—. ¿Crees que pronto les podremos decir? —a La pelirrubia estaba algo acomplejada recostados arriba de un gran puente del universo de la mayor.
Gwen jamás sabía estado tan maravillada de poder estar en sitios imposibles de encontrar. No hasta que Miles y ella empezaron a salir. No hasta que se dio cuenta que lo poco receptivo que era su padre a que "su pequeña" niña saliera con un chico. No hasta que Miguel hiciera una guía de cómo no romper el canon.
Número uno, no interferir con momentos canónicos. Miles y ella ya lo hicieron la primera vez que se conocieron.
Número dos, no hacer nada que interfiera con el espacio y tiempo de otras realidades, bueno Miles y Gwen se visitaban diariamente, entonces también pueden marcarlo con una palomita.
Número tres, no tomar objetos de otras realidades y llevarlas a las propias. Gwen era responsable de eso, había robado todas las sudaderas de Miles. Le gustaba el aroma de su novio. Ayudaba a no extrañarlo tanto cuando tardaban tres días en verse.
Número cuatro, no relacionarse en las realidades de otros spidermans. Pero era imposible considerando que Miles iba todos los días con los amigos de Gwen incluso se colaba a las clases de la rubia. Pero no pueden culparlo, el chico estaba un poco mucho enamorado.
Número cinco, no involucrarse románticamente con ningún otro spiderman. Ni que decir de esto, claramente estaban muy involucrados.
—. No lo sé, bonita. Quizá debemos esperar un poco más. No quiero que Miguel tome acciones contra nosotros... contra ti. — Miles había aprendido a cuidar bien de Gwen durante esos meses, ahora sabía la forma en la que la mayor peinaba su cabello, todos los pasos para preparar su comida favorita, la manera en la que limpiaba su rostro, la forma de sus lunares al igual que formas podrías crear con ellos si los unías, él como sus pupilas se dilataban al ver algo que amaba, el olor de su shampoo, la manera en la que se esmeraba haciendo su solo de batería, las cosas que podrían hacerla sonrojar, su sarcasmo incoherente, como consolarla cuando peleaba a con su padre, aprendió la manera que jugaba con sus manos, la manera de poner sus zapatillas de ballet, de como quitarlas, forma en la que Gwen se miraba de perfil, arriba y debajo de él. Miles había aprendido tanto de ella. Que el solo pensar en que se la arrebatarán le parecía pecado.
Ya habían pasado años desde la primera vez que se conocieron, pero llevaban más de dos años siendo novios. Y el hecho de no poder contárselo a nadie empezaba a resonar más de lo que debería.
Rachel, era el caso que más resonaba para Gwen, una chica que estaba perdidamente enamorada de Miles, algo que causaba ligeros celos de la mayor.
No lo malinterpreten, claro que su relación no era secreta, sino más bien privada. La gente en el mundo de Miles sabían que tenían pareja, solo que creían que la estaba inventando puesto que no es fácil presentarse como pareja.
¿Cuál es su historia de amor?
Vencimos a un supervillano juntos porque somos spidermans.
¿Cómo se conocieron?
Aún más fácil, un loco abrió las líneas de tiempo y espacio.
¿Qué es ese reloj que ambos tienen en la mano?Regalo de aniversario.
Además entre menos pública fuera era mejor, así Miguel no lo notaría. Fue una decisión que tomaron juntos, después de todo. Por bienestar de ambos. Miles y Gwen hablaban días enteros de cómo abordar el tema. Pero era imposible. Siempre terminaban con percatarse que era mejor no contarlo.
—. ¿Te molesta que nadie lo sepa? — Gwen le pregunto al menor de ellos. Ya estaban demasiado cómodos. Miles reposando su cabeza en las piernas de Gwen mientras la mayor le hacía piojito.
—. No es molestia, solo... que tengo a la novia más talentosa del universo, y no poder gritarlo es como un gran castigo divino
—. Eres un tonto, Morales... —Gwen sonrió para su novio, y dejó un cálido beso en su frente.
—. ¿Si tenemos un hijo estará en ambas dimensiones sin pixelearse? ¿Será más fuerte que ambos juntos? ¿Molecularmente es posible?
Spiderwoman rió al escuchar las inquietudes de su novio, era un tonto.
—. Algún día lo descubriremos... de momento podemos reírnos de eso — Gwen dijo mirando a Miles aún acariciando su cabello rizado
—. De momento, ¿podríamos practicar? — ¿Donde estaba el chico tímido que había conocido Gwen la primera vez? No sabía y realmente no le importaba.
Gwen adoraba sentirse tímida cuando Miles actuaba tan seguro de sí, su novio era un galán, y aún mejor era de ella.