo-
La mayor estaba sorprendida de esto. ¿Era una especie de declaración?
La pelirrubia sujeto a Morales con su telaraña y lo atrajo a ella, cuando eres Spiderwoman, usar las manos ora hacer cualquier cosa es mera formalidad.
—. Morales, cásate conmigo
Miles empezó a reír nervioso, Gwen era muy rápida para él, se supone que él era el directo aquí.
—. ¿No me invitarás a una cita primero? ¿Quizá un beso?
—. ¿Eso es un no?
—. Eso es, un encontremos un registro civil de dudosa procedencia que acepte firmas falsas de testigos y nos casé siendo menores de edad.
Gwen no evitó reír junto con Miles, después definirían que tan en serio era eso, suponía que habría mucho tiempo para hablarlo, después de todo su chico adoraba hablar.